(Armonía de los evangelios cnónicos)
Acontecimientos que precedieron y que siguieron al nacimiento de Jesús
I 1.
En el principio era el Verbo, por el que fue hecho todo.
2. José
desposó a la virgen María, y el arcángel Gabriel se
le apareció, y le anunció su próxima preñez,
que se produciría por modo sobrenatural.
3. Y José
no la conoció, mientras no dio a
luz.
4. Y Octavio
Augusto mandó hacer un censo de todo el Imperio Romano.
5. Y José
era de Bethlehem, la ciudad de David, y fue allí a empadronarse,
porque era de la casa de aquel rey.
6. Y, estando
allí, la virgen parió al Cristo.
7. Y los
ángeles del cielo lo anunciaron por la noche a los pastores que
cuidaban de los ganados.
8. Y unos
magos de lejanas tierras vinieron a asistir a su nacimiento.
9. Y, pasados
los ocho días, el niño fue circuncidado y lo llamaron Jesús.
10. Y una
estrella condujo a los magos a Jerusalén.
11. Y comunicaron
a Herodes que había nacido el rey de los judíos.
12. Y Herodes
juntó consejo de príncipes y escribas para saber dónde
nacería y le dijeron que en Bethlehem.
13. Y los
magos adoraron a Jesús en aquella villa.
14. Y un
justo llamado Simeón y Ana, profetisa, hija de Phanuel, vinieron
al templo y predicaban de Jesús.
15. Y Herodes
pensó en su ánima matar a todos los niños de la edad
de Jesús en Nazareth.
16. Mas un
oráculo advirtió a José que huyese a Egipto.
17. Y todos
los niños pequeños fueron degollados.
18. Y el
niño crecía y se fortalecía en espíritu.
19. Y estuvieron
siete años en Egipto, hasta que Herodes murió.
20. Y, cuando
José lo supo por aviso del cielo, volvió a Nazareth, su patria.
Infancia de Jesús. Aparición de Juan el Bautista
II 1.
Y, cuando Jesús tenía doce años, subieron sus padres
a Jerusalén.
2. Y he aquí
que lo encontraron en el templo, hablando con los doctores de la Ley de
los asuntos de su Padre.
3. Y, habiendo
vuelto a su casa, estaba sometido a sus padres.
4. Y he aquí
que vino palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, precursor
de Cristo, el cual predicaba.
5. Y predicaba
el arrepentimiento y la vida austera, y bautizaba.
6. Y los
judíos, viéndolo en la verdad, pensaban primero si sería
el Cristo.
7. Mas Juan
vaticinó del Cristo, porque venía como su mensajero.
Bautismo de Jesús. Muerte de Juan
III 1.
Y Jesús llegó de Galilea para ser bautizado en el Jordán.
2. Y,
al salir del agua, se oyó una voz del Padre celestial, diciendo:
Este es mi Hijo dilecto, en quien me complazco.
3. Y, después
de esto, fue llevado al desierto cuarenta días, para ser tentado
del diablo.
4. Y Juan
dijo de Jesús: Es el cordero de Dios, que quita los delitos del
mundo.
5. Y los
primeros que siguieron a Jesús fueron Simón Barjona y su
hermano Andrés.
6. Mas luego
Jesús llamó también a Felipe.
7. Y, estando
en unas bodas, trocó el agua en vino.
8. Y, bajando
a Jerusalén, arrojó del templo a los mercaderes.
9. Y, habiendo pasado
una noche entera Simón Pedro sin pescar nada, por la palabra de
Jesús tuvo una pesca copiosa y se llenó de asombro.
10. Y le
dijo: Apártate de mí, Señor, que soy pecador.
11. Y los
discípulos de Juan fueron a decirle que los de Jesús bautizaban.
12. Y les
contestó: A él conviene crecer y a mí menguar.
13. Porque
quien del cielo viene es sobre todos.
14. Y Herodes,
por cuanto Juan le reprendía un vínculo ilícito, le
hizo cortar la cabeza.
15. Y, oyéndolo
Jesús, que estaba en Galilea, se fue a los confines de Zabulón
y de Nephtalim.
16. Y predicaba
la penitencia y el reino de los cielos.
Jesús elige doce discípulos y empieza a hacer milagros
IV 1.
Y Jesús hacía milagros y evangelizaba.
2. Según
dijo Isaías: El Espíritu Santo es sobre mí, para predicar
a los pobres.
3. Y muchos
se congregaban y lo seguían.
4. Y entonces
eligió doce discípulos.
5. Y, subiendo
a un monte, les propuso las diversas fórmulas de las bienaventuranzas.
6. Y dio
a los que predicasen su doctrina facultad de curar enfermos y de arrojar
demonios.
7. Y solícitamente
instruía a la muchedumbre, cuando descendió al campo desde
el monte.
8. Y su doctrina
era milagrosa e iba en bien de los míseros. Y curaba a los leprosos.
9. Y curó
la parálisis del fámulo de un centurión.
10. Y, llegando
a las puertas de la ciudad de Nain, resucitó a uno que llevaban
a enterrar.
11. Y su
fama se extendió por toda la Siria.
12. Y no
sólo hacía estos beneficios, sino que también libró
a una pecadora de los fariseos, y la absolvió.
13. Y, siguiéndole
muchos, les dijo que para seguirlo era preciso renunciar a todos los afectos
terrenos.
14. Y que
no esperasen fortuna, porque el Hijo del hombre no tenía ni almohada
en que reposar su cabeza.
15. Y, pidiéndole
uno licencia para, antes de seguirlo, ir a enterrar a su padre, le dijo:
Deja que entierren los muertos a sus muertos.
16. Y a otro,
que antes de seguirlo quería ir a despedirse de su casa, le dijo
que no era buen sembrador quien, puesta ya la mano en el arado, volvía
la vista atrás.
17. Y, viniendo
al país de los gergesenos, en una barca, hubo gran temporal, mientras
él dormía.
