(Pistis Sophia)
Jesús asciende a los cielos y desciende de ellos para adoctrinar a sus discípulos
I 1.
Cuando resucitó de entre los muertos, Jesús pasó once
años hablando con sus discípulos.
2. Y les enseñaba
hasta los lugares, no solamente de los primeros preceptos, y hasta los
lugares del primer misterio, del que está en el interior de los
velos, en el interior del primer precepto, que es él mismo el veinticuatro
misterio, sino que también las cosas que se hallan más allá,
en el segundo lugar del segundo misterio, que está antes que todos
los misterios.
3. Y Jesús
dijo a sus discípulos: He venido de ese primer misterio, que es
el mismo que el último misterio, que es el veinticuatro.
4. Mas los
discípulos no comprendían estas cosas, porque ninguno de
ellos había penetrado aquel misterio, que, sin embargo, consideraban
como la cumbre del universo y como la cabeza de todo lo que existe. Y pensaban
que era el fin de todos los fines, porque Jesús les había
dicho, con relación a ese misterio, que rodea el primer precepto,
y los cinco moldes, y la gran luz, y los cinco asistentes, e igualmente
todo el tesoro de la luz.
5. Y Jesús
no había anunciado todavía a sus discípulos toda la
emanación de todas las regiones del gran invisible, y de los tres
triples poderes, y de los veinticuatro invisibles, y de sus regiones, y
de sus eones, y de sus rangos, todo según la manera como emanan
aquellos que son los mismos que los próbolos del gran invisible,
y no les había explicado sus nacimientos, y sus creaciones, y su
vivificación, y sus archones, y sus ángeles, y sus arcángeles,
y sus decanos, y sus satélites, y todas las moradas de sus esferas.
6. Jesús
no había hablado a sus discípulos de toda la emanación
de los próbolos del tesoro de la luz, ni tampoco de sus salvadores,
según el orden de cada uno de ellos y el modo de su existencia.
Ne les había hablado del lugar de los tres amén que
están esparcidos en el espacio.
7. Y nos les
había dicho de qué lugar brotan los cinco árboles,
ni los siete amén, que son los mismos que las siete voces,
ni cuál es su región según el modo de la emanación.
8. Y Jesús
no había dicho a sus discípulos cuáles son las regiones
de los cinco asistentes, ni dónde están, ni les había
hablado de los cinco círculos, ni del primer precepto, ni en qué
sitio están.
9. Y solamente,
hablando con sus discípulos, había revelado la existencia
de esos seres, pero no les había explicado su emanación y
el
rango de su región, y ellos ignoraban que había otras regiones
dentro de ese misterio.
l0. Y no había
dicho en qué lugar había salido hasta que había entrado
en ese misterio en el momento en que fue emanado, sino que sólo
les había dicho: Yo he salido de este misterio.
11. Y por
eso pensaban ellos respecto a ese misterio que era el fin de todos los
fines y la cima del universo. Y Jesús dijo a sus discípulos:
Ese misterio envuelve todas las cosas que os he dicho desde el día
que he venido hasta el de hoy.
12. Y por
eso los discípulos no pensaban que cupiese alguna otra cosa en el
interior de ese misterio.
13. Y ocurrió
que estando los discípulos en el Monte Olivete dijeron estas palabras,
con gran alegría: Nosotros somos más felices que ningún
hombre, puesto que el Salvador nos lo ha revelado todo, y habemos
toda elevación y toda perfección.
14. Y, mientras
hablaban así, Jesús estaba sentado un poco aparte. Y ocurrió
que el día quince de la luna del mes de têbêth,día
en que había plenilunio, el sol, alzándose en su carrera
ordinaria, emitió una luz incomparable.
15. Porque
procedía de la luz de las luces, y vino sobre Jesús, y lo
rodeó completamente. Y estaba algo alejado de sus discípulos
y brillaba de un modo sin igual.
16. Y los
discípulos no veían a Jesús, porque los cegaba la
luz que lo envolvía.
17. Y sólo
veían los haces de luz. Y éstos no eran iguales entre sí,
y la luz no era igual, y se dirigía en varios sentidos, de abajo
arriba, y el resplandor de esta luz alcanzaba de la tierra a los cielos.
Y los discípulos, viendo aquella luz, sintieron gran turbación
y gran espanto.
18. Y ocurrió
que un gran resplandor luminoso llegó sobre Jesús y lo envolvió
lentamente. Y Jesús se elevó en el espacio, y los discípulos
lo miraron hasta que subió al cielo, y todos quedaron silenciosos.
19. Y esto
pasó al decimoquinto día del mes de têbêth.
20. Y cuando
Jesús hubo ascendido al cielo, después de la hora de tercia,
todas las fuerzas de los cielos se turbaron y se agitaron entre sí,
y todos los eones y todas las regiones, y sus órdenes, y la tierra
entera, y sus habitantes fueron estremecidos.
21. Y los
discípulos y todos los hombres se amohinaron, y pensaron que era
posible que el mundo fuese a ser destruido.
22. Y todas
las fuerzas del cielo no cejaban en su agitación y se agitaron entre
sí desde la hora de tercia de aquel día hasta la de nona
del siguiente. Y los ángeles y arcángeles, y todas las potencias
de las regiones superiores entonaban himnos, y todos oían sus cánticos,
que duraron hasta la hora nona del otro día.
23. Mas los
discípulos estaban reunidos y llenos de terror. Y se espantaban
de lo que sucedía, y lloraban, diciendo: ¿Qué ocurrirá?
¿Destruirá el Salvador todas las regiones?
24. Y hablando
así vertían lágrimas, y a la hora de nona del día
siguiente, los cielos se abrieron y vieron descender a Jesús en
medio de un inmenso esplendor.
25. Y este
esplendor no era igual, sino que se dividía de muchos modos, y unos
brillaban más que otros. Y había tres especies que brillaban
de diferente forma, y la segunda estaba sobre la primera, y la tercera
era superior a las demás. Y la primera era análoga a la que
envolvió a Jesús cuando ascendió al cielo.
26. Y cuando
los discípulos vieron tal, quedaron llenos de espanto. Y Jesús,
misericordioso y dulce, les habló y dijo: Tranquilizaos y no temáis
nada.
27. Y oyendo
los discípulos estas palabras, dijeron: Señor, si tú
quitas de ti esa luz deslumbrante, podremos seguir aquí. De otro
modo, nuestros ojos cegarán y por esa luz nosotros y el mundo entero
estamos turbados.
28. Y Jesús
hizo desaparecer aquella luz, y los discípulos, tranquilizados,
fueron hacia él, y prosternándose unánimemente, lo
adoraron, diciendo: Maestro, ¿adónde has ido? ¿A qué
te han llamado? ¿Y de dónde proceden todas estas perturbaciones?
29. Y Jesús,
todo misericordia, les dijo: Regocijaos, porque, a partir de este momento,
yo os hablaré con toda claridad, desde el principio de la verdad
hasta su fin, y sin parábola.
30. No os
ocultaré nada respecto a las cosas que pertenecen a las regiones
superiores, y a las regiones de la verdad. Porque me lo ha autorizado el
Inefable, por el primer misterio de los misterios, para que yo os hable
desde el principio hasta la consumación, y desde las cosas interiores
a las exteriores, y viceversa. Escuchad y os diré todas estas cosas.
31. Ocurrió
que, estando yo sentado algo lejos de vosotros en el Monte Olivete, meditaba
sobre la misión para la que he sido enviado, que está cumplida,
y sobre el último misterio, que es el mismo que el veinticuatro
misterio, desde las cosas interiores hasta las exteriores, y en que todavía
no me había sido enviado un vestimento. Y estas cosas son en el
segundo puesto del primer misterio.
32. Y sucedió
que, cuando yo comprendía que el fin del misterio para el que he
venido estaba cumplido ya, y que el misterio no me había aún
enviado mi veste, reflexionando sobre esto, en el Huerto de los Olivos,
cerca de vosotros, el sol se levantó a los lugares en que lo ha
colocado el primer misterio que lo ha creado, y, según la orden
del primer misterio, mi veste de luz me fue enviada, la cual me había
sido dada desde el principio, y yo me puse en el último misterio,
que es el veinticuatro misterio, a contar desde los que están en
el segundo lugar del primer misterio.
33. Y esta
veste yo la he puesto en el último misterio, hasta cumplir el tiempo
en que debía empezar a predicar a la humanidad y a revelar todas
las cosas desde el principio de la verdad hasta su fin, hablando desde
lo interior de lo interior hasta lo exterior de lo exterior.
34. Regocijaos,
pues, y sentid gozo, puesto que os ha sido otorgado que os hable desde
el principio hasta el fin de la verdad. Y os he elegido desde el principio
por el primer misterio.
35. Regocijaos,
porque, al descender en el mundo, conduzco desde el comienzo doce fuerzas,
que he tomado de los doce salvadores del tesoro de la luz, según
el mandato del primer misterio. Y las he arrojado en el seno de vuestras
madres y con las que hoy están en nuestro cuerpo.
36. Y estas
fuerzas me han sido otorgadas por encima de todo el mundo, porque vosotros
debéis salvar al mundo entero, y para ello es preciso que podáis
sufrir las amenazas de los señores del mundo, y los peligros del
mundo, y sus penas, y sus persecuciones.
37. Os he
dicho que la fuerza que está depositada en vosotros la he extraído
de los doce salvadores que están en el tesoro de la luz. Y por eso
os he dicho desde el principio que vosotros no sois de este mundo, ni yo
tampoco lo soy.
38. Y los
hombres que son del mundo han tomado las almas de los archones de los eones.
Pero la fuerza que está en vosotros viene de mí y pertenece
a las regiones superiores. Yo he conducido a los doce salvadores del tesoro
de la luz, de los que he tomado una parte de mi fuerza.
39. Y cuando
he venido al mundo, he venido entre los angeles de las esferas, semejante
a Gabriel, el ángel de los eones, y los archones de los eones no
me han conocido, sino que creían que era el ángel Gabriel.
40. Y ocurrió
que cuando estuve entre los jefes de los eones, miré desde arriba
el mundo de los hombres, según el mandato del primer misterio, y
hallé a Isabel, madre de Juan el Bautista, antes que lo hubiese
concebido.
41. Y puse
en ella la fuerza que había recibido del pequeño Iâo,
el bueno, que está en el centro, para que pudiese predicar, antes
que yo, y preparar mis caminos, y para que bautizase con el agua de remisión
de los pecados.
42. Y en el
sitio de un archon destinado a recibirlos, encontré el alma del
profeta Elías en la esfera de los eones, y recibí su alma,
y la llevé a la Virgen, hija de la luz, y ella la dio a sus herederos,
que la llevaron al seno de Isabel.
43. La fuerza
de Iâo, aquel que está en el medio, y el alma de Elías,
el profeta, han sido unidas en el cuerpo de Juan el Bautista.
44. Y porque
dudasteis cuando yo os dije que Juan había declarado ser el Cristo
él, vosotros contestasteis que estaba en la Escritura que, si el
Cristo venía, Elías vendría con él, y le prepararía
los caminos.
45. Mas, al
hablarme así, yo os contesté: Elías ha venido, y lo
ha preparado todo, como está escrito.
46. Y como
vi que no comprendíais que el alma de Elías estaba en Juan
el Bautista, os hablé en parábola.
Jesús promete a sus discípulos instruirlos en todos los misterios
II 1.
Y Jesús siguió hablando, y dijo: Y según el mandato
del primer misterio, miré desde arriba el mundo de los hombres y
hallé a María, que es llamada mi madre carnal, y le hablé
en figura de Gabriel.
2. Y cuando
ella se elevó hacia mí, yo puse en ella la primera fuerza,
que he recibido de Barbelón, es decir, el cuerpo que viene de las
regiones superiores.
3. Y en el
sitio del alma puse en ella la fuerza que he recibido del gran Sabach,
el bueno, que está en el hemisferio de la derecha. Y las doce fuerzas
de los doce salvadores del tesoro de la luz que yo he recibido de los doce
diáconos que están en el centro, y la llevé a la esfera
de los archones.
4. Y los decanos
de los archones y sus satélites creyeron que eran las almas de los
archones, y las llevaron a los satélites, y yo las puse en el cuerpo
de vuestras madres.
5. Y cuando
se cumplió el tiempo, os parieron, y en vosotros no había
nada del alma de los archones.
6. Y cuando
Jesús hubo dicho todas estas cosas a sus discípulos en el
Monte Olivete, continuó instruyéndolos.
7. Y dijo:
Regocijaos y que la alegría descienda sobre vuestra alegría.
8. Porque
los tiempos se han cumplido, y yo me vestiré con el ropaje que me
ha sido preparado desde el principio, y que he puesto en el último
misterio hasta el tiempo de su perfección.
9. Mas su
tiempo no se había cumplido, y ya no podía hablaros de la
verdad desde su principio hasta su fin, como ha de ser para que el mundo
sea salvado por vosotros.
10. Regocijaos,
pues, oh dichosos entre todos los hombres, porque habéis de salvar
al mundo.
11. Y cuando
Jesús hubo concluido de hablar así, dijo: He aquí
que recibo mi vestidura, y que toda ciencia me es dada por el primer misterio.
12. Esperad
un poco, y yo os revelaré todo misterio y toda pleroma, y nada os
ocultaré a partir de hoy.
13. Mas en
la perfección, yo os instruiré de toda perfección
y de todos los misterios que son en sí mismos el fin de todos los
fines y la gnosis de todas las gnosis, que hay en mi vestidura.
14. Y os explicaré
todos los misterios, desde el interior de los interiores hasta el exterior
de los exteriores.
15. Escuchad,
pues, y oíd todas las cosas que me han sucedido.