18. Y él
hizo cesar la tempestad.
19. Y, llegado a puerto, libró a un endemoniado de un tropel
de espíritus inmundos, y les permitió alojarse en una manada
de puercos.
20. Y, llegando
a Cafarnaum, curó a un paralítico, por su mucha fe.
21. Y, viendo
al publicano Mateo, lo llamó a las funciones apostólicas.
22. Al pasar
para Galilea por Samaria, entabló coloquio con una mujerzuela, que
era pecadora.
23. Y ella
sabía que vendría el Mesías, que llamaban el Cristo.
24. Y, llegando
a Caná de Galilea, vino a él un notable de la ciudad que
tenía un hijo moribundo, y fue sano.
25. Y, entrando
en la casa de Leví, le reprendieron los fariseos, porque andaba
con publicanos.
26. Y dijo
Jesús: No necesitan médico los sanos, sino los enfermos.
27. Y le
dijeron los fariseos que por qué sus discípulos no ayunaban,
y no hacían sacrificios, como los de Juan.
28. Contestó
él: ¿Pueden los que están de bodas no comer y beber,
mientras esté presente el esposo?
29. No se
ha de poner remiendo de paño nuevo en vestido viejo.
30. Ni echar
vino nuevo en viejos odres.
31. Mas los
fariseos calumniaban al Cristo.
32. Y decían
que debía hacer signos. Y él, conociendo su maldad, díjoles:
33. Generación
insensata, yo no necesito más signo que el de Jonás.
34. Que tres
días estuvo en el vientre de la ballena.
35. Nínive
acusará a esta generación, porque ellos se arrepintieron
por la predicación de Jonás.
36. Y la
reina del Austro os dio ejemplo, cuando vino desde lejos a escuchar la
sabiduría de Salomón.
37. Porque,
cuantas veces el espíritu inmundo sale del hombre y vuelve, trae
otros espíritus y sus últimas cosas son las peores.
38. Y, oyéndolo,
una mujer dijo: Bendito el vientre que te llevó y los pechos que
te amamantaron.
39. Mas él
dijo: Bienaventurados los que sigan la palabra de Dios y la guarden.
40. Y, predicando
un día, le dijeron que su madre y hermanos estaban fuera, y que
querían verlo.
41. Mas él
los reprendió, diciendo que su madre y hermanos eran quienes hicieren
la voluntad divina.
Resurrección de la hija de Jairo y expulsión de demonios
V 1.
Y, confirmando el Señor sus milagros, resucitó a la hija
de Jairo, príncipe de la Sinagoga.
2. Y expulsó
muchos demonios y la gente estaba llena de admiración.
3. Y entonces
dijeron los fariseos que echaba los demonios en nombre de Beelzebuh.
4. Y él
les contestó que quien da buenas cosas tiene buen tesoro, y que
quien las da malas mal tesoro tiene.
5. Porque
decía: El buen árbol da buenos frutos.
6. Y de toda
palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta a Dios en el
día del juicio.
Maquinaciones de los enemigos de Jesús
VI 1.
Y, entrando Jesús en casa de Marta, andaba ésta ocupada.
2. Mas su
hermana María, sentada a los pies de Jesús, oía su
palabra.
3. Y, como
Marta se quejase de esto, dijo Jesús: Déjala. Ella eligió
la parte mejor.
4. Y designó
Jesús otros setenta y dos discípulos para que predicasen
el Evangelio.
5. Y para
que lo precediesen e hiciesen beneficios de salud.
6. Porque
los potestó para sanar enfermos y para echar fuera demonios.
7. Y vinieron
gozosos los discípulos, diciendo que los demonios les obedecían,
en su nombre.
8. Y él
contestó: Vi a Satanás como un rayo que caía del cielo.
9. Gracias,
Padre benigno, porque has dado a estos emisarios los conocimientos celestes
que niegas a los grandes.
10. Mas los
fariseos procuraban ver de sorprender al Cristo en alguna cosa.
11. Y un
sábado iban por los sembrados, y recogían espigas, y las
comían.
12. Y, diciéndole
los fariseos que era impío, les puso Jesús el ejemplo de
David, que comió los panes de la proposición, porque tenía
hambre.
13. Había,
pues, un sábado en la sinagoga un hombre que tenía seca la
mano derecha.
14. Y él
preguntó: ¿Es lícito hacer beneficio en sábado?
15. Y, como
lo sanó, dijo: Porque ninguno de vosotros, si una res, en sábado,
se le cae al pozo, dejará de sacarla.
16. Y entonces
buscaban ocasión de perder a Jesús.
17. Y él
fue a un monte a orar, y se pasó la noche en oración.
18. Y después
de esto les propuso la parábola del sembrador, que, sembrando, arrojó
simiente en tierra, y en piedra y en espinas.
19. Y lo
que cayó en buena tierra, fructificó; mas lo que cayó
fuera, pereció.
20. Y les
dijo del grano de mostaza, que es la simiente más pequeña
y el árbol mayor.
21. Y les
habló del fermento que la mujer mezcló con harina.
22. Y, diciendo
esto a la gente, explicaba a los discípulos las parábolas
de los misterios superiores.
23. Les habló,
pues, del tesoro escondido en el campo, y del mercader que vendió
todas sus perlas para comprar una sola de gran valor.
24. Y en
sus palabras les ponderaba la sublimidad del reino de los cielos.
25. Y les
enseñó claramente la parábola de la cizaña.
Imprecaciones de Jesús contra los fariseos
VII 1.
Y, yendo Jesús a su patria, no pudo enseñar con gusto, por
ser esto común a los profetas, que no suelen en su patria ser glorificados.
2.Y
por la incredulidad de ellos hizo pocos milagros.
3.
Mas el tetrarca Herodes, oyendo la fama de Jesús, creyó que
era Juan que había resucitado y deseó verlo.
4.
Jesús, por entonces, estando en un sitio desierto con una gran multitud,
le dio de comer con sólo cinco panes y dos peces.
5.
Y, viéndolo, muchos lo juzgaron digno de ser hecho príncipe.
6.
Mas no tenía ambición, y por ello huyó a un monte,
y oró toda la noche.
7.
Y sus discípulos estaban en el mar, y una tempestad los agitaba.
8.
Y en medio de ella, Jesús fue a sus discípulos andando sobre
las olas.
9.
Mas ellos disputábanle por espectro.
10.
Y hablándoles Jesús, Pedro tuvo fe en él, y anduvo
sobre el agua, mas, cuando sintió incredulidad, se sumergía.
11.
Y el Señor mandó al viento y entró en la nave.
12.
Y vinieron a tierra de Genezareth.
13.
Y allí acudían los enfermos, y, tocando la orla de su vestidura,
quedaban sanos.
14.
Empero cuando oyeron que Jesús hablaba de darles su carne y su sangre
a modo de pan celestial, muchos huyeron de él.
15.
Mas Pedro dijo que lo seguiría, porque sus palabras eran de vida
eterna.
16.
Y, habiendo llamado un fariseo a comer a Jesús, se escandalizó
de verlo comer sin lavarse antes.
17.
Mas dijo él: Necios, ¿observáis las tradiciones y
la caridad de Dios no observáis?
18.
Vosotros diezmáis la menta y los demás productos, mas no
sois justos.
19. Hipócritas,
que amáis los primeros sitios en las sinagogas y que hacéis
culto de las fórmulas externas.
20. Sois
como sepulcros blanqueados.
21. Y sustraéis,
so pretexto de oblación, los socorros a los valetudinarios, con
falsa doctrina.
22. Mas toda
planta que mi Padre no plantó será desarraigada.
23. Ya lo
profetizó Isaías: Este pueblo me honra con sus labios, mas
su corazón está alejado de mí.
24. Nada
exterior al hombre lo puede contaminar, mas sí lo interior.
25. Porque
el corazón es la oficina de que salen el adulterio, y la fornicación,
y el homicidio, y el hurto.
26. Y el
dolo, y la impostura, y la impudicia, y la necedad, y la soberbia.
27. Mas todo
os será quitado si a vuestros hermanos hacéis limosnas.
El milagro de los panes y los peces. La transliguración
VIII 1.
Y Jesús, desde Judea, fue a Tiro y Sidón.
2. Y a una
mujer cananea, que llegó con su hija, la cual estaba endemoniada,
la atendió por su mucha fe.
3. Y curó
ciegos, y cojos, e imbéciles, y valetudinarios.
4. Y el pueblo,
con gran admiración, venía a sus pies.
5. Y curó
también a un sordomudo.
6. Y viniendo
a Decápolis, hizo hablar a los mudos y oír a los sordos.
7. Y, yendo
a las Pascuas de Pentecostés, en Jerusalén, había
junto a la piscina un hombre que llevaba enfermo cuarenta años.
8. Y, como
lo hubiera sanado, dijeron los fariseos: Es sábado
9. Mas dijo
Jesús: Yo obro, porque en mí obra mi Padre.
10. Escudriñad
las Escrituras en que esperáis vida eterna.
11. Y veréis
que atestiguan de mí.
12. Y enviasteis
a Juan y dio testimonio de mí.
13. Mas no
quiero glorificación, porque sólo a Dios gloria procede.
14. Y, pasando
la mar de Galilea, en un lugar solitario dio de comer a cuatro mil hombres
con siete panes y unos pocos pescados.
15. Y vino
a Dalmanutha.
16. Y aconsejaba
huir de la levadura de hipocresía de los fariseos.
17. Fue después
a las partes de Cesárea de Filipo.
18. Y dio
a Pedro las llaves del reino de los cielos, prometiéndole sobre
él fundar su iglesia.
19. Y que
las puertas del infierno no prevalecerán contra él.
20. Entonces
comenzó a decir que sufriría grandes fatigas, y que sería
muerto por resolución de los escribas y de los príncipes
de Judea.
21. Y Pedro,
oyéndolo hablar de muerte, lo increpó.
22. Mas dijo
Jesús: Apártate de mí, Satanás.
23. Porque
no sabes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres.
24. Y quien
quiera complacerme deje todo humano afecto, y cargue con su cruz, y sígame.
25. ¿De
qué valdrá al hombre granjearse el mundo, cuando el Hijo
venga con los ángeles en la gloria de su Padre y a cada uno pague
según sus obras?
26. Porque
en verdad os digo que algunos de los que hay aquí no morirán
sin ver al Hijo del hombre venir en toda su gloria.
27. Y, habiendo
subido a un monte alto, iban con él Pedro, y Juan, y Jacobo.
28. Y vieron
venir una luz deslumbrante, y a Elías y Moisés hablar con
Jesús.
29. Y la
voz del Padre celeste dijo: He aquí mi Hijo amado, en el que me
complazco.
30. Y con
esta visión fueron en gran gozo los apóstoles.
31. Y, habiendo
presentado un lunático a ellos, no lo pudieron sanar.
32. Mas Jesús
vino y lo curé. Y les dijo: No lo curasteis por vuestra incredulidad.
33. Y viniendo
a Cafarnaum, les exigieron el tributo.
34. Y Pedro
pescó un pez, que tenía dentro un estateco, que son cuatro
dracmas. Y fue el primer pez que pescó aquel día.
35. Y por
entonces le preguntaron los discípulos quién tendría
más honra y más gloria en el reino de los cielos.
36. Y, tomando
Jesús a un niño, le puso en medio, y dijo que era preciso,
para que fuesen perdonados los pecados, hacerse como niños.
37. Y les
contó la parábola de las cien ovejas y de la oveja perdida.
38. Y la
de la dracma que se perdió y que se encontró con gran gozo.