16. Y ocurrió
que cuando el sol se levantó en Oriente, descendió una gran
potencia de la luz, y en la que venía mi investidura, que yo he
puesto en el veinticuatro misterio, según os he explicado.
17. Y encontré
el misterio de mi investidura, escrito en las cinco palabras que pertenecen
a las regiones superiores, y que son: Zama, zama, òza ráchama
òzai.
18. Y su explicación
es ésta: El misterio que está fuera del mundo y que es causa
de que el mundo haya sido hecho es toda la agresión y toda la elevación,
proyecta todas las emanaciones y está en todas ellas.
19. Y he venido
a nos, para que nos nos asociemos contigo, nos enteros estamos contigo.
Y nos somos uno e idéntico, y tú eres uno e idéntico.
20. Y éste
es el primer misterio hecho desde el principio, y que es inefable ante
la emanación. Y todos nosotros somos su nombre.
21. Y nosotros,
pues, vivimos enteramente para ti, en el último límite, que
es lo mismo que el último misterio desde lo interior.
22. Y te hemos
enviado tu investidura, que es tuya desde que en el principio la situaste
hasta el último límite, y hasta que su tiempo se cumplió,
según disposición del primer misterio.
23. Y habiéndose
cumplido el tiempo, te la daré.
24. Ven a
nos, para que seamos en ti, para que te revistamos del primer misterio
y de toda su gloria, según mandato del que nos ha dado el primer
misterio.
25. Porque
tú eres nuestro predecesor y has sido hecho antes que nosotros.
26. Reviste
tu investidura y ven a nos, que necesitamos de ti.
27. Para que
revistamos con ella hasta que el tiempo marcado por el Inefable se haya
cumplido.
28. Y el tiempo
se ha cumplido ya. Ven, pues, a nos para que te revistamos hasta que cumplas
todo el ministerio de la perfección del primer misterio determinado
por el Inefable.
29. Ven a
nos y deja el mundo. Y recibirás toda tu gloria, que es la gloria
del primer misterio.
30. Y, cuando
reconocí el misterio de esas palabras en la investidura que Él
me había enviado, me revestí de ella, y me convertí
en una luz inmensa, y volé a las regiones superiores, y llegué
a las puertas del firmamento transformado en claridad incomparable.
Cristo explica a sus discípulos su viaje a través de las distintas esferas
III 1.
Y todas las puertas del firmamento se abrieron ante mí.
2. Y subí
a la primera esfera, y brillé con una luz inmensísima, cincuenta
y nueve veces mayor que aquella con que destellé en el firmamento.
3. Y cuando
llegué a las puertas de la primera esfera, todas se abrieron a la
vez por sí solas.
4. Y cuando
entré en el círculo de las esferas emanando una luz infinita,
todos los archones fueron en turbación viendo el esplendor que me
pertenecía.
5. Y mirando
mi ropaje, vieron el misterio de su nombre, y su turbación aumentó.
6. Y tuvieron
gran espanto y dijeron: ¿Qué cambio nos ha producido el señor
del firmamento?
7. Y todas
sus filas y sus lazos se rompieron.
8. Y cada
uno se detuvo en su fila, y me adoraron a mí y a mi investidura,
y cantaron himnos del interior de los interiores, con gran temor y desconcierto.
9. Y fui a
las puertas de la segunda esfera, que es el Heimarméné y
sus puertas se abrieron por sí mismas.
10. Y entré
en el ámbito de Heimarméné, rodeado de una luz formidable,
y no había ningún género de luz que no fuese en mí.
11. Y la luz
era cuarenta y nueve veces más grande allí que en la primera
esfera.
12. Y todos
los archones de la segunda esfera cayeron, en su turbación, unos
sobre otros, llenos de espanto ante la luz que me pertenecía.
13. Y viendo
en mi vestidura el misterio de su nombre, quedaron desconcertados, y se
preguntaban: ¿Cómo es que el Señor nos ha cambiado,
sin saberlo nosotros?
14. Y los
lazos de sus lazos, y de sus filas, y de sus cimientos, fueron rotos.
15. Y cada
uno se detuvo en su puesto y, prosternándose ante mí y ante
mi veste, me adoraron.
16. Y cantaron
un himno desde el interior de los interiores, y estaban llenos de temor
y de turbación.
17. Y, dejando
aquel lugar, subiendo hacia los grandes archones de los eones, llegué
a sus velos y a sus puertas, entre una claridad inmensa, y no había
especie de luz que no fuese en mí.
18. Y cuando
llegué a los doce eones, sus puertas se conmovieron, y sus velos
se plegaron por sí mismos, y sus puertas se abrieron a la vez.
19. Y entré
entre los eones destellando un resplandor inmenso, en que ningún
género de luz faltaba, y este resplandor era cuarenta y nueve veces
más grande que en el Heimarméné.
20. Y sus
ángeles, y sus eones, y sus arcángeles, y sus archones, y
sus dioses, y sus señores, y sus fuerzas, y sus luminarias, y sus
antepasados, y sus triples poderes, vieron que yo era luz infinita, al
que ninguna especie de luz es ajena.
21. Y se desconcertaron,
y un gran pavor los dominó cuando vieron la luz deslumbrante que
había en mi.
22. Y su pavor
y turbación llegaron hasta las regiones del Gran Maestro de los
cielos, y de los tres grandes triples poderes.
23. Y por
su gran espanto, el Gran Maestro y los tres grandes triples poderes, corrían
de un lado para otro, y no pudieron cerrar sus regiones, a causa del gran
temor que experimentaban.
24. Y reunieron
todos sus eones, y todas sus esferas, y todos sus súbditos, espantados
por el gran resplandor que veían en mí.
25. Porque
el mundo no hubiera podido soportar la luz que había en mí
entre los eones, y se hubiera disuelto.
26. Y yo brillaba
allí con una luz ocho mil setecientas veces mayor que la que fue
conmigo cuando yo estaba en el mundo con vosotros.
27. Y cuantos
había en el círculo de los doce eones se aturdieron, viendo
la luz que me envolvía, y corrían de un lado para otro. Y
todas sus regiones, y sus cielos, y sus mundos, se conmovieron, porque
no conocían el misterio que se había cumplido.
28. Y Adamas,
el gran tirano, y todos los tiranos que están en los eones comenzaron
a combatir contra la luz.
29. Y no pudieron
ver lo que combatían, porque no veían nada más que
una luz muy brillante.
30. Y cuando
combatían contra la luz, sucumbieron todos y, cayendo sin fuerza,
quedaron sin aliento, como los habitantes de la tierra al morir.
31. Y yo les
arrebaté la tercera parte de su fuerza, para que no pudieran persistir
en sus malos actos, ni los hombres de la tierra los invocasen en sus misterios
revelados por los ángeles pecadores, y que constituyen la magia.
32. Y así,
si los hombres los invocasen con fines perversos, no podran ejecutar malas
acciones.
33. Y troqué
los Heimarménés y las esferas que son sus soberanas. Y las
volví durante seis meses a la izquierda y seis meses a la derecha,
ejerciendo sus influencias, según el mandato del primer precepto
y según el mandato del primer misterio.
34. Y Iâo,
el guardián de la luz, las había colocado mirando siempre
a la izquierda, y ejerciendo así sus influjos y sus funciones.
35. Y he aquí
que cuando yo llegaba a sus regiones, fueron rebeldes y se mostraron hostiles
a la luz.
36. Y por
eso les quité la tercera parte de su fuerza, para que no pudiesen
ejercer sus prácticas malévolas.
37. Y cambié
los Heimarménés y las esferas, poniéndolas a la derecha
seis meses para ejercer sus influjos, y seis meses a la izquierda.
Diálogo de Jesús con la Virgen María
IV 1.
Y cuando el Salvador hubo hablado así, dijo: Aquel que tenga oídos
para oír oiga.
2. Y cuando
María oyó las frases del Salvador, miró al espacio
durante una hora.
3. Y dijo:
Señor, permíteme hablar con sinceridad.
4. Y Jesús
misericordioso contestó a María: Eres dichosa, María,
y yo te instruiré de todos los misterios concernientes a las regiones
superiores.
5. Habla con
sinceridad, tú, cuyo corazón está más enderezado
que el de todos tus hermanos hacia el reino de los cielos.
6. Y María
dijo al Salvador: Señor, tú has dicho: Oiga quien tenga oídos
para oír, para que entendamos las palabras que nos has dicho.
7. Escúchame,
Señor: Tú has dicho: Arrebaté la tercera parte de
todos los archones de los eones, y cambié los Heimarniénés,
y las esferas que son sus soberanas, para que, si la raza de los hombres
que están en el mundo las Invocase en los misterios que los ángeles
pecadores les han enseñado para ejercer malos actos en los misterios
de su magia, no pudiesen desde entonces ejercerlos.
8. Puesto
que tú les has arrebatado su fuerza, aquellos que muestran a los
hombres las cosas que están en el porvenir no tendrán, desde
ahora, la facultad de adivinar lo venidero, porque tú has cambiado
sus esferas y las has hecho ejercer su influjo seis meses a la derecha
y seis a la izquierda.
9. De tus
palabras, Señor, ha hablado la fuerza que residía en Isaías
el profeta, y que dijo en parábolas, al hablar de Egipto: ¿Dónde
están, oh Egipto, tus adivinos y tus intérpretes y tus evocadores?
La fuerza que había en Isaías, el profeta, ha profetizado,
antes que tú vinieses, que tú quitarías su fuerza
a los archones de los eones, y que cambiarías sus Heimarménés
y todas sus esferas.
10. Y cuando
el profeta dijo: No sabéis lo que hará el Señor, significaba
que ninguno de los archones sabía lo que tú efectuarías
ahora, y lo que dijo Isaías de Egipto debe entenderse también
de la materia sin eficacia.
11. E Isaías
hablaba de la fuerza que hay hoy en tu cuerpo material, y que tú
has tomado de Sabaoth, el bueno, que está en el hemisferio de la
derecha.
12. Y por
eso, Señor Jesús, nos has dicho: Quien tenga oídos
oiga, porque tú sabes si el corazón de cada uno aspira ardientemente
hacia el reino de los cielos.
13. Y cuando
María dejó de hablar, dijo el Salvador: María, dichosa
tú eres entre todas las mujeres de la tierra, porque tú serás
el pleroma de todos los pleromas y el fin de todos los fines.
14. Y oyendo
hablar así María a Jesús, sintió júbilo
extremo, y se arrodilló y adoró sus pies.
15. Y dijo:
Señor, óyeme, y permite que te interrogue respecto a las
palabras que has dicho acerca de las regiones en que has estado.
16. Y Jesús
contestó a María, y dijo: Habla con franqueza y no temas,
que yo te revelaré cuanto me preguntes.
17. Y ella
dijo: Señor, los hombres que saben los misterios de la magia de
los archones de los eones y la magia de los archones de la Heimarméné
y la de los de la esfera, según los ángeles malos les han
enseñado, y los invocan en sus misterios, que son su magia, para
impedir las buenas acciones, ¿podrán ahora cumplir sus designios
o no?
18. Y Jesús,
contestando a María, dijo: No los cumplirán como los cumplían
desde el principio, cuando yo les quité la tercera parte de su fuerza.
Pero lo harán quienes conocen los misterios de la magia del tercer
eon.
19. Y cuando
Jesús dijo estas palabras, Maria se levantó y dijo: Señor,
los adivinos, y los astrólogos, ¿mostrarán desde ahora
a los hombres las cosas futuras?
20. Y Jesús
contestó
a María: Silos astrólogos observan las Heimarménés
y las esferas cuando estén vueltas a la izquierda, según
su primera emanación, sus palabras se cumplirán y dirán
lo que ha de ocurrir.
21. Pero si
se observan las Heimarménés y las esferas cuando estén
vueltas a la derecha, no dirán nada verdadero.
22. Porque
sus influencias estarán trocadas, así como sus cuatro ángulos,
y sus tres ángulos, y sus ocho figuras.
23. Porque
desde el principio sus cuatro ángulos, y sus tres ángulos
y sus ocho figuras estaban vueltos hacia la izquierda Pero yo los cambiaré,
haciendo que se vuelvan seis meses a la izquierda y seis a la derecha.
24. Y el que
haya encontrado su orden desde que yo los cambié, disponiendo que
seis meses miren a la izquierda y seis a la derecha; quien los haya observado
de esta manera, sabrá exactamente sus influjos y anunciará
cuantas cosas harán.
25. E igual
será para los adivinos, si invocan el nombre de los archones cuando
sus influencias, vueltas hacia la izquierda, se les manifiesten.
26. Y asimismo
con todas las cosas sobre las que interroguen a los decanos.
27. Mas si
los adivinos invocan sus nombres cuando tienen la faz hacia la derecha,
no comprenderán nada, pues no estarán en la prístina
posición en que Iâo los ha colocado, y tendrán un gran
desconcierto al no conocer sus tres ángulos, ni sus cuatro ángulos,
ni sus ocho figuras.
Diálogo de Jesús con Felipe
V 1.
Y mientras Jesús pronunciaba estas palabras, Felipe estaba sentado,
escribiendo todo lo que Jesús decía.
2. Y al concluir,
se adelantó y, prosternándose, adoró los pies de Jesús,
diciendo: Señor y Salvador mío, permíteme hablar,
para que te interrogue sobre lo que nos has dicho acerca de las regiones
en que has estado en virtud de tu misión.
3. Y el Salvador,
misericordioso, contestó a Felipe, y dijo: Tienes permiso. Di lo
que quieras.
4. Y Felipe
replicó a Jesús: Señor, tú has cambiado el
modo de ser de los archones, y los eones, y de sus Heimarménés,
y esferas, y de todas sus regiones, y los has desconcertado en su camino
y extraviado en su ruta. ¿Has hecho esto para la salvación
del mundo, o no?
5. Y Jesús
contestó a Felipe y a sus discípulos: Yo he cambiado su ruta
por salvar todas las almas.
6. Porque
en verdad os lo digo: De no haberlos desviado, ellos hubieran perdido muchas
almas.
7. Y hubiera
pasado mucho tiempo antes de que los archones de los eones, y los archones
de Heimarméné, y de la esfera, y todas sus regiones, y sus
cielos, y sus eones, hubieren sido destruidos.
8. Y las almas
hubieran pasado mucho tiempo fuera de ese lugar, y el número de
las almas de justos que fueran puestas por el misterio en posesión
de las regiones superiores y en tesoro de la luz hubieran dejado de llenarse.
9. Y por eso
he desviado su camino, para que fuesen perturbados, y perdiesen la fuerza
que forma la materia de su mundo, para que los que han de salvarse sean
prontamente purificados y llevados a las regiones superiores, y para que
los que no deban salvarse sean destruidos.
10. Y
cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
María, la dichosa y de buen lenguaje, se adelantó, y se prosternó
a los pies de Jesús, diciendo: Señor, perdóname si
te hablo, y no te enojes contra mí por lo mucho que te interrogo.
11. Y el Salvador,
en su misericordia, dijo a María: Di lo que quieras y te contestaré
con claridad.
12. Y María
respondió a Jesús: Señor, ¿cómo se detendrán
las almas fuera de ese lugar y cómo serán rápidamente
purificadas?
13. Y el Salvador
contestó a María: María, tú buscas la verdad
en todas tus preguntas, que son razonadas, y llevas la luz a todo con tu
celo.
14. Desde
ahora no os ocultaré nada, mas os revelaré todo con esmero
y con claridad. Escúchame, María, y vosotros, discípulos,
recoged mi palabra.
Jesús explica a sus discípulos su combate con los seres de las esferas superiores
VI 1.
Antes que yo divulgase mi misión a los archones de los eones, y
a los archones de la Heimarméné, y de las esferas, estaban
todos ellos ligados a sus cadenas, y a sus esferas, y a sus sellos, según
el orden en que Iáo, el guardián de la luz, los situó
desde el comienzo.
2. Y cada
uno estaba en su puesto y hacía su camino según la forma
que le trató Iâo, el guardián de la luz.
3. Y cuando
llegó el tiempo de Melquisedec, el gran heredero de la luz, llegó
al medio de todos los archones y todos los eones, y les quitó la
luz pura a todos los eones y archones de la Heimarméné y
de las esferas.
4. Porque
les quitó lo que los había turbado. Y excitó la vigilancia
que hay sobre ellos, y les quitó la fuerza que había en ellos,
y las lágrimas de sus ojos, y el sudor de sus cuerpos.
5. Y Melquirededo,
el heredero de la luz, purificó estas fuerzas, para llevar su luz
al tesoro de la luz.
6. Y los satélites
de los archones recogieron toda su materia, y los satélites de los
archones de las Heimarménés, y los satélites de todas
las esferas que están debajo de los archones la recibieron para
hacer las almas de los hombres, y de los rebaños, y de los reptiles,
y de las bestias, y de los pájaros, y enviarla al mundo de los hombres.
7. Y las potencias
del sol y las potencias de la luna, cuando miraron al cielo y vieron los
sitios de los caminos de los eones y de las Heimarménés y
de las esferas, vieron que la luz les había sido quitada.
8. Y tomando
la luz pura y los residuos de la materia, la acarrearon a la esfera que
hay debajo de los eones, para hacer las almas de los hombres, y para hacer
los reptiles, y las bestias de carga, y los animales, y los pájaros,
siguiendo el círculo de los archones de esta esfera, y siguiendo
las figuras de su conversión, para echarlas en el mundo de los hombres,
y convertirlas en almas de este lugar, según el modo que os he dicho.
9. Y esto
hacían con perseverancia, antes que su fuerza no fuese disminuida
ni debilitada, y quedaran débiles e impotentes.
10. Y cuando
quedaron impotentes y su fuerza hubo cesado, y quedaron debilitados en
su fuerza, y la luz que había en su región cesó, y
su reino fue disuelto, he aquí que una vez que hubieron conocido
por un tiempo estas cosas, Melquisedec, el heredero de la luz, vino de
nuevo para entrar en medio de todos los archones de los eones y de todos
los archones de la Heimarméné y de las esferas, y los conturbó,
y los oprimió para arrancarles su fuerza, y el aliento de su boca
y el sudor de sus cuerpos.
11. Y Melquisedec,
el heredero de la luz, los purificó de un modo que efectuó
con perseverancia, y llevó su luz al tesoro de la luz.
12. Y cuando
yo vine para ascender al ministerio a que he sido llamado por· orden
del primer misterio, subía en medio de los doce archones de los
eones, revestido de mi investidura.
13. Y yo resplandecía
con una luz inmensa, y no había especie de luz que no estuviera
en mí.
14. Y cuando
todos los tiranos, el gran Adamas y los tiranos de los doce eones, se esforzaron
en combatir con la luz de mi investidura, querían tener su posesión
para permanecer en sus reinos.
15. Y lo hacían
ignorando a quién combatían. Y cuando combatían con
la luz, yo, siguiendo la orden del primer misterio, troqué sus caminos
y las armas de sus eones, y las sendas de sus Heimarménés,
y las vías de su esfera.
16. Y las
puse seis meses mirando los tres ángulos de la izquierda, y los
cuatro ángulos y las cosas que están en su región,
y sus ocho figuras, según la forma en que estaban desde el comienzo.
Y cambié su conversión y su dirección.
17. Mas cuando
les quité la tercera parte de sus fuerzas cambié las esferas,
a fin de que mirasen un tiempo a la derecha y otro a la izquierda.
18. Y cambié
su curso, y toda su vía, y aceleré la vía de su curso,
para que fuesen purificados rápidamente, y abrevié su círculo
e hice ligera su vía.
19. Y se apresuraron
mucho, y fueron excitados en su vía, y no pudieron, desde entonces,
devorar la materia de su pura luz.
20. Y abrevié
su tiempo y su duración, para que el número de las almas
justas que recibiesen los misterios y entrasen en el tesoro de la luz se
cumpliese pronto.
21. Si yo
no hubiese abreviado su tiempo, ni cambiado su curso, ellos no habrían
dejado a ningún alma venir al mundo, por la materia de su residuo,
que hubiesen devorado.
22. Y una
multitud de almas se habrían perdido. Y por eso yo he dicho: He
abreviado el tiempo pensando en mis elegidos.
23. De
otro modo, ningún alma hubiera podido salvarse. Y he abreviado los
tiempos por las almas justas que han de recibir los misterios, y que son
las almas de los elegidos.
24. Y si no
hubiese abreviado su tiempo, ningún alma material habría
podido salvarse.
25. Sino que
habrían sido consumidas en el fuego que está en la causa
de los archones.
26. Y estas
son las cosas sobre las cuales me has preguntado.
Jesús relata su encuentro con la Sabiduría fiel
VII 1.
Y cuando Jesús hubo hablado así a sus discípulos,
todos se prosternaron a la vez, y lo adoraron, diciendo: Nosotros, tus
discípulos, hemos sido elevados sobre todos los hombres, por la
grandeza de las cosas que nos estás diciendo.
2. Y Jesús
siguió hablando, y dijo a sus discípulos: Oíd lo que
me ocurrió con los archones de los doce eones, y con todos sus archones,
y sus maestros, y sus dignidades, y sus ángeles, y sus arcángeles.
3. Cuando
vieron la brillante vestidura que había sobre mí, y cada
uno vio el misterio de su nombre en la vestidura brillante de que yo iba
cubierto, todos se prosternaron unánimemente, adorando mi brillante
investidura, y diciendo: El Señor del universo nos ha cambiado.
4. Y cantaron
a coro un cántico desde el interior de los interiores, y todas sus
triples potencias, y sus antepasados, y sus ángeles, y sus fuerzas
engendradas de sí mismos, y sus virtudes, y sus dioses, y todos
sus magnates.
5. Y vieron
a los guardianes de sus regiones, al perder parte de su fuerza, caer en
una gran debilidad, y tuvieron gran miedo ellos mismos.
6. Y descubriendo
el misterio de su nombre en mi envoltura, se apresuraron a venir a adorarlo,
y no pudieron por la suma luz que había conmigo.
7. Y alejándose
un poco, lo adoraron. Y adoraron la luz de mí investidura, y todos
cantaban un himno del interior de los interiores.
8. Y sucedió
que cuando los guardianes que hay al lado de los archones vieron todas
estas cosas, cayeron en el abatimiento y se desplomaron fuera de sus regiones.
9. Y quedaron
como los habitantes del mundo cuando son heridos de muerte, y no alentaban,
y estaban del mismo modo que cuando yo les arrebaté su fuerza.
10. Y he aquí
que cuando yo me alejaba de estos eones, cada uno de los que están
en los doce eones fueron restituidos a sus sitios, y cometieron acciones
malas, según el modo en que yo los había dispuesto.
11. Porque
pasan seis meses vueltos hacia la izquierda, cometiendo hechos generosos
en sus tres ángulos, y en sus cuatro ángulos, y en los que
están en su región.
12. Y otros
seis meses mirando a la derecha, y hacia sus tres ángulos, y hacia
sus cuatro ángulos, y hacia los que pertenecen a su región.
13. Y éste
es el modo como irán aquellos que están en el Heimarméné
y en las esferas.
14. Y ocurrió
que subí muy luego a las regiones superiores, hacia los velos de
la trecena región de los eones.
15. Y cuando
llegué ante sus velos, éstos se abrieron delante de mí.
16. Y entré
a la trecena región de los eones, y encontré sola a la Sabiduría
fiel, sin que ninguno de los eones estuviese cerca de ella.
17. Y estaba
bajo la decimotercera región de los eones, y sentados, y lloraba
porque no la habían conducido a la decimotercera región,
que es su lugar en las regiones superiores.
18. Y se afligía
por los sufrimientos que le había causado el orgullo de uno de los
tres triples poderes. Y cuando yo os hable de la emanación, os diré
el misterio de su creación.
19. Y cuando
me vio la Sabiduría fiel, y contemplé la luz que me rodeaba,
y en la que no faltaba ninguna especie de luz, sufrió una gran turbación.
20. Y mirando
la luz de mi vestidura, vio el misterio de mi nombre trazado sobre mi vestidura,
y todo el esplendor de su misterio como lo había sido desde el principio
en las regiones superiores y en la trece región de los eones.
21. Y dirigió
un himno a la luz que había en las regiones superiores, que ella
vio en los velos del tesoro de la luz.
22. Y cuando
Jesús hubo dicho estas cosas a sus discípulos, María
se adelanté, y dijo: Señor, yo te he oído decir que
la divina Sabiduría estaba también en los veinticuatro próbolos,
pero no estaba en su región, porque tú has dicho: Yo la encontré
debajo de la decimotercera región de los eones.
23. Y Jesús,
contestando, dijo a sus discípulos: La fiel Sabiduría estaba
en la trecena región de los eones, donde están todas sus
hermanas invisibles, que son, ellas mismas, los veinticuatro próbolos
del gran invisible.
24. Y ocurrió
que por orden del primer misterio, la Sabiduría divina miró
a lo alto y vio las alas del tesoro de la luz.
25. Y deseé
ir a aquella región, pero no pudo llegar. Y dejó de efectuar
el misterio de la trecena región de los eones, y dirigió
un himno a la luz de las regiones inferiores, que está en la luz
de las alas del tesoro de la luz.
26. Y cuando
ella elevaba su himno a las regiones superiores, todos los archones que
están en las doce regiones de los eones sintieron odio hacia ella,
porque ellos estaban en las regiones inferiores, y ella se detuvo en sus
misterios y quiso elevarse por encima de ellos.
27. Y por
esto se irritaron contra ellas y la odiaron.
28. Y el gran
triple poder orgulloso, que es la tercera de las triples potencias y que
reside en la trecena región de los eones, aquel que fue insumiso,
no dando toda la pureza de la fuerza que había en él, y no
mostrando la luz pura en el tiempo en que los archones dieron su pureza,
quiso ser soberano en toda la trecena región de los eones y en las
que están debajo.
29. Y aconteció
que todos los archones de las doce regiones de los eones se enfurecieron
contra la Sabiduría fiel, que estaba sobre ellos.
30. Y sintieron
hacia ella odio sumo, y el gran triple poder orgulloso de que os he hablado
siguió a los archones de las doce regiones de los eones, y se irritó
contra la Sabiduría fiel.
31. Y la odió
extremadamente, porque quería ir a la luz que está sobre
él, y proyectó fuera de sí una gran fuerza con rostro
de león, hecha de la materia de que es él.
32. Y proyectó
muchas otras emanaciones materiales, y las proyectó a las regiones
inferiores, en medio del caos, para que tendiesen lazos a la Sabiduría
fiel y le quitasen la fuerza que hay en ella.
33. Porque
quería ir a la región superior que hay sobre ellos, y porque
dejó de cumplir sus misterios.
34. Y ella
continuó llorando, buscando la luz que había visto.
35. Y los
archones que permanecían en el misterio de que ellos se ocupan,
tuvieron odio contra ella, y todos los guardianes que vigilan las puertas
de los eones tuvieron también odio contra ella.
Asechanzas que tiende el gran triple poder a la Sabiduría fiel
VIII 1.
Y ocurrió, según disposición del primer orden, que
el gran triple poder orgulloso, que es uno de los tres poderes, condujo
a la Sabiduría a la decimotercera región de los eones.