39. Y expresó
la máxima indulgencia de nuestro Padre con la parábola del
hijo pródigo, el cual fue recibido con gozo, y al que le puso su
padre un anillo, e hizo en su honor gran festín.
40. Y les
dijo que, cuando recibiesen ofensa de su hermano, procurasen benignamente
arreglarlo a solas.
41. Y que
llevasen, si no conseguían nada, dos árbitros, y si tampoco,
que lo llevasen a la asamblea.
42. Y, habiéndole
preguntado Pedro si había de perdonar hasta siete veces a su hermano,
contestó que no siete, sino setenta veces siete.
43. Porque,
si no somos clementes, no lo será con nosotros Dios.
44. Y explicó
la parábola del rey que condonóuna deuda a su siervo.
45. Y viendo
que el siervo no fue con su consiervo igualmente clemente, le condenó.
Enseñanzas y parábolas de Jesús
IX 1.
Terminados estos sermones, pasó Jesús al otro lado del Jordán
y enseñaba y curaba a los enfermos.
2. Y queriendo
perderlo, preguntaron capciosamente los fariseos qué había
de hacerse para repudiar a la mujer.
3. Mas dijo
Jesús: Moisés, por la dureza de vuestro corazón, os
mandó, para divorciaros, dar carta de repudio.
4. Mas nunca,
sino por fornicación, es el repudio lícito.
5. Y, diciéndole
algunos que era entonces preferible el celibato, dijo Jesús: Los
que puedan castrarse por el reino de los cielos tendrán gracia.
6. Y unas
madres le trajeron unos niños para que les impusiese la mano.
7. Y como
los apóstoles lo prohibiesen, los reprendió Jesús.
Y les dijo que de tales como aquéllos era el reino de los cielos.
8. Entonces
le contaron cómo Pilatos había mezclado con sus sacrificios
la sangre de unos galileos.
9. Y dijo
Jesús: ¿Creéis por ello que son más pecadores
que los demás?
l0. ¿Ni
que eran más pecadores que los otros los doce que aplastóla
torre de Siloé?
11. Y les
contó la parábola del padre de familia que quiso cortar la
higuera que no daba fruto, a pesar de pedirle el vendimiador que aún
no la cortase.
12. Y, enseñando
un sábado en la Sinagoga, vino una mujer que hacía dieciocho
años tenía demonio y la sanó.
13. Y enojóse
el príncipe de la Sinagoga, y le dijo que no hiciese aquello en
sábado.
14. Respondió
Cristo: Cada uno desata su buey en sábado y lo lleva a beber.
15. Y a esta
hija de Abraham, que hacía dieciocho años estaba ligada al
demonio, convino librarla hoy de sus ligaduras.
16. Y así
avergonzaba a los fariseos.
17. Y le
dijeron: Vete, porque Herodes te quiere matar.
18. Mas contestó
Jesús, que conoció su perfidia: Id y decid a ese zorro: Hoy
y mañana expulso demonios, y hago salud, y al tercer día
consumado soy.
Nuevas enseñanzas y parábolas
X 1.
Y Jesús conocía la malevolencia de ellos.
2. Mas, al
llegar la fiesta de los Tabernáculos, fue a Jerusalén.
3. Y las
gentes hablaban de él de distintas maneras.
4. Porque
unos creían bueno lo que Jesús predicaba, mas decían
otros que era un impostor.
5. Y, alzándose,
Jesús repuso: No es mía mi doctrina, sino del Padre, que
me envió.
6. Y se admiraban
al oírlo de que supiera letras, sin haberlas aprendido.
7. Y, dentro
de sí, querían sus enemigos ajusticiarlo.
8. Y mandaron
a prenderlo, mas ninguno le puso mano encima, porque aún no había
llegado su hora.
9. Y vino
a Jesús un hombre para que dijese a su hermano que repartiesen la
herencia.
10. Mas Jesús
le contestó que no le competía juicio de tal clase.
11. Y, aconsejando
a las gentes que huyesen de la avaricia, les expuso la parábola
del que, cuando había juntado mucho, vinieron en la noche por su
alma.
12. Y, hablando
otra vez en el templo, como dijese a los judíos que eran hijos del
diablo, y no de Abraham, quisieron apedrearlo.
13. Y lo
llamaban endemoniado y samaritano.
14. Y curó
luego a un ciego de nacimiento, que mendigaba.
15. Y, llegando
a Jesús un mancebo, le dijo: Maestro bueno, ¿qué haré
para conseguir la vida eterna?
16. Mas Jesús
le dijo que nadie era bueno, sino Dios.
17. Y añadió,
viendo que el mancebo le aseguraba que cumplía los preceptos, que
sólo le faltaba vender sus bienes y darlos a los pobres. Y él
se fue contrito, porque era rico.
18. Y dijo
Jesús: En verdad os digo que antes entrará un camello por
el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos.
19. Y Pedro
dijo a Cristo que ellos lo habían abandonado todo por él
y él les prometió que les sería dado ciento por uno.
20. Propúsoles
entonces la parábola del rico y de Lázaro el pobre.
21. Lázaro
había pasado en la vida hambre y dolores, y deseaba recoger las
migajas de la mesa del rico. Mas cuando fueron muertos, vio el rico, desde
el infierno, donde sufría penas acerbísimas, a Lázaro
en el seno de Abraham.
22. Y les
habló de la parábola del administrador deshonesto, que, por
granjearse el apoyo de los administrados de su señor, les rebajó
sus cuentas, cuando fue despedido, y a quien, a pesar de ello, alabó
el señor.
23. Igualmente
les habló del cabeza de familia, que, para trabajar en su viña,
contrató en distintas horas a varios operarios y luego les pagó
lo mismo a todos.
24. Y, entrando
un sábado en casa de un fariseo, curó a un hidrópico.
25. Y entonces
habló de que quien era invitado a comer no sea el primero en sentarse,
por si hubiera otros de más honor.