2. Y era para
que contemplase los lugares del infierno y viese en aquellos lugares su
potencia de luz con rostro de león.
3. Y quería
que fuese allí, para que le quitasen la luz que había en
ella.
4. Y la Sabiduría
miró desde arriba, y vio la fuerza de aquella luz en la región
de los infiernos, y no supo que pertenecía al triple poder orgulloso.
5. Sino que
pensó que provenía de la luz que ella había visto
desde el principio en la región superior, y que venía de
las alas del tesoro de la luz.
6. Y pensó
dentro de sí: Iré a tomar la luz que los eones de la luz
han creado para mí, a fin de que yo pueda llegar a la luz de las
luces, que está en la altura de las alturas.
7. Y con estos
pensamientos salió de su lugar hacia la trecena región de
los eones, y subió hacia los doce eones.
8. Y los archones
de los eones la vieron y se irritaron contra ella, porque quería
elevarse a las regiones superiores.
9. Y al salir
de las doce regiones de los eones, vino a los parajes del caos, y avanzó
hacia la fuerza de la luz con cara de león para devorarla.
10. Y todos
los defensores de la materia la rodearon. Y la gran fuerza de la luz con
faz de león devoró la potencia de la luz en la Sabiduría
y purgó su luz, que ella había devorado, y su materia.
11. Y la arrojaron
en el caos, que es en su mitad de llamas y en su otra mitad de tinieblas.
12. Y había
un archon con rostro de león, y era Ialdabañrt, de quien
yo os he hablado muchas veces.
13. Y cuando
todo esto sucedió, la Sabiduría se encontro en una extremada
debilidad.
14. Y la fuerza
de la luz con rostro de león comenzó a arrebatar todas las
fuerzas de la luz en la Sabiduría, y todas las fuerzas de la materia
del poder orgulloso rodearon a la vez a la Sabiduría y la atormentaron.
15. Y la Sabiduría
fiel, lanzando grandes gritos, se dirigió a la luz de las luces
que vio desde el principio, implorando su ayuda.
16. Y le suplicó,
con estas palabras: Luz de las luces, a quien he implorado desde el comienzo,
escucha ahora, ¡oh luz!, mis súplicas.
17. Protégeme,
luz, porque malos pensamientos han entrado en mí.
18. Y he mirado,
¡oh luz!, las regiones del infierno, y he visto la luz en ese lugar,
y he venido aquí pensando alcanzar esa luz.
19. Y he caído
en las tinieblas que son el caos del infierno.
20. Y no he
podido volver a mí lugar, porque he sido atormentada por todos mis
enemigos, y la fuerza del rostro de león me ha arrebatado la luz
que había en mí, y yo he implorado tu auxilio, y mi voz no
se ha elevado en las tinieblas.
21. Y he mirado
a lo alto, para que la luz en la que creo me asista.
22. Y cuando
he mirado a lo alto, he visto todos los archones de una multitud de eones.
23. Y mirándome
en este estado, se alegraban de mis gritos. Y yo no les he hecho ningún
mal.
24. Mas me
odian sin motivos. Y cuando los próbolos del triple poder han visto
que los archones de los eones se regocijaban de mi mal, han comprendido
que los archones de los eones no me prestarían su socorro.
25. Y los
que me afligían injustamente han tenido confianza y me han arrebatado
la luz que yo había recibido de ellos.
26. Mas tú,
luz verdadera, sabes que yo he hecho esas cosas cándidamente, creyendo
que la luz de faz de león era tuya.
27. Y el pecado
que he cometido es patente ante ti.
28. No permitas,
Señor, que yo permanezca más tiempo así. Porque yo
he creído desde el principio en tu luz.
29. Señor,
luz de las fuerzas, no me dejes más tiempo privada de tu luz, porque
por ansia de tu luz he caído en la aflicción y la vergüenza
me ha cubierto.
30. Y por
ansia de tu luz he quedado extraña a mis hermanas invisibles, y
a las emanaciones del gran Barbelón.
31. Y esto
me ha ocurrido, ¡oh luz!, porque he deseado penetrar en tu círculo.
32. Y ha venido
contra mí la cólera del orgulloso, aquel que no escuchó
tu orden para que expandiese su luz.
33. Porque
yo he estado en la región de los eones y no he practicado su misterio,
y todos los guardianes de las puertas de las regiones de los eones me buscaban,
y cuantos comprenden sus misterios me perseguían.
34. Mas
yo he mirado hacia ti, luz, y he creído en ti.
35. No me
dejes en la aflicción de la oscuridad del caos, mas líbrame
de estas tinieblas.
36. Si tú
quieres venir a salvarme, grande es tu misericordia; escúchame en
la verdad, y sálvame.
37. Estas
son las palabras que dijo la Sabiduría fiel, y el que tenga oídos
para oír que oiga.
Jesús responde a las consultas de María, Marta y Pedro
IX 1.
Y María dijo: Señor, mis oídos reciben la luz y yo
oigo en mí fuerza de luz.
2. Oye, pues,
lo que tengo que decir sobre las palabras de la fiel Sabiduría al
confesar su pecado.
3. Tu fuerza
de luz ha sido profetizada por boca de David, cuando dijo en su salmo sesenta
y ocho: Dios mío, protégeme, porque las aguas han llegado
hasta mi alma.
4. Y dijo
luego María: Tal es, Señor, la explicación de la súplica
de la Sabiduría fiel.
(No hay versículo 5)
6. Y siguió
hablando, y dijo: La fiel Sabiduría elevó un himno de este
modo:
7. Luz de
las luces, yo creo en ti; no me dejes para siempre en las tinieblas.
8. Ayúdame
y protégeme en tus misterios. Acerca tu oído a mí
y sálvame.
9. Que la
fuerza de tu luz me preserve y me lleve hasta los eones elevados.
10. Y líbrame
de la fuerza de faz de león y de todos mis enemigos.
11. Porque
yo he creído en ti desde el comienzo, y tú eres mi salvador
y mi tesoro de luz.
12. Mi boca
está llena de gloria, para que cante siempre tus alabanzas y el
misterio de tu grandeza.
13. No me
dejes en el caos y no me abandones. Porque mis enemigos me han querido
arrebatar toda mi luz.
14. Vuélvete
a mí, ¡oh luz!, y líbrame de estos malvados.
15. Que quienes
han querido quitarme mi fuerza caigan, ¡oh luz!, en las tinieblas.
16. Y cuando
dijo estas palabras, Jesús preguntó a sus discípulos:
¿Comprendéis lo que os digo?
17. Y Pedro
se adelantó, y dijo: Señor, no permitas hablar siempre a
esta mujer, porque ocupa nuestro puesto y no nos deja hablar nunca.
18. Y Jesús
dijo a sus discípulos: Adelántese y hable aquel en quien
obre la fuerza de la inteligencia.
19. Porque
yo veo, Pedro, tu fuerza en el conocimiento de las palabras que dijo la
fiel Sabiduría.
20. Ven, pues,
y da tu explicación entre tus hermanos.
21. Y Pedro
fue, y dijo: Señor, tu fuerza ha sido profetizada por David en el
salmo sesenta y nueve, cuando dijo: Señor Dios mío, piensa
en socorrerme.
22. Y el Salvador
dijo: Ésa es la explicación del himno de la Sabiduría
fiel.
23. Dichosos
vosotros entre todos los hombres de la tierra, porque os he revelado estos
misterios.
24. Y en verdad
os lo digo: Yo os explicaré los misterios de todas las regiones
de mi Padre y de todas las regiones del primer misterio.
25. Para que
lo que aprobéis en la tierra sea aprobado en el reino de las regiones
superiores, y para que lo que rechacéis en la tierra sea rechazado
en el reino de mi Padre, que está en los cielos.
26. Escuchad,
pues, y entended las palabras que la Sabiduría fiel pronunció.
27. Luz
de las fuerzas, protégeme.
28. Que los
que quieren quitarme mi luz sean hundidos en el caos.
29. Y que
sean sumidos en las tinieblas los que me persiguen diciendo: Seremos más
fuertes que ella.
30. Que se
regocijen cuantos buscan la luz y que digan siempre: Yo celebraré
el misterio de los que quieren tu misterio.
31. Protégeme,
pues, ¡oh luz!, porque yo necesito mi luz, que mis enemigos me quieren
arrebatar.
32. Tú
eres mi salvador, luz; sácame y libértame de este caos.
33. Y cuando
Jesús hubo expuesto así a sus discípulos el cántico
tercero de la Sabiduría fiel, agregó:
34. Que quien
comprenda el sentido del tercer cántico de la fiel Sabiduría
se adelante a darnos su explicación.
35. Y Marta
se abrazó a sus pies, dando gritos y llorando, y entregándose
al dolor y a la humillación.
36. Y dijo:
Señor, ten piedad de mí y extiende sobre mí tu misericordia,
y permite que dé yo la explicación del tercer himno de la
Sabiduría fiel.
37. Y Jesús,
dando la mano a Marta, dijo: Bienaventurado el que se humille, porque él
disfrutará misericordia.
38. Dichosa
tú eres, Marta: Danos la explicación del canto de la fiel
Sabiduría.
39. Y Marta
dijo: Tu fuerza, Señor, ha sido profetizada en el salmo setenta
de David, cuando dijo: Señor, creo en ti. No permitas que yo sea
humillado para siempre.
40. Y éste
es, Señor, el sentido del tercer himno de la fiel Sabiduría.
41. Y cuando
Jesús oyó estas frases de Marta, dijo: Marta, tú has
hablado bien.
Interpretación que da Juan a la cuarta plegaria de la Sabiduría fiel
X 1.
Y Jesús, continuando su discurso, dijo a sus discípulos:
La Sabiduría.fiel hizo su cuarta plegaria.
2. Y la dijo
antes que la fuerza de rostro de león y las emanaciones materiales
que había con ella y que había enviado el poder orgulloso
volviesen a atormentarla.
3. Y dijo
así: Luz en la que yo he creído, oye mi ruego, y que mi voz
ascienda hasta tu morada.
4. No vuelva
lejos de mí la imagen de tu luz.
5. Mas dirígela
a mí, que estoy en la aflicción.
6. Arráncame,
sálvame de esta destrucción, porque mi tiempo desaparece
y yo me estoy convirtiendo en materia.
7. Mi luz
me ha sido quitada y mi fuerza ha sido destruida.
8. Y he perdido
la memoria de mi misterio, al que he sido consagrada desde elprincipio.
9. Y mi fuerza
ha sucumbido en virtud de mi espanto.
10. Y me
he convertido como en un demonio que habita en la materia, o como en un
decano que está sólo en el aire.
11. Y mis
enemigos han dicho: En lugar de la luz que hay en ella, la llenaremos del
caos.
12. Y he devorado
el sudor de mi sustancia y la amargura de las lágrimas de la materia
de mis ojos.
13. Para que
los que me atormentan no me arrebaten estas otras cosas.
14. Y todas
estas cosas, luz, me han sucedido por tu disposición, y ha sido
tu decisión y tu voluntad que me sucedieran.
15. Y tu voluntad
me ha traído al infierno y he venido al infierno como la fuerza
del caos.
16. Y mi fuerza
se ha helado en mí.
17. Señor:
Tú eres la luz en la eternidad y visitas en toda Ocasión
a los afligidos.
18. Álzate,
luz, busca mi camino y el alma que hay en mí.
19. Porque
se ha cumplido la orden que tú habías dado para mi aflicción.
20. Y ha llegado
el tiempo de que yo busque mi camino y mi alma; el tiempo que tú
has marcado para buscarme.
21. Y en este
tiempo, todos los archones de los eones de la materia temerán tu
luz.
22. Y todas
las emanaciones de la decimotercera región de los eones de la materia
temerán los misterios de tu luz.
23. Para que
los demás se revistan de la pureza de su luz cuando el Señor
busque la fuerza de nuestra alma.
24. Y este
misterio es el modelo ofrecido a la raza que está por crear, y esta
raza eleva un himno a las regiones superiores.
25. Yla
luz mira desde lo alto de su luz y mirará toda la materia, para
oír los gemidos de los que están encadenados.
26. Para romper
la fuerza de las almas, cuya fuerza ha sido sujeta, y para poner su nombre
en el alma y su misterio en la fuerza.
27. Y cuando
Jesús hubo hablado así a sus discípulos, dijo: He
aquí la cuarta plegaria de la Sabiduría fiel. Y el que sepa
comprender que comprenda.
28. Y cuando
Jesús dijo esto, Juan se adelantó, y adoró el pecho
de Jesús, y dijo: Señor, perdóname y déjame
que yo dé la explicación de la cuarta plegaria que elevó
la fiel Sabiduría.
29. Y Jesús
dijo a Juan: Yo te autorizo y te animo a dar la explicación de la
cuarta plegaria que elevó la Sabiduría fiel.
30. Y Juan
repuso y dijo: Señor, tu fuerza ha profetizado lo que dijo la fiel
Sabiduría en el salmo ciento uno de David.
31. Señor:
Oye mi plegaria y que mis clamores lleguen a ti.
32. Y al concluir
Juan estas palabras, dijo Jesús: Es acertado, Juan, y en el reino
de la luz te está reservado un puesto.
Felipe interpreta el sentido de la quinta plegaria que elevó a la Sabiduría fiel
XI 1.
Y Jesús, persistiendo en su discurso, dijo a sus discípulos:
2. Las emanaciones
del triple poder orgulloso atormentaron a la Sabiduría fiel en el
caos, porque querían quitarle su luz.
3. Y el tiempo
de sacarla del caos no había llegado aún.
4. Y la orden
del primer misterio no había llegado todavía, y yo no debía
aún salvarla del caos.
5. Y cuando
las emanaciones materiales la torturaban, ella clamó.
6. Y dijo
su quinta súplica: Luz de mi salvación, yo te elevo un himno
en el lugar de las regiones superiores y, a la vez, del caos.
7. Porque
yo te elevo el himno que te dirigía en las regiones Superiores.
8. Ven a mí,
¡oh luz! Vuelve el espíritu, ¡oh luz!, hacia mi súplica.
9. Porque
mi fuerza está llena de tinieblas y mi luz se ha perdido en el caos.
10. Y me he
convertido, como en los archones del caos, que están en las regiones
inferiores.
11. Y soy
como un cuerpo material, para el que no hay salvador en las regiones superiores
12. Y me he
convertido como en las materias cuya fuerza ha sido quitada, y que han
caído en el caos, y tú no las has salvado, y han perecido.
13. Y me han
sumido en las tinieblas infernales, en la oscuridad.
14. Allí
donde están las materias inertes y privadas de toda fuerza.
15. Y tú
has dado mandato sobre mí y sobre cuantas cosas has organizado.
16. Y me has
alejado tu aliento, y me has hundido en el abismo.
17. Y por
tu mismo mandato sobre las cosas que has ordenado, mis enemigos están
atormentándome.
18. Y me odian,
y no me auxilian, y estoy casi del todo perdida, y mi luz ha disminuido
en mí.
19. Y he clamado
a la luz, con toda la luz que hay en mí, y he alzado las manos elevándola,
hacia ti.
20. Y ahora,
luz, ¿se ha cumplido tu voluntad en el caso?
21. ¿Se
elevarán entre las tinieblas los liberadores que han de Venir según
tu voluntad?
22. ¿Y
darán el misterio de tu nombre en el caos?
23. ¿Dirán
tu nombre en el caos que tú no iluminas?
24. Yo te
glorifico, luz, y mi voz te llegará en las regiones Superiores.
25. Que tu
luz venga sobre mí, porque me han quitado mi luz.
26. Y yo estoy
en el sufrimiento por causa de la luz, desde que mis enemigos me atacan.
27. Y cuando
he mirado a lo alto, hacia la luz, y he mirado el infierno, he caído
en el infierno, según la disposición de la luz, elevándome
en el caos.
28. Y tu mandato
ha venido sobre mí, y los temores y turbaciones que tú has
fijado me han rodeado, abundantes como las aguas.
29. Y se han
apoderado totalmente de mí.
30. Y, según
tu voluntad, no has dejado que mi compañera me ayudase y socorriese
en esta aflicción.
31. Tal es
la quinta plegaria que formuló la fiel Sabiduría en el caos,
cuando estaba atormentada por las emanaciones materiales del triple poder.
32. Y cuando
Jesús hubo hablado así a sus discípulos, les dijo:
Que oiga quien tenga oídos para oír.
33. Y quien
tenga en sí el hálito brillante, que se adelante y dé
la explicación del quinto ruego de la Sabiduría fiel.
34. Y se levantó
Felipe cuando hubo hablado Jesús.
35. Y dejó
en el suelo un libro que tenía entre las manos, y en ese libro escribía
las palabras de Jesús, y todas las cosas que había hecho.
36. Y Felipe,
adelantándose dijo a Jesús: Señor: yo soy aquel
a quien has confiado el cuidado del mundo.
37. Para que
escriba cuantas cosas nosotros decimos y hacemos.
38. Y no me
has permitido exponer la explicación del misterio de las súplicas
de la Sabiduría fiel.
39. Y mi espíritu
se ha agitado fuertemente en mí, para que yo diese la explicación
de ese misterio.
40. Y me he
adelantado, porque soy el que escribo todas las cosas.
41. Y Jesús,
oyendo a Felipe, fe dijo: Escucha, Felipe, que yo te hablo, porque es a
ti, y a Tomás, y a Mateo, a quienes el primer misterio ha ordenado
escribir todas las cosas que yo diga y haga y cuantas cosas veáis.
42. Aún
no ha terminado el número de palabras que tú debes transcribir
por escrito.
43. Y cuando
termines, tú tendrás holgura para decir lo que quieras.
44. Mas ahora,
vosotros tres, escribid las cosas que yo diga y que yo haga, y que yo vea,
para que dé testimonio de todo en el reino de los cielos.
45. Y cuando
Jesús concluyó estas palabras, dijo a sus discípulos:
Quien tenga oídos para oír que oiga.
46. Y Marta
se levantó de entre los discípulos y se puso junto a Felipe.
47. Y dijo:
Señor, mi oído ha entendido la voz de la luz, y estoy presta
a oír, según la fuerza de mi entendimiento, la palabra que
tú has dicho.
48. Mas, Señor,
déjame que te hable con claridad.
49. Porque
tú has dicho: Que oiga quien tenga oídos para oír.
50. Y has
dicho también a Felipe: A ti, y a Tomás, y a Mateo, se os
ha encargado por el primer misterio de escribir todas las cosas del reino
de la luz, para que deis testimonio de ellas.
51. Oye, pues,
la explicación de la palabra que tu fuerza de luz hizo profetizar
a Moisés cuando dijo: De toda cosa se hará constancia por
medio de dos o tres testigos.
52. Y estos
tres testigos son Felipe, Tomás y Mateo.
53. Y cuando
Jesús oyó esto, dijo: Ésa es, María, la explicación
54. Adelántate,
pues, Felipe, y danos la explicación de la quinta súplica
de la Sabiduría fiel.
55. Y luego
siéntate hasta el fin de la misión que se te ha encomendado,
que es la de escribir todas las cosas del reino de la luz.
56. Y tú
continuarás diciendo lo que tu espíritu comprenda.
57. Mas
ahora, explica el misterio de la quinta plegaria de la fiel Sabiduría.
58. Y Felipe
respondió a Jesús, y dijo: Escucha, Señor, la explicación
que yo doy de la quinta plegaria de la fiel Sabiduría.
59. Tu
fuerza ha profetizado sobre ella, diciendo en el salmo ochenta y siete
de David: Señor, Dios de mi salvación, yo clamo hacia ti
de noche y día.
60. Que mí
palabra llegue hasta ti y presta oído a mi súplica.
61. Y Jesús,
oyendo estas palabras, dijo: Ven y siéntate, querido Felipe, y escribe
cuantas cosas yo haga, y cuantas palabras yo diga, y cuantas cosas veas.
62. Y Felipe
se sentó y escribió.
Andrés y María interpretan palabras de la Sabiduría fiel y de Jesús
XII 1.
Y Jesús continuó hablando a sus discípulos.
2. Y les dijo:
La fiel Sabiduría volvió a elevar clamores hacia la luz.
3. Y ésta
le remitió el pecado que había cometido.
4. Y dejando
su sitio, entró en las tinieblas.
5. Y la
Sabiduría fiel elevó su sexta impetración de esta
manera:
6. Yo te alabo,
luz, en las tinieblas de los infiernos.
7. Escucha
mi súplica y que tu luz atienda el clamor de mis plegarias.
8. Porque
yo no iría ante ti, y tú me abandonarías, si tú
no existieras, oh luz, mi liberadora, a causa de la luz de tu nombre.
9. Yo he creído
en ti, luz, y tú eres mi fuerza.
10.. Y he
sido fiel a tu misterio, y mi fuerza ha creído en la luz que está
en lo alto, y ha creído en ella hasta cuando estaba sumida en el
caos del infierno.
11. Y toda
la fuerza que hay en mí ha creído en la luz, aun cuando estaba
sumida en las tinieblas del infierno.
12. Y ellas
ceerán también cuando lleguen a las regiones superiores,
porque Él nos verá y nos rescatará. Y el misterio
de su salvación es grande.
13. Y Él
preservará todas las fuerzas contra el caos, en virtud de mi falta,
cuando, dejando mi sitio, yo he venido al caos.
14. Y quien
pueda entender que entienda.
15. Y cuando
Jesús acabó estas palabras, dijo a sus discípulos:
¿Comprendéis lo que os he dicho?
16. Y Andrés
se adelantó, diciendo: Señor, la fuerza de tu luz profetizó
por boca de David, en su ciento veintinueve salmo, al decir: Y he clamado,
Señor, desde el fondo del abismo... Escucha mi voz. Que Sirad ponga
su confianza en el Señor.
17. Y dijo
Jesús: Está bien, Andrés; bienaventurado seas. Que
ésa es la explicación de la plegaria de la Sabiduría.
18. En verdad,
en verdad, os digo, que yo os haré conocer todos los misterios de
la luz.
19. Y toda
gnosis, desde el interior de los interiores hasta el exterior de los exteriores.
20. Y desde
el Inefable hasta las tinieblas de las tinieblas.
21. Y desde
la luz de las luces. Y desde los dioses hasta los demonios.
22. Y desde
todos los señores hasta todos los decanos. Y
desde todas
las revoluciones hasta todas las emanaciones.
23. Y desde
la creación de los hombres hasta la de las bestias, y los animales,
y los reptiles.
24. Y así
se os llamará perfectos y completos en todas las cosas.
25. En verdad,
en verdad, os digo: cuando yo sea en el reino de mi Padre, vosotros estaréis
conmigo.
26. Y cuando
el número del perfecto se cumpla, para que la mezcla sea
destruida, yo ordenaré que os conduzca a todos los dioses que no
han dado aún la fuerza de su luz.
27. Y ordenaré
al fuego de la Sabiduría que respete a los perfectos y consuma a
los tiranos hasta que hayan dado la última pureza de su luz.
28. Ycuando
Jesús habló así, dijo a sus discípulos: ¿Comprendéis
lo que os digo?
29. Y María
dijo: He aquí, Señor, el sentido de las palabras que tú
has dicho. Tú has dicho que en la destrucción de la nada
tú estarás sentado sobre la fuerza de la luz.
30. Y que
nosotros, tus discípulos, estaremos sentados a tu diestra.
31. Y que
juzgaremos a los tiranos que no hayan dado aún la pureza de su luz.
32. Y del
fuego que has dicho que debe consumirlos hasta que hayan dado la última
luz que hay en ellos, tu fuerza de luz ha profetizado en el salmo veinticuatro,
en que dice David:
33. Dios se
sentará en la asamblea de los dioses para juzgar a los dioses.
34. Y Jesús
dijo: Está bien, María.
Interpretación de Tomás
XIII 1.
Y continuó hablando y dijo a sus discípulos: Y sucedió
que cuando la fiel Sabiduría hubo dicho la sexta súplica
de la remisión, se volvió a las regiones inferiores.
2. Para ver
si sus pecados se le habían remitido, y para ver si iba a ser conducida
al caos, ya que la orden del primer misterio para remitirle su pecado no
se había dado aún para sacarla del caos.
3. Y se volvió
a las regiones superiores, a fin de ver si su súplica se había
entendido.
4. Y vio a
los doce archones de los doce eones burlándose y regocijándose,
porque no se la habia escuchado.
5. Y cuando
vio cómo se burlaban, se afligió extremadamente y elevó
su séptima súplica.
6. Luz, yo
he elevado de nuevo mi fuerza hacia ti.
7. Y te suplico
que no me dejes caer en la ignominia, ni que los doce archones de los eones
que me odian se congratulen de mi desgracia.
8. Porque
quienquiera que te sea fiel no será entregado a la ignominia.
9. Y los que
me han quitado mi fuerza no seguirán siendo sus poseedores.
10. Mas les
será arrebatada y ellos permanecerán en las tinieblas.
11. Luz,
muéstrame tus caminos, y yo me salvaré siguiéndolos.
12. Y muéstrame
aquellos sitios a que debo dirigirme para libertarme del caos.
13. Y muéstrame
la senda en tu luz y haz que yo sepa, ¡oh luz!, que tú eres
mi salvador.
14. Y lo creerá
en ti en todo tiempo.
15. Vuelve
a mí tu atención para salvarme, ¡oh luz!, porque tu
misericordia se extiende hasta la eternidad.
16. No me
imputes, ¡oh luz santa y recta!, el pecado que me ha hecho cometer
mi ignorancia.
17. Sino sálvame
por tu gran misterio y que mis pecados me sean remitidos por tu gran bondad.
18. Porque
ella me devolverá a la senda, para que yo sea perdonada de mi falta.
19. Y quitará
a mis enemigos mi fuerza, que ha sido rota por las emanaciones materiales
del triple poder.
20. Porque
todas las ciencias de la luz son para la salvación, y los misterios
son para los que buscan las regiones de sus posesiones, en virtud del misterio
de tu nombre, ¡oh luz!
21. Y mi
falta es grande, mas perdónamela.
22. Y dará
a cuantos creen en la luz el misterio que quiera.
23. Y su alma
estará en las regiones de la luz y su fuerza será la adquisición
del tesoro de la luz.
24. Porque
la luz es quien da la fuerza a quienes le son fieles.
25. Y el nombre
de su misterio está en quienes creen en Él.
26. Y Él
les mostrará el lugar de las posesiones que están en el tesoro
de la luz.
27. Y yo he
sido siempre fiel a la luz que librará mis pies de las cadenas de
las tinieblas.
28. Vuelve
tu atención a nos, ¡oh luz!, y sálvame.
29. Porque
mis enemigos han arrebatado mi nombre en el caos y me han causado grandes
aflicciones.
30. Líbrame
de estas tinieblas y pon tu mirada en el dolor de mis aflicciones.
31. Perdóname
mis errores. Piensa en los doce archones que me acusan y están celosos
de mí.
32. Vela sobre
mi fuerza y protégeme y no me hagas quedar en estas tinieblas en
que te he sido fiel.
33. Porque
mis enemigos me han como privado de razón, viendo la fidelidad que
tengo por ti.
34. Y ahora,
¡oh luz!, conserva mi fuerza en las penas que me afligen y protégeme
contra mis enemigos.