26. Y que,
cuando se hiciese, se convidase a los desgraciados, para obtener recompensa
en la resurrección de los justos.
Jesús en Jerusalén y en Bethania. Profecías hechas a los discípulos sobre su suerte futura
XI 1.
Y a fines de año se celebraba la fiesta de la Dedicación.
2. Y Jesús
andaba por el portal de Salomón, en el templo.
3. Y lo rodearon
los judíos y exigían que les dijese si era el Cristo.
4. Y respondió
Jesús: Ya os lo he dicho, y mis obras lo atestiguan.
5. Porque
el Padre y yo somos una misma cosa.
6. Y agarraron
piedras para lapidarlo, mas él huyó, y se fue.
7. Y estaba
tras el Jordán, cuando vinieron a avisarle que Lázaro había
muerto.
8. Y dijo
a sus discípulos que Lázaro dormía, significándoles
así su defunción.
9. Y, viniendo
a Bethania, halló que Lázaro llevaba sepultado hacía
cuatro días.
10. Y a los
que estaban dijo: Yo soy la resurrección y la vida.
11. Porque
el muerto vivirá, si cree en mí, y quien crea en mí
no morirá eternamente.
12. E hizo
salir a Lázaro del sepulcro en que llevaba cuatro días.
13. Y muchos
judíos entonces creyeron en él.
14. Y los
fariseos juntaron consejo, porque veían que Jesús hacía
muchos signos.
15. Y Caifás,
el pontífice, lo sentenció, y todos buscaban cómo
prenderlo.
16. Y por
esto el Señor fuese a Efraim, junto al desierto, y se estaba allí,
con sus discípulos.
17. Y, yendo
después a Jerusalén, pasaba por Galilea y por Samaria.
18. Y vio
venir de lejos a diez leprosos, y los curé, y los envió a
los sacerdotes.
19. Mas,
no habiendo sido admitidos en una ciudad Samaritana, Juan y Jacobo le pidieron
que se vengase, haciendo bajar sobre ella fuego del cielo, como Elías.
20. Y él
les advirtió: No tenéis el espíritu del cielo, que
es benignidad, y mansedumbre, y paciencia.
21. Y les
dijo en secreto: He aquí que subimos a Jerusalén.
22. Para
que el Hijo del hombre sea entregado a los príncipes de los sacerdotes
y a los escribas, y para que sea condenado y azotado y llevado a la cruz.
23. Y al
tercer día resucitará de entre los muertos.
24. Y la
madre de los hijos de Zebedeo vino a pedirle que ellos tuvieran un primer
lugar en el reino del cielo.
25. Y Jesús
les habló entonces del cáliz que había de beber, y
de la pena de cruz.
26. Y los
aconsejó según su ejemplo, que ponía su vida por los
demás.
Nuevos viajes a Jerusalén
XII 1.
Camino de Jerusalén, pasaba Jesús por Jericó.
2. Y el publicano
Zaqueo le ofreció devolver cuanto debiese, cuadruplicado, y dar
la mitad de sus bienes a los pobres, y Jesús paró en su casa.
3. Porque
decía: En verdad que él también es hijo de Abraham.
4. Y llegándose
ciegos a él, a grandes voces pedían que los sanase y los
curó.
5. Y parando
en Bethania en casa de Simón el leproso, vino Marta a servir.
6. Y su hermana
María quebró un vaso de alabastro lleno de ungüento
precioso sobre la cabeza del Señor, para ungirlo.
7. Y los
discípulos murmuraban de aquel dispendio, que podía haberse
dado a los pobres.
8. Y dijo
Jesús: Siempre tendréis pobres entre vosotros, mas a mí
no siempre me tendréis.
9. Dejad
a esta mujer, que ha guardado esto para mi sepultura.
10. Y llegando
a Bethfagé, mandó Jesús tomar un pollino para entrar
sobre él en Jerusalén.
11. Y muchos
niños y gentes lo recibían con aclamaciones, y lo saludaban
con ramas de árbol.
12. Diciendo:
¡Hosanna!
¡Bendito
sea el que viene en nombre del Señor, rey de Israel!
13. Y llegando
a la ciudad, lloró sobre ella.
14. Porque
sabía que sería destruida por los romanos Vespasiano y Tito.
15. Y entrando
en Jerusalén, decían: ¿Quién es éste
que llega así?
16. Y, yendo
al templo, echó fuera a los que negociaban allí.
17. Y devolvió
la vista a muchos ciegos y curó a muchos cojos.
18. Y dijo
a los judíos que él derribaría y restauraría
en tres días el templo.
19. Y viendo
Jesús a una viuda pobre echar dos monedas pequeñas en el
gazofilacio, dijo que aquella ofrenda era la mayor.
20. Entonces
contó a la gente la parábola del publicano humilde y del
fariseo jactancioso ante Dios.
21. Y dijo
que el publicano sería justificado antes que el fariseo.
22. Y como
era tarde, fuese a Bethania.
23. Y Nicodemo
fue a verlo de noche, y hablaron de los secretos celestiales.
24. Y dijo
Jesús que quien creyera que él era el Cristo no perecería,
sino que tendría vida eterna.
25. Y volviendo
a Jerusalén, tuvo hambre.
26. Y llegándose
a una higuera, y hallando que no tenía frutos, la maldijo.
27. Y la
higuera se secó.
28. Y estando
en el templo, trajeron los escribas fariseos una mujer tomada en adulterio,
29. Y Jesús,
absolviéndola, dijo que él no había venido a abrogar
la ley de Moisés.
30. Mas que,
siendo todos pecadores, no había de aplicarse la ley a una sola
infeliz.
31. Y, llegando
unos gentiles, pidieron a Andrés y a Felipe que les enseñase
a Jesús.
32. Y dijo
Jesús: He aquí que llega la hora en que será glorificado
el Hijo del hombre.
33. Y se
volvió a Bethania.
34. Y, viendo
los discípulos la higuera seca, sintieron gran admiración.
35. Mas el
Señor les dijo que conseguirían todo lo que pidiesen con
fe y con perseverancia.
36. Y a este
propósito les contó la parábola del juez injusto.
37. Que no
temía a Dios ni a los hombres, mas siendo muy insistido por una
viuda, le hizo justicia, por librarse de ella.
38. Y, viniendo
al templo, le dijeron los sacerdotes: ¿Con qué autoridad
enseñas?
39. Y Jesús
les contestó preguntándoles: El bautismo de Juan ¿era
del cielo o de los hombres?
40. Y, al
referirles que los publicanos y las meretrices serían preferidos
a los incrédulos, les relató la parábola del padre
que mandó a sus dos hijos a trabajar en la viña.
41. Y uno
dijo: No quiero y fue. Y otro dijo: Iré y no fue.
42. Después
contó la parábola del hombre que envió a cobrar a
los colonos los frutos de su viña.
43. Y, habiendo
matado a los que envió, fue y condenó a los colonos.
44. Porque
la piedra que rechazaron los que edificaban quedó por cabeza de
esquina.
45. Y quien
sobre ella cayere será quebrantado.
46. Y también
les contó la parábola del rey que celebró las bodas
de su hijo.
47. Y querían
los judíos ver de encontrarlo en algún error.
48. Y, sobornando
los fariseos a unos discípulos, fueron con unos herodianos, para
preguntarle si había de darse tributo al César.
49. Y él,
viendo la inscripción de la moneda que le presentaban, dijo que
la pagasen al César, pues suya era, y a Dios lo que se le ha de
pagar.
50. Vinieron
después unos saduceos, que no creen en la resurrección, y
le presentaron argumentos.
51. Y dijo:
El Dios de Abraham, e Isaac, y Jacob no es Dios de muertos, mas de vivos.
52. Y los
doctores de la Ley le preguntaron cuál era el mandamiento primero,
y dijo que amar al prójimo, después de Dios.
53. Y contó
la parábola del hombre herido de ladrones, que abandonaron un levita
y un sacerdote, mas del que tuvo caridad un samaritano.
54. Y, habiendo
mandado los judíos prenderlo, no lo hicieron los ministriles, porque
nunca habían a hombre alguno oído hablar como a él.
55. Y decía
Jesús: Me buscaréis, y no me encontraréis.
56. Y muchos
de la multitud creyeron en que Jesús era profeta y el Cristo.
57. Mas otros
decían: ¿Ha de venir el Cristo de Galilea? ¿No ha
de venir de la casa de David, de la aldea de Bethlehem?
58. Mas Jesús
preguntó a los fariseos: ¿De quién es hijo el Cristo?
59. Y le
dijeron: De David.
60. Y él
les hizo ver que entonces era absurdo que David, en los salmos, llamase
Señor a su hijo.
61. Y entonces
dijo Jesús a las gentes que, sobre la ley que Dios dio a Moisés,
se habían sentado los escribas y los fariseos.
62. Porque
cargaban a los hombres con pesos que ellos no llevaban.
63. Y amaban
ser llamados maestros, no habiendo más maestro que el Padre que
está en los cielos.
64. Y dijo:
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, que cerráis el reino
de los cielos ante los hombres!
65. Porque
andáis mar y tierra para hacer un prosélito, y meterlo en
vuestras supersticiones.
66. He aquí
a los ciegos que quieren ser guías de los ciegos.
67. Porque
vertisteis la sangre de los profetas y los apóstoles.
Anuncio del juicio final
XIII 1.
Saliendo Jesús del templo, mostrábanselo sus discípulos
con admiración.
2. Y él
exclamó: En verdad os digo que piedra sobre piedra no ha de quedar.
3. Y congregando
a sus discípulos en el monte de los Olivos, les anunció el
Anticristo.
4. Que vendría
con guerras, y pestes, y hambres, y terremotos, según el vaticinio
de David.
5. Mas que
ni un cabello de sus cabezas perecería.
6. Y que
habría portentos en el cielo, y en el mar, y en la luna, y en el
sol, y en las estrellas.
7. Y que
huyeran de la crápula, y del desorden, y de la ebriedad, para que
el día no los sorprendiera desprevenidos, como el Diluvio halló
a los hombres comiendo y bebiendo, mientras Noé se refugiaba en
el arca.
8. Porque
no se sabía cuándo vendría él con los ángeles
en la luz del cielo.
9. Y les
puso el ejemplo de los dos siervos, que uno veló y otro se descuidó
mientras estaba fuera el amo de la casa.
10. Y añadió
la parábola de las vírgenes, que unas tenían aceite
en las lámparas, y otras no, para esperar al esposo.
11. También
les habló del siervo inútil, que guardó lo que le
dio su señor, sin ponerlo a producir.
12. Y de
cómo serían separados los malos de los justos, como el pastor
separa las ovejas de los carneros, para que fuesen los malos llevados al
fuego y los justos llamados al reino celeste.
La última cena. Detención y condena de Jesús
XIV 1.
Y los sacerdotes reunieron consejo para condenarlo y ofrecieron dinero
a Judas para que se lo entregara.
2. Y el primer
día de la fiesta, fue Jesús a comer en la ciudad la Pascua
con los discípulos.
3. Y les
lavó los pies, para darles ejemplo de modestia.
4. Y, tomando
el pan, dijo: Comed, éste es mi cuerpo.
5. Y, dándoles
vino, dijo: Bebed, ésta es mi sangre.
6. Y como
les anunciase que sería entregado y muerto, dijo Pedro que lo seguiría
a la cárcel y a la muerte.
7. Mas Jesús
le predijo que lo negaría tres veces.
8. Y mandó
que se amaran mutuamente, según él los había amado.
9. Y dijo:
No os turbéis.