35. Y habiendo
así hablado Jesús a sus discípulos, Tomás se
adelantó.
36. Y dijo:
Señor, mi espíritu se anima y yo me regocijo grandemente,
porque nos has revelado estas palabras.
37. Y yo no
me he adelantado hasta ahora a mis hermanos para no incomodarlos.
38. Porque
los veía reunidos para dar la explicación de los misterios
de la Sabiduría fiel.
39. Y he aquí,
Señor, que respecto a la séptima plegaria de la Sabiduría
fiel, tu fuerza de luz ha profetizado, con la voz de David, en su salmo
Veinticuatro.
40. Diciendo:
Señor: yo he alzado mi voz hacia ti. Señor: yo tengo puesto
mi corazón en ti.
41. Y cuando
Jesús oyó las palabras de Tomás, le dijo: Bien has
hablado, Tomás, y ésa es la explicación del séptimo
himno de la fiel Sabiduría.
42. En verdad,
en verdad, os digo que todas las criaturas os mirarán en la tierra
como bienaventurados.
43. Porque
os he revelado estas cosas y os he infundido mi soplo y os he dado
la inteligencia espiritual de lo que os digo.
44. Y os he
de llenar de toda luz y de toda la fuerza de mi soplo,
45. Para que
comprendáis desde ahora todo lo que se os diga y todo cuanto veáis.
46. Esperad
un poco, y os hablaré de lo concerniente a las regiones superiores
desde el exterior hasta el interior, y desde el interior hasta el exterior.
La Sabiduría fiel impetra por octava vez el auxilio de la luz
XIV 1.
Y Jesús prosiguió su discurso a sus discípulos.
2. Y dijo:
Cuando la Sabiduría fiel hubo dicho su séptima plegaria en
el caos, y sin que aún me hubiese llegado orden del primer misterio
para libertarla, elevándola sobre el caos, por mi propio impulso,
y en virtud de mi misericordia, sin esperar la orden, la conduje a un lugar
despejado sobre el caos.
3. Y sus enemigos
cesaron momentáneamente de atormentarla, creyendo que iba a ser
definitivamente arrojada en el caos.
4. Y la fiel
Sabiduría ignoraba que yo la asistía y me desconocía
del todo.
5. Y persistía
en celebrar el tesoro de la luz, que había visto antes y al que
seguía fiel.
6. Y pensaba
que era él el que la asistió,
y como era fiel a la luz, creía que su súplica se escucharía
y sería llevada del caos.
7. Mas no
se había aún cumplido la disposición del primer misterio
a fin de que su ruego fuese escuchado.
8. Escuchad,
pues, y yo os diré cuántas cosas sucedieron a la fiel Sabiduría.
9. Ocurrió
que, cuando yo la llevé a un lugar más desahogado del caos,
las emanaciones del triple poder dejaron de atormentarla creyendo que yo
la iba a llevar completamente al caos.
10.. Ycuando
supieron que la Sabiduría fiel no era conducida al caos, volvieron
a torturarla sumamente.
11. Y por
eso ella elevó su octava súplica.
12. Y dijo
de este modo: Yo he puesto, ¡oh luz!, mi corazón en ti; no
me dejes en el caos. Escúchame y líbrame en tu pensamiento.
13. Vuelve
mi espíritu hacia mí y líbrame; sé mi salvador,
¡oh luz!, y líbrame.
14. Llévame
a tu luz, porque tú eres mi salvador y tú me conducirás
hacia ti.
15. Y por
el misterio de tu nombre, indícame tu camino y dame tu misterio.
16. Y
librame de la fuerza de rostro de león y de mis enemigos, que me
han tendido asechanzas.
17. Porque
tú eres mi salvador y yo entregaré la pureza de mi luz en
tus manos.
18. Libértame,
¡oh luz!, en tu conocimiento.
19. Y tú
te irritarás contra aquellos que vigilan contra mi, para que no
se apoderen de mí totalmente.
20. Porque
yo he creído en la luz, y yo te adorará y cantará
tus alabanzas, para que tengas piedad de mí y vuelvas tu corazón
a la pena en que me encuentro.
21. Y tú
me librarás y me restituirás mi fuerza fuera del caos.
22. Y no me
abandonarás a la fuerza con rostro de león, mas me conducirás
a la región en que la aflicción no existe.
23. Y cuando
Jesús habló así a sus discípulos, continué.
24. Y dijo:
Cuando la fuerza de faz de león supo que la Sabiduría fiel
no había sido arrojada en el caos, vino con todas las otras emanaciones
materiales del triple poder.
25. Y otra
vez atormentaron a la fiel Sabiduría. Y cuando la torturaban, ella
prosiguió impetrando.
26. Y dijo:
Ten piedad de mí, luz, porque ellos me atormentan aún.
27. Y cuanto
hay en mí, y mi fuerza y mi espíritu son turbados, según
tu orden, ¡oh luz!
28. Y mi fuerza
ha sufrido grandes perjuicios, mientras yo estaba sujeta a tormentos.
29. Y el número
de mi tiempo está en el caos.
30. Y mi luz
se ha eclipsado, porque mi fuerza me ha sido arrebatada.
31. Y cuantas
fuerzas había en mí han sido destruidas.
32. Y soy
impotente ante todos los archones de los eones que me odian y ante las
veinticuatro emanaciones en cuyas regiones yo estaba.
33. Y mi hermano
ha temido seguirme, en vista de las persecuciones en que me ha visto sumida.
34. Y todos
los archones de las regiones superiores me han mirado como la materia en
que no hay ninguna luz.
35. Y me he
convertido como en una fuerza material que ha caído lejos de los
archones.
36. Y cuantos
están en los eones han dicho: Ella es como el caos.
37. Y todas
las fuerzas que no tienen misericordia han venido sobre mí, para
qiutarme toda mi luz.
38. Pero yo
he creído en ti, luz, y he dicho: Tú eres mi salvador, y
mi suerte, que tú has marcado, está en tu mano.
39. Líbrame,
pues, de los enemigos que me acusan y me persiguen.
40. Extiende
tu luz sobre mí, porque yo no soy nada en tu presencia, y
consérvame en tu misericordia.
41. Y no consientas
que caiga sobre mí la ignominia.
42. Porque
es a ti, oh luz, a quien yo glorifico en mis himnos.
43. Que el
caos envuelva a mis perseguidores y que sean sumergidos en las sombras
infernales.
44. Cierra
la puerta a quienes quieren devorarme.
45. Y dicen:
arranquémosle la luz que hay en ella.
46. Porque
yo no les he hecho ningún mal.
Novena plegaria de la Sabiduría fiel
XV 1.
Y Mateo, cuando Jesús hubo hablado así, se adelantó.
2. Y dijo:
Señor, tu luz me ha instruido para que yo explique la octava plegaria
de la Sabiduría fiel.
3. Porque
tu fuerza ha profetizado en el salmo treinta de David, diciendo: En ti
he puesto, Señor, mi corazón.
4. No permitas
que se me humille eternamente.
5. Y oyendo
estas palabras, dijo Jesús: En verdad te digo, Mateo, que cuando
el número perfecto sea cumplido, y cuando el universo sea destruido,
yo estaré sentado en el tesoro de la luz.
6. Y vosotros
estaréis sentados sobre las doce fuerzas de la luz, hasta que sean
restablecidos los rangos de los doce salvadores en las regiones de cada
uno de ellos.
7. Y continuó
hablando y dijo: ¿Comprendéis lo que os he dicho?
8. Y María
se adelantó y dijo: Señor, tú siempre nos has hablado
en parábolas.
9. Y nos has
dicho en ellas: Yo estableceré con vosotros un reino como el que
mi Padre ha establecido conmigo.
10. Y comeréis
y beberéis en mi mesa y en mi reino.
11. Y estaréis
sentados en los doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
12. Y Jesús
contestó: Está bien, María.
13. Y continuó
y dijo a sus discípulos: Y las emanaciones del triple poder continuaron
atormentando, en el caos, a la Sabiduría fiel.
14. Y ella
pronunció su novena súplica y dijo: ¡Oh luz, confunde
a los que me arrebatan mi fuerza y devuélveme la que me han quitado!
15. Ven
y sálvame. Porque grandes tinieblas me envuelven y me afligen.
16. Di a mi
fuerza: yo te libertaré.
17. Y que
cuantos quieren arrebatarme mi luz sean privados de su fuerza y vuelvan
al caos.
18. Que sean
reducidos a la impotencia los que quieren quitarme mi luz.
19. Que su
fuerza sea como el polvo y que tu ángel, Ieû, los hiera.
20. Y si quieren
ascender a lo alto, que las tinieblas los rodeen.
21. Y que
sean arrojados en el caos, y que Ieû, tu ángel, los persiga
para herirlos en las tinieblas del infierno.
22. Porque
me han tendido asechanzas y lo mismo la fuerza con faz de león.
23. Y sin
que yo los haya dañado, me atormentan y me quieren arrancar mi fuerza
toda.
24. Arranca,
¡oh luz!, la pureza a la fuerza de faz de león, sin que ella
lo sepa.
25. Y confunde
el proyecto que ha maquinado el triple poder, para arrebatar mi fuerza,
y arrebátale la suya.
26. Y mi fuerza
se regocijará en la luz y será alegre, porque tú la
habrás salvado.
27. Y todas
las partes de mi fuerza dirán: no hay más salvador que tú.
28. Porque
me has librado de la fuerza con rostro de león que me arrebataba
mi fuerza.
29. Y me salvarás
de todos los que me quitan mi fuerza y mi luz.
30. Porque
se han levantado contra ti, profiriendo mentiras, y diciendo que yo conocía
el misterio de la luz de la región superior.
31. Y me apremiaban,
exclamando: Dinos los misterios de la luz de la región superior.
32. Mas yo
ignoraba esos misterios y me han infligido grandes males.
33. Porque
yo he sido fiel a la luz de la región superior.
34. Y me he
sentado en las tinieblas, con el alma sumida en el duelo.
35. Sálvame,
¡oh luz, a la que elevo mis himnos!
36. Porque
yo sé que tú me salvarás, pues que yo hacía
tu voluntad cuando estaba en la región de los eones.
37. Y yo cumplía
tu voluntad como las potencias invisibles que están en mis regiones
y yo lloraba, buscando con celo tu luz.
38. Y ahora
mis enemigos me rodean, y se alegran de mis males, y me infligen sin piedad
grandes aflicciones.
39. Y rechinan
los dientes contra mí y me quieren arrebatar toda mi luz.
40. ¿Hasta
cuándo, luz, permitirás que sigan afligiéndome?
41. Libra
mi fuerza de sus malos propósitos y presérvame de la fuerza
con rostro de león. Porque yo estoy sola en estas regiones.
42. Y en medio
de cuantos se han juntado contra mí, yo te glorifico, ¡oh
luz!
43. Y clamaré
siempre a ti, en medio de todos los que me afligen.
44. Que
no se regocijen más sobre mí, atormentándome y quitándome
mi fuerza.
45. Tú
conoces su astucia, ¡oh luz! No permitas que tu ayuda se aleje de
mi.
46. Apresúrate,
¡oh luz! Júzgame en tu bondad y véngame.
47. ¡Oh
luz de las luces! Que mis enemigos no me arrebaten mi luz.
48. Y que
no digan entre sí: Nuestra fuerza se ha reforzado con su luz.
49. Y que
no digan: Hemos devorado su fuerza.
50. Sino que
las tinieblas los rodeen y hagan impotentes a aquellos que me quieren robar
mi luz.
51. Y que
aquellos que dicen: Nosotros hemos robado su fuerza y su luz, sean hundidos
en el caos y en las tinieblas.
52. Sálvame,
para que yo sea en gozo.
53. Porque
yo aspiro a la trecena región de los eones, que es la región
de la justicia.
54. Y para
que yo diga a toda hora: La luz de Ieû, tu ángel, irá
aumentando de brillo.
55. Y mi lengua
cantará eternamente tus alabanzas en la decimotercera región
de los eones.
Jacobo explica el significado de la novena plegaria de la Sabiduría fiel, y María interpreta las palabras de Cristo
XVI 1.
Y cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
dijo: Que aquel que entre vosotros haya comprendido nos dé la explicación.
2. Y Jacobo
se adelantó y abrazó el pecho de Jesús.
3. Y dijo:
Señor: tu soplo me ha infundido inteligencia y estoy presto a explicar
lo que nos has dicho.
4. Porque
es respecto a esto lo que profetizó tu fuerza, mediante la voz de
David, en su salmo treinta y cuatro.
5. Diciendo:
Juzga, Señor, a aquellos que me agravian, combate a aquellos que
me combaten.
6. Y cuando
Jacobo hubo hablado así, dijo Jesús: Tú has hablado
bien, Jacobo.
7. Porque
ésa es la explicación de la novena súplica de la fiel
Sabiduría.
8. Y en verdad,
en verdad os digo, que vosotros entraréis conmigo en el reino de
los cielos antes que todos los invisibles y todos los dioses y todos los
archones que están con el eón trece y con el eón doce.
9. Y no solamente
vosotros, sino todo el que haya practicado mis misterios.
10. Y cuando
el Salvador hubo hablado así, dijo: ¿Comprendéis lo
que acabo de decir?
11. Y dijo
María: Señor, es lo que nos has dicho otras veces.
12. Que los
últimos serán los primeros y que los primeros serán
los últimos.
13. Porque
los creados antes que nosotros son los invisibles, pues que existieron
antes que el género humano.
14. Y los
dioses, y los archones, y los hombres que reciban tus misterios entrarán
los primeros en el reino de los cielos.
15. Y dijo
Jesús: Así es, María.