10. Porque
yo voy a preparar lugar en que recibiros.
11. El que
guarde mis mandamientos tendrá vida eterna y Dios os enviará
el Espíritu consolador.
12. Mas el
que en mí sea estéril será como pámpano sin
fruto, que se echa a las llamas.
13. No he
sido elegido de vosotros, sino yo os elegí.
14. Y el
mundo os aborrecerá, para que se cumpla la profecía: Sin
causa me aborrecieron.
15. Si a
mí me persiguieron, a vosotros os perseguirán, porque no
es el discípulo más que su maestro.
16. Mas cuando
venga el Espíritu de consuelo acusará al mundo.
17. Y si
antes tuvisteis tristeza, entonces tendréis gozo.
18. Y dio
paz Jesús a sus discípulos y les prometió que, siguiendo
su ejemplo, vencerían al mundo.
19. Y alzando
los ojos al Padre, pidió que lo glorificase, y que hiciese a los
discípulos unos con él, como él era uno con el Padre.
20. Y tras
de haber entonado el himno, fueron a Getsemaní, tras el arroyo de
los Cedros. Y Judas sabía el lugar.
21. Y tomó
a Pedro y a los hijos de Zebedeo y empezó a angustiarse.
22. Y su
alma estaba triste hasta la muerte, y se alejó y oró.
23. Y pidió
a su Padre que apartase aquel cáliz, si era posible; mas si no,
que se hiciese su voluntad.
24. Y yendo
a sus discípulos, los halló dormidos, y les recomendó
velar y orar, para no caer en la tentación.
25. Porque
el espíritu estaba presto, mas la carne era frágil.
26. Y en
su angustia, sudaba como sangre.
27. Mas una
voz del cielo lo confortó.
28. Y sobrevino
Judas con una tropa de ministriles de los pontífices y los fariseos.
29. Y dijo
Jesús a los discípulos: Dormid ya y descansad.
30. Y preguntando
a quién buscaban, y diciendo que a Jesús Nazareno, repuso:
Yo soy.
31. Y cayeron
por tierra. Mas, acercándose ludas, lo llamó maestro y lo
besó.
32. Y éste
era el signo convenido con los judíos.
33. Y entonces,
lo apresaron y ataron.
34. Y Pedro,
que tenía espada, hirió a Malco, criado del Pontífice,
y le cortó la oreja derecha.
35. Mas Jesús
se la sanó, y dijo a Pedro que quien a hierro mata a hierro ha de
morir.
36. Y preguntó
a los que lo prendieron que por qué iban a él armados, como
si fuese ladrón, a pesar de que siempre estaba en el templo enseñando
públicamente.
37. Mas que
aquella era su hora y la de las potencias de las tinieblas.
38. Y los
discípulos se salvaron huyendo, y los esbirros llevaron a Jesús
ante Anás, suegro del Sumo Pontífice Caifás.
39. Y entonces
le preguntaron de sus discípulos y de su doctrina, mas él
dijo: Preguntad a los que la oyen.
40. Y un
criado del Pontífice le dijo que cómo contestaba así
y lo abofeteó.
41. Empero
replicó Jesús: Si he hablado mal, testimóniamelo.
Y si bien, ¿por qué me hieres?
42. Y lo
llevaron ante Caifás, y presentaban falsos testigos, mas no se concertaban
sus testimonios.
43. Y dijo
el Pontífice: ¿Eres el Cristo?
44. Contestó
Jesús: Tú lo has dicho.
45. Y aun
os digo que veréis al Hijo del hombre viniendo en las nubes del
cielo.
46. Entonces
el Pontífice rasgó sus vestiduras y Jesús fue condenado
a muerte.
47. Y le
taparon la cabeza, y lo escupían, y le pegaban, diciéndole:
Profetiza quién te dio.
48. Y, estando
Pedro en el patio de Anás, le preguntaron si era de sus discípulos
y lo negó.
49. Y dos
veces volvió a negarlo en el patio de Caifás.
50. Y cantó
entonces el gallo y Pedro recordó las palabras de Jesús.
51. Y salió
afuera y lloraba.
Jesús en el Pretorio
XV 1.
Y llevaron los judíos a Jesús al Pretorio, mas no entraban,
por no contaminarse antes de comer la Pascua.
2. Y viendo
Judas que lo condenaban, arrojó en el templo los treinta dineros.
3. Y por
ser precio de sangre, compróse con ello un campo para sepultar a
los forasteros.
4. Y habiéndole
llevado a Pilatos, acusaban los judíos a Jesús.
5. Y decían
que subvertía al pueblo y que prohibía dar tributo al César.
6. Y oyendo
Pilatos a Jesús en secreto, no halló culpa en él y
quiso absolverlo.
7. Y, enterado
de que Jesús predicaba en Galilea, lo envió a Herodes el
tetrarca, que estaba en Jerusalén, por ser de su jurisdicción.
8. Y Herodes,
con sus gentes, se burló de él y le mandó poner, por
escarnio, una veste blanca y lo devolvió a Pilatos.
9. Y, por
ser costumbre perdonar a un culpado en la Pascua, quiso Pilatos perdonar
a Jesús.
10. Mas,
habiendo indicado su Proyecto a los judíos, ellos le pidieron que
librase a Barrabás, que era homicida.
11. Y decían
que crucificase al Cristo.
12. Y los
soldados de la guardia lo desnudaron, y lo azotaron, y lo golpearon, y
lo hirieron y, por burla, lo llamaban rey de los judíos.
13. Y Pilatos
salió a éstos, y les dijo que Jesús estaba ya muy
castigado y que tuviesen piedad de él. Porque también su
mujer había soñado con Jesús.
14. Mas los
judíos pedían que lo crucificase, y que si no, era enemigo
del César.
15. Y Pilatos
se lavó las manos, para quedar limpio de aquella sangre.
16. Y lleváronse
a Jesús para crucificarlo.