El primer ministro envía a Jesús para socorrer a la Sabiduría fiel
XVII 1.
Y Jesús prosiguió hablando a sus discípulos.
2. Y dijo:
Y ocurrió que cuando la fiel Sabiduría hubo elevado su novena
plegaria, la fuerza que tenía rostro de león la atormentó
con más fuerza.
3. Y le quería
arrebatar su luz. Mas la Sabiduría fiel se dirigió, clamando,
hacia la luz.
4. Y dijo:
Luz en la que he creído desde el principio, y por la que he sufrido
tantos dolores, ven y socórreme.
5. Y su
ruego fue entonces atendido.
6. Porque
el primer misterio lo oyó y me envió a mí para asistirla.
7. Y vine
para ayudarla y la reconduje en el caos.
8. Porque
había sufrido grandes penas y aflicciones a causa de su fe en la
luz.
9. Y así,
fui enviado por el primer misterio para socorrerla en todo.
10. Y aunque
yo no había ido aún al mundo de los eones, sobrevine entre
todos ellos.
11. Y ninguno
de ellos lo supo, ni los que pertenecen a lo interior de lo interior, ni
los que están en lo exterior de lo exterior.
12. Y todo
lo sabía el primer misterio. Y cuando llegué al caso para
ayudarla, ella me vio.
13. Porque
yo resplandecía con una gran luz y me presentaba misericordioso.
14. Y no me
presentaba altanero, como la fuerza con faz de león que arrebaté
la fuerza y la luz a la Sabiduría, y que la atormentó para
quitarle cuanta luz había en ella.
15. Y me vio
brillando con una luz diez mil veces más poderosa que la de la fuerza
con rostro de león.
16. Y comprendió
que yo venía de las regiones superiores, en cuya luz ella había
tenido fe desde el comienzo de las cosas.
17. Y la fiel
Sabiduría tuvo entonces confianza y elevé su décima
súplica.
18. Y dijo:
Yo he clamado a ti, luz de las luces.
19. Y en mi
aflicción me has oído; preserva ahora mi fuerza de los labios
injustos y engañosos.
20. Porque
estoy envuelta en las asechanzas y calumnias de los orgullosos y de los
que no conocen la misericordia.
21. Malhaya
yo, que tan lejos estoy de mi morada, y me veo forzada a habitar en el
caos.
22. Porque
mi fuerza no está en las regiones que me pertenecen.
23. Y he hablado
con dulzura a mis enemigos, y cuando yo les hablaba con dulzura, ellos
me han atacado sin motivo.
La fuerza satánica de rostro de león se encoleriza ante Jesucristo
XVIII 1.
Y cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
dijo: Que se adelante aquel que se sienta infundido de inteligencia y que
explique la décima impetración de la Sabiduría fiel.
2. Y Pedro
contestó y dijo: Señor, tu fuerza de luz ha profetizado esto
por boca de David.
3. Cuando
dijo en el salmo ciento diecinueve: He clamado a ti, Señor, en mi
aflicción.
4. Y tú
me has oído, Señor, mas preserva mi alma de los labios injustos
y de la lengua mentirosa.
5. Tal es,
Señor, la explicación de la décima plegaria de la
fiel Sabiduría, tal como ella la pronunció cuando se sentía
atormentada por las emanaciones materiales del triple poder, y éstas
y la fuerza de faz de león la hacían sufrir extremadamente.
6. Ydijo
Jesús: Bien está, Pedro. Has hablado justamente.
7. Y continuó
Jesús hablando a sus discípulos.
8. Y dijo:
Cuando la fuerza que tenía cara de león se acercaba a mí,
al ir hacia la fiel Sabiduría, me vio resplandecer con una luz inmensa.
9. Y se llenó
de cólera y proyecté fuera de sí una muchedumbre de
otras emanaciones enfurecidas.
10. Y entonces
la Sabiduría fiel pronunció su undécima plegaria,
y dijo:
11. ¿Por
qué la fuerza (de faz de león) se apresta a hacer el mal?
12. Su propósito
era herirme y robar la luz que había en mí.
13. Porque
yo he preferido descender al caos que permanecer en la región del
decimotercero eón, que es la región de la justicia.
14. Y han
querido envolverme en sus astucias, para arrebatarme toda mi luz.
15. Mas
la luz les quitará toda su luz y destruirá toda su materia.
16. Y les
arrebatará toda su luz y no los dejará permanecer en el decimotercero
eón, su morada.
17. Y no dejará
sus nombres entre los nombres de los vivos.
18. Y las
veinticuatro emanaciones verán lo que sucede a la fuerza con faz
de león.
19. Para que
tomen ejemplo, y teman, y no sean indóciles.
20. Y darán
la pureza de su luz y te verán, para que te glorifiquen.
21. Y habrán
de decir: he aquí el que no ha dado el brillo de su luz para salvarse.
22. Mas quiere
ser glorificado en todo el esplandor de su luz, y él ha dicho: Yo
arrebatará la luz de la Sabiduría infiel.
23. Y que
aquel cuya fuerza sea exaltada se adelante y diga la explicación
de la undécima plegaria de la Sabiduría fiel.
El triple poder, orgulloso, envía refuerzos a sus emanaciones para combatir el poder de Jesús
XIX 1.
Y Salomé se adelantó, y dijo: Señor, tu fuerza de
luz ha profetizado esto por boca de David, en el salmo cincuenta y uno.
2. Diciendo:
¿Por qué el impío se alaba de su malicia?
3. Y cuando
Jesús escuché estas palabras, dijo: Está bien, Salomé.
4. Y en
verdad, en verdad, os digo que yo os instruiré en todos los misterios
del reino de la luz.
5. Y
Jesús continuó hablando y dijo a sus disçípulos:
Me aproximé luego al caos.
6. E iba revestido
de una luz inmensa, para quitar su luz a la fuerza con faz de león.
7. Y cuando
la fuerza con rostro de león me vio, tuvo miedo, y llamó
a su dios para que la socorriese.
8. Y se llenó
de cólera y la fiel Sabiduría sintió gran espanto.
9. Yse
dirigió a mí y dijo: No me olvides, ¡oh luz!
10. Porque
mis enemigos han abierto su boca contra mí.
11. Y han
querido arrebatarme mi luz y me han odiado.
12. Porque
yo entonaba tus alabanzas y te amaba.
13. Que sean
sumergidos en las tinieblas exteriores; arrebátales su fuerza y
no los dejes remontarse a sus regiones.
14. Y que
el caos los envuelva como una vestidura.
15. Ten piedad
de mí, ¡oh luz!, por el misterio de tu nombre, y sálvame
en tu misericordia.
16. Ven a
mi ayuda, porque mi fuerza es destruida.
17. Porque
aquí no hay ningún misterio, y mi matena ha sido encadenada,
porque se me ha quitado toda mi fuerza.
18. Y que
aquel que haya sido animado en su interior, se adelante y explique las
palabras de la fiel Sabiduría.
19. Y Andrés
dijo: Señor, tu fuerza de luz ha profetizado esto.
20. Cuando
dijo por boca de David, en su salmo ciento ocho: Dios mío, no calles
en mi elogio, porque los pecadores y los pérfidos han abierto su
boca contra mí.
21. Y el primer
misterio, continuando su discurso, dijo de esta manera:
22. Y
ocurrió que yo no saqué aún del caos a la Sabiduría
fiel.
23. Porque
yo no había recibido todavía la orden de mi Padre.
24. Y las
emanaciones del triple poder, viendo a la Sabiduría fiel otra vez
provista de luz como lo fue desde el principio, se detuvieron en sus ataques
a la Sabiduría.
25. Y a grandes
gritos pidieron asistencia al triple poder.
26. Para
que él los ayudase a arrancar otra vez a la fiel Sabiduría
las fuerzas que había en ella.
27. Y el triple
poder envió otra gran fuerza de luz, que descendía en el
caos como una flecha que vuela.
28. Y era
para que ayudase a sus servidores a arrebatar a la Sabiduría fiel
la fuerza que le había sido reintegrada.
Jesús confunde a las fuerzas del triple poder
XX 1.
Y cuando aquella fuerza de luz hubo descendido, los servidores del triple
poder tuvieron gran confianza.
2. Yotra
vez persiguieron a la Sabiduría fiel, que estaba llena de turbación
y espanto y la atormentaron cruelmente.
3. Y uno de
ellos se transformó en un basilisco de siete cabezas.
4. Y otro
tomó forma de dragón, y la primera potencia del triple poder,
con cabeza de león, y otros muchos se reunieron.
5. Yatacaron
a la fiel Sabiduría, y la llevaron de nuevo a las regiones inferiores
del caos, y la atormentaron mucho.
6. Y ella
huyó, y vino a las regiones superiores del caos, y ellos la persiguieron
y la torturaron cruelmente.
7. Y Adamas
el tirano miró las doce regiones de los eones, y también
sintió coraje contra la Sabiduría fiel.
8. Porque
había querido subir a la luz de las luces, que está por encima
de todos ellos.
9. YAdamas
miró, y vio que los enemigos de la Sabiduría la atormentaban
hasta quitarle cuantas luces había en ella.
10. Y cuando
la potencia del triple poder hubo descendido en el caos, encontró
la fiel Sabiduría.
11. Yla
fuerza con rostro de león, y la fuerza con rostro de serpiente,
y la fuerza con rostro de basilisco, y la fuerza con rostro de dragón,
y todas las fuerzas del triple poder rodearon a la fiel Sabiduría,
queriendo arrebatarle por segunda vez sus fuerzas.
12. Y cuando
la atormentaban y afligían, ella se dirigió otra vez a la
luz.
13. Y dijo:
Luz en la que he caído, que tu luz venga a mí.
14. Porque
tú eres quien me ha tomado en ella y tú me librarás
de mis perseguidores.
15. Y cuando
la Sabiduría fiel hubo hablado de este modo, por orden de mi Padre,
yo envié a Miguel, y a Gabriel, y a los satélites de la luz.
16. Para que
llevasen a la Sabiduría fiel sobre sus manos, a manera que sus pies
no tocasen las tinieblas exteriores.
17. Y les
ordené que se dirigiesen a las regiones del caos en donde la tenían
que conducir.
18. Y cuando
los ángeles y las emanaciones de la luz hubieron descendido al caos,
todas las emanaciones del triple poder y las de Adamas vieron la emanación
de la luz y constituyeron una luz inmensa, a la que ninguna clase de luz
era ajena.
19. Y quedaron
atemorizados y dejaron a la Sabiduría fiel.
20. Y una
gran emanación de luz rodeó por todas partes a la Sabiduría,
a derecha e izquierda, y sobre su cabeza se levantó una corona de
luz.
21. Y cuando
la emanación de la luz rodeó a la fiel Sabiduría,
ésta se sintió llena de confianza.
22. Y aquella
emanación no dejaba de rodearla y ella no tenía ya las emanaciones
del triple poder.
23. Y los
servidores del triple poder no pudieron transformar más su figura,
ni aproximarse a la Sabiduría fiel por la gran luz que la rodeaba.
24. Y no pudieron
hacerle ningún mal, porque ella creía en la luz.
25. Y según
el mandato de mi Padre, el primer misterio descendió en el caos.
26. Y ataqué
a la potencia del rostro de león, que era la mayor luz, y le arrebaté
toda su luz.
27. Y herí
a todas las emanaciones del triple poder y todas cayeron, impotentes, en
el caos.
28. Y conduje
a la fiel Sabiduría a la derecha de Miguel y Gabriel.
29. Y una
gran emanación de luz entró en ella.
30. Y miró
a sus enemigos, cuya luz había arrebatado yo completamente.
31. Y la hice
salir del caos y puse a sus pies los servidores del triple poder que tienen
rostro de serpiente.
32. Y el servidor
que tiene forma de basilisco de siete cabezas, y la potencia de faz de
león y la potencia de faz de dragón.
33. E hice
permanecer la Sabiduría encima de la potencia que tiene el aspecto
de un basilisco de siete cabezas, y que es la más fuerte de todas
en su malicia.
34. Y yo,
el primer misterio, he estado encima de ella, y he quitado todas sus fuerzas,
y he destruido toda su materia, para que no pueda retoñar.
Jacobo explica extensamente todas las expresiones de Jesús
XXI 1.
Y cuando el primer misterio hubo hablado así a sus discípulos,
dijo: ¿Comprendáis de qué modo os he hablado?
2. Y Jacobo
dijo: Señor: la fuerza de tu luz ha profetizado así respecto
a esto, por boca de David, en el noventa salmo: aquel que viva bajo la
protección del Altísimo estará bajo la sombra del
Dios del cielo.
3. Escucha,
pues, para que yo te diga con toda claridad la palabra que tu fuerza ha
dicho por boca de David: aquel que viva bajo la ayuda del Altísimo
estará bajo la sombra del Dios del cielo.
4. Y cuando
la Sabiduría se confiaba a la luz, estaba bajo la luz de la emanación
de la luz que sale de él en las regiones superiores.
5. Y ésta
es la palabra que tu fuerza dijo por boca de David: Yo diré al Señor:
tú eres aquel que me recibe
en sí y mi Dios es mi refugio. Yo me he confiado en él.
6. Porque
ésta es la misma palabra que la Sabiduría fiel canta en su
himno.
7. Tú
eres aquel que me recibe en sí y yo voy hacia ti.
8. Y la palabra
que dijo tu fuerza: Dios mío, yo creo en ti, y tú me salvarás
de las trampas y de las palabras de los malvados, es la misma que dijo
la fiel Sabiduría.
9. Luz, yo
creo en ti, porque tú me librarás del triple poder y de Adamas
el tirano, y tú me librarás de todas las penas que me afligen.