Jesús en el Calvario
XVI 1.
Y lo sentenciaron a ser ejecutado entre dos ladrones.
2. Y Simón
Cirineo le llevaba la cruz.
3. Mas iba
tras él mucha gente y mujeres que lloraban.
4. Y dijo
Jesús que no llorasen sobre él.
5. Sino sobre
Jerusalén, porque vendría hora en que fuesen felices las
estériles.
6. Y lo crucificaron
en el Calvario, entre los dos ladrones.
7. Y uno,
acudiendo a Jesús, le pidió que se acordase de él
cuando estuviese en su reino.
8. Y Jesús
le prometió que estaría con él en el Paraíso.
9. Y Pilatos
había mandado poner a Jesús un cartel que repugnaba a los
judíos.
10. Porque
decía en latín, y en griego, y en hebreo:
Jesús Nazareno, rey de los judíos.
11. Y los
soldados repartieron sus vestiduras, según la profecía.
12. Y estaban
junto a la cruz de Jesús su madre María y su discípulo
Juan.
13. Y él
dijo: Mujer, he ahí a tu hijo. Y a Juan: He ahí a tu madre.
14. Y luego
clamó: Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me abandonaste?
15. Y oyéndolo
gritar, le ofrecieron una esponja con vinagre.
16. Y Jesús,
inclinando la cabeza sobre el pecho, exclamó: En tus manos, Padre,
encomiendo mi espíritu. Y expiró, dando una gran voz.
Prodigios que acompañaron la muerte del Crucificado. Su sepultura
XVII 1.
Su muerte fue seguida de prodigios. Porque el sol se oscureció,
las estrellas temblaron, y se rasgó el velo del templo.
2. Y se quebraron
las piedras, y se abrieron los sepulcros, y hubo resurrecciones.
3. Y el centurión
que había allí dijo: Verdaderamente, este hombre era Hijo
de Dios.
4. Y los judíos rogaron a Pilatos que mandase sepultar a los
condenados, porque sus cuerpos no estuviesen el sábado en la cruz.
5. Y quebraron
las piernas a los ladrones. Mas, como Jesús se hallaba ya exánime,
le dieron una lanzada, y salió sangre y agua.
6. Y el decurión
José pidió a Pilatos el cuerpo de Jesús para darle
sepultura.
7. Y él
y Nicodemo lo ungieron y lo perfumaron con más de cien libras de
mirra y de áloe.
Resurrección y ascensión de Jesús
XVIII 1.
Vinieron los judíos a Pilatos, pidiéndole poner guardias
en el sepulcro y tapar la puerta y sellarla.
2. Para que
no vinieran los discípulos y robaran el cuerpo y dijeran que había
resucitado.
3. Mas al
tercer día hubo como un gran terremoto, y el Señor resucitó,
y dos ángeles refulgentes apareciéronse ante los guardias,
y los guardias cayeron a tierra como muertos.
4. Mas los
judíos sobornaron a los soldados para que dijesen que el cuerpo
de Jesús había sido robado por la noche.
5. Y María
Magdalena y Salomé iban al sepulcro para ungir y aromar el cuerpo
del Señor.
6. Y hallaron
la piedra de la puerta movida, y que no estaba el cuerpo del Señor.
7. Y en esto
se aparecieron dos ángeles, y les dijeron que el Señor había
resucitado, y que fuesen a predicar a los discípulos a Galilea.
8. Porque
el Señor había predicho su muerto y su resurrección.
9. Y ellas
lo dijeron a los discípulos, que no les creyeron.
10. Mas yendo
Pedro y Juan al sepulcro, vieron que las mujeres decían verdad.
11. Y estando
María Magdalena cerca del sepulcro, aparecióse a ella el
Señor, por primera vez.
12. Y yendo
a Emmaús, se apareció a dos de sus discípulos.
13. Y les
explicó desde Moisés todas las Escrituras.
14. Y después,
estando una tarde reunidos los discípulos con las puertas cerradas,
se apareció Jesús y les deseó paz.
15. Y, como
ellos se maravillasen, les mostró los agujeros de sus manos y de
sus pies.
16. Y, porque
si fuera Espíritu no comería, comió con ellos miel
y pescado.
17. Y les
explicó el sentido de las Escrituras, y de la Ley, y de los salmos.
18. Y les
explicó cómo profetizaban al Cristo, y su muerte, y resurrección
al tercer día.
19. Y les
envió a predicar el Evangelio a los gentiles y la remisión
de los pecados.
20. Y los
discípulos sintieron grande gozo.
21. Y otra
vez les dio paz, y dijo que él los enviaba a ellos, como el Padre
a él.
22. Y luego
les insufló el Espíritu Santo.
23. Y ocho
días más tarde, estando los discípulos con las puertas
cerradas, se apareció y los deseó paz.
24. Y Tomás,
que dudaba, porque antes estaba ausente, vio la herida del costado de Cristo,
y sus manos y pies agujereados, y creyó.
25. Y otro
día, pescando los discípulos en el Tiberíades, se
manifestó.
26. E hizo
a Pedro confesarle tres veces su amor, y le dio orden de que apacentase
sus ovejas.
27. Y luego
los discípulos fueron a Galilea, a un monte que les había
indicado el Señor, y lo adoraron.
28. Y les
dijo que toda potestad les era dada.
29. Y que
fuesen y bautizasen a los gentiles, y que anunciasen el Evangelio y el
perdón de los pecados.
30. Y que
echasen demonios, y curasen enfermos, y en su nombre predicasen.
31. Y he
aquí que, cuando el Señor los hubo adoctrinado, se iba al
cielo.
32. Y fue
en él recibido y se sentó a la diestra de Dios.
33. Y los
discípulos fuéronse, y andaban predicando por todas partes.
34. Y el
Señor obraba con ellos y hacían señales en su nombre.
35. Y confirmaban
sus palabras con las obras que se seguían.