10. Y la
palabra que tú has puesto en boca de David: Él cubrirá
tu pecho con tu sombra y tú tendrás confianza bajo sus alas,
es ésta: La Sabiduría fiel está en la luz que emana
de la luz que sale de ti.
11. Y ella
persevera, confiando en la luz que la rodea a derecha e izquierda, y que
son las alas de la emanación de la luz.
12. Y la palabra
que la fuerza de Dios explicó con la boca de David: La verdad te
circundará, es la luz de la emanación de la luz, que circundó
a la fiel Sabiduría.
13. Y la palabra
que ha dicho tu fuerza: Y no temerá el terror de la noche, significa
que la Sabiduría fiel no temía los terrores y las turbaciones
que la habían rodeado en el caos, que es la noche.
14. Y la palabra
que ha dicho tu fuerza: Y no temerá la flecha que vuela en el día,
significa que la Sabiduría fiel no temió la fuerza que la
verdad envió de la suma altura, y que es en el caos como una flecha
que vuela.
15. Así,
tu fuerza de luz ha dicho: No temerás la flecha que vuela en el
día.
16. Porque
esta fuerza sale del treceno eón, el dueño de los otros doce
eones, y es la luz para todos.
17. Y por
eso has dicho: el día.
18. Y esta
otra frase que ha dicho la fuerza de la luz:
no temerá a lo que pasea en las tinieblas, quiere decir que
la Sabiduría fiel no temió a la fuerza con rostro de serpiente
que asustaba a la fiel Sabiduría, en el caos, que constituye las
tinieblas.
19. Y la
expresión que ha empleado la fuerza: no temerá al demonio
del mediodía, significa que la Sabiduría fiel no temió
a las proyecciones salidas del tirano Adamas, el eón doce, y que
arrojaron en un destierro a la fiel Sabiduría.
20. Y por
eso la fuerza ha dicho: no temerá al demonio del mediodía.
21. Porque
la hora del mediodía es la que proviene del duodécimo eón.
22. Y ella
salió del caos, que es la noche, y la noche salió del duodécimo
eón, que está en medio de todos.
23. Y la fuerza
de luz ha dicho: la hora del mediodía, porque los doce eones son
el comedio entre el eón trece y el caos.
24. Y la palabra
que tu fuerza de luz ha dicho por boca de David: Mil cayeron a su izquierda,
y miríadas de ellos a su derecha, y los demás no se le aproximaron,
significa que una multitud de emanaciones del triple poder no pudieron
permanecer ante la gran luz de la emanación de la luz.
25. Y muchos
de ellos cayeron a la izquierda de la Sabiduría fiel, y Otros muchos
a la derecha, y ninguno podía aproximarse.
26. Y cuando
dijo tu fuerza de luz, por boca de David: Y, sin embargo, tú contemplarás
a los pecadores, porque tú eres su esperanza, Señor, significa
que la Sabiduría fiel ha mirado a todos sus enemigos, que fueron
derrotados al fin.
27. Y no sólo
ella los ha visto así, sino tú, Señor, el primer misterio,
has arrebatado la fuerza de la luz que estaba en la fuerza con la faz de
león.
28. Y has
arrebatado su fuerza a todos los vástagos del triple poder.
29. Y los
has precipitado en el caos y les has impedido ir a sus regiones.
30. Y la Sabiduría
fiel ha visto a sus enemigos caídos en el caos y ha visto la recompensa
que les ha sido otorgada.
31. Porque
habían querido privar a la Sabiduría de su luz, y tú
los has privado de la luz que había en ellos, y no a la Sabiduría,
que había sido fiel a la luz de las regiones superiores.
32. Y esto,
según lo expresó tu fuerza de luz por boca de David: Tú
te has refugiado en un lugar elevado y al cual no se te aproximará.
33. Y esto
significa que la Sabiduría fiel, habiendo sido acosada por sus enemigos
a causa de su fe en la luz, dirigió himnos a la luz, y no pudieron
hacerle ningún mal, ni aproximarse a ella.
34. Y la palabra
que tu fuerza de luz puso en boca de David: Él ha ordenado a sus
ángeles guiarte en todos los caminos y conducirte con sus manos,
para que no te hieras contra las piedras, significa que tú has ordenado
a Gabriel y a Miguel que condujesen a la Sabiduria por todaslas regiones
del caos, llevándola en sus manos, para que no tocase a las tinieblas
inferiores.
35. Y la palabra
que dijo tu fuerza de luz por boca de David: Tú marcharás
sobre la serpiente y sobre el basilisco, y sobre la serpiente y sobre el
dragón, porque tú tienes confianza en mí, significa
que, cuando la fiel Sabiduría ha sido elevada sobre el caos,
ha andado sobre los servidores del triple poder.
36. Y ha andado
sobre los que tienen faz de serpiente y forma de basilisco con siete cabezas.
37. Y sobre
la fuerza con faz de león, y sobre la que tiene apariencia de dragón.
38. Y como
ella fue fiel a tu luz, fue salvada de todas ellas.
39. Y ésta
es, Señor, la explicación de las palabras que nos has dicho.
40. Y cuando
el primer misterio hubo oído estas palabras, dijo: Así es,
mi querido Jacobo.
Explicación de Tomás
XXII 1.
Y el primer misterio continuó hablando.
2. Y dijo
a sus discípulos: Cuando yo hube conducido a la Sabiduría
fiel fuera del caos, ella clamó y dijo:
3. Y he
sido preservada del caos y me he visto libre de las ligaduras de las tinieblas.
4. Y he venido
hacia ti, ¡ob luz!, porque tú has sido la luz, preservándome
y protegiéndome por todas partes.
5. Y los
enemigos que me combatían han huido ante la luz.
6. Y no se
me han podido aproximar, porque tu luz estaba conmigo.
7. Y la emanación
de tu luz me protegía cuando los enemigos que me combatían
me habían arrebatado mi luz y, privada de ella, me habían
arrojado a los infiernos.
8. Y yo era
ante ellos como una materia inerte.
9. Y la fuerza
de tu emanación vino de ti hacia mí para salvarme.
10. Ybrillaba
a mi izquierda y a mi derecha y ninguna de las regiones intermedias en
que yo estaba carecía de luz.
11. Y purificaste
en mí todas mis malas materias.
12. Y yo
fui por encima de todas mis malas materias gracias a tu luz y a
la emanación de tu luz.
13. Y confié
en tu luz y la emanación pura de tu luz me socorrió.
14. Y los
enemigos que me atormentaban fueron alejados de mí.
15. Y éste
es el cántico que elevó la fiel Sabiduría cuando fue
libertada de los lazos del caos.
16. Y que
oiga el que tenga oídos para oír.
17. Y cuando
el primer misterio hubo acabado de decir estas palabras, Tomás se
adelantó, y dijo: Señor, mis oídos han recibido la
luz.
18. Y mi
inteligencia comprende las palabras que has dicho. Permíteme interpretar
las palabras de la Sabiduría fiel.
19. Y el primer
misterio se dirigió a Tomás, y dijo: Yo te permito interpretar
el himno que me dirigió la fiel Sabiduría.
20. Y Tomás
dijo: Señor, respecto al himno que te dirigió la Sabiduría
fiel cuando fue libertada del caos, tu fuerza de luz ha profetizado por
boca de Salomón, hijo de David, cuando dijo en su oda: He sido libertado
de las cadenas que me amenazaban.
21. Y he
ido hacia ti, Señor, porque tú eres la mano que me ha protegido
y defendido, asistiéndome contra los que me combatían.
22. Y ellos
no han aparecido, porque tu faz estaba conmigo y me defendía por
un efecto de tu gracia.
23. Y he sido
golpeado y vilipendiado y me han desaprobado ante lamultitud.
24. Y he
sido como el plomo ante ellos.
25. Mas
tu fuerza ha venido a mi socorro, y has puesto lámparas a mi izquierda
y a mi derecha, para que nadie en mi torno careciese de luz.
26. Y tu mano
derecha me ha elevado, y me has curado de mi enfermedad.
(No hay versículo 27)
28. Y me he
hecho fuerte por tu verdad y por tu justicia.
29. Y los
que combatían contra mí han sido alejados.
30. Y he sido
justificado por tu bondad en tu reposo para la eternidad de las entidades.
31. He aquí,
Señor, la explicación del cántico que elevó
la Sabiduría fiel.
32. Y el
primer misterio, luego que oyó las palabras de Tomás, le
respondió: Está bien, Tomás.
33. Y grande
es tu bienaventuranza, que ésa es la explicación del himno
que dijo la fiel Sabiduría.
Segundo himno que eleva la Sabiduría fiel y explicación que da Mateo
XXIII 1.
Y el primer misterio continuó hablando así
a sus discípulos:
2. La Sabiduría
fiel me elevó otro himno, diciendo: Yo he levantado mi voz hacia
ti.
3. Porque
tú me has retirado de la región elevada de los eones
que está encima del cielo y me has conducido a las regiones inferiores.
4. Y me has
sacado de las regiones inferiores y has quitado la materia que había
en mis fuerzas.
5. Y has alejado
de mí las emanaciones del triple poder que me atormentaban y eran
mis enemigos.
6. Y me has
prestado tu ayuda para que yo pudiese librarme de las cadenas de Adamas
y para que pudiese vencer al basilisco de siete cabezas.
7. Y los has
destrozado por mis manos y me has puesto encima de su materia.
8. Y los has
destruido para que su raza no resurja.
9. Y has estado
conmigo dándome fuerza, y tu luz me ha envuelto por todas partes,
y has hecho impotentes las emanaciones del triple poder.
10. Porque
has arrebatado la fuerza de su luz.
11. Y has
dirigido mi camino para sacarme del caos y me has hecho salir de las tinieblas
materiales.
12. Y has
retirado todas mis fuerzas del poder de aquellos a quienes tú has
arrebatado la luz.
13. Y has
puesto en mis fuerzas una luz pura, y a todas las partes de mi ser que
no tenían ninguna luz les has dado una luz pura que proviene de
las regiones superiores.
14. Y la
luz de tu faz se ha convertido en mi vida.
15. Y me
has vuelto a llevar encima del caos, para que todas las materias que hay
en sus regiones sean disueltas.
16. Y para
que tu luz renueve todas mis fuerzas y esté en todas ellas.
17. Y has
puesto en mí la luz de tu emanación me he convertido en una
luz purificada.
18. Éste
es el segundo himno que dijo la fiel Sabiduría. Y que el que entienda
este cántico avance para dar su explicación.
19. Y cuando
el primer misterio hubo terminado de decir estas palabras, Mateo se adelantó
y dijo: Yo conozco la explicación del himno que elevó la
Sabiduría fiel. Permiteme exponerlo con toda claridad.
20. Y el primer
misterio contestó: Te lo permito, Mateo. Danos la explicación
del himno que pronunció la fiel Sabiduría.
21. YMateo
dijo: La explicación del himno que dijo en segundo lugar la Sabiduría
fiel está profetizada por tu fuerza de luz en una de las odas de
Salomón.
22. Él
me ha llevado a los lugares situados por encima del cielo.
23. Y me ha
llevado a los sitios que están en los cimientos inferiores.
24. Y ha dispersado
a mis adversarios y enemigos.
25. Y me ha
dado el poder de romper mis cadenas y ha vencido, por mis manos, a la serpiente
de siete cabezas.
26. Y me ha
puesto sobre su raíz, para que yo destruyese su raza.
27. Y tú
estabas conmigo, Señor, y me protegías, y tu nombre era conmigo
en todo lugar.
28. Y tu claridad
ha destruido la visión del que habla perversamente.
29.Mas tu
mano ha tapizado el camino para los que te son fieles.
30. Ylos has
rescatado del sepulcro y los has conducido por en medio de los cadáveres.
31. Y has
recogido los huesos de los muertos, y los has revestido de carne, y has
dado a los que nada sentían la energía y la vida.
32. Y has
llevado a los eones a su perdición, para que fuesen destruidos todos,
y para que renaciesen nuevamente y tu luz fuese doblada por todos ellos.
33. Y has
construido tu riqueza mediante ellos y los has convertido en la residencia
de tus santos.
34. He aquí,
Señor, la explicación del himno dicho por la fiel Sabiduría.
35. Ycuando
el primer misterio oyó las palabras que había pronunciado
Mateo, dijo: Está bien, Mateo amado.
36. Porque
ésa es la explicación del himno que elevó la Sabiduría
fiel.
María y Marta interpretan palabras de la Sabiduría fiel
XXIV 1.
Y el primer misterio, continuando su discurso, dijo: La Sabiduría
elevó en seguida otro himno.
2. Y dijo:
Tú eres la luz alta que me has librado y me has conducido hacia
ti.
3. Y no has
dejado que las emanaciones del triple poder me despojasen de mi luz.
4. Ellas son
mis enemigos, ¡oh luz de las luces! Yo elevo mis cánticos
hacia ti.
5. Tú
me has libertado, luz; tú has elevado mi fuerza en el caos.
6. Yme has
librado de aquellos que descienden en las tinieblas.
7. He aquí
las palabras que pronunció la Sabiduría fiel. El que comprenda
su sentido adelántese y dé una explicación.
8. Y cuando
el primer misterio hubo dicho estas palabras a sus discípulos, María
se adelantó.
9. Ydijo:
Señor, yo comprendo lo que tú acabas de decirnos.
10.Mas temo
a Pedro, porque me asusta, y sé el horror que tiene por nuestro
sexo.
11. Y cuando
María hubo hablado así, el primer misterio le dijo: Nadie
podrá enojarse contra quien, sintiendo iluminada su inteligencia,
se adelante para explicar las cosas que yo digo.
12. Da, pues,
María la explicación de las palabras que pronunció
la Sabiduría fiel.
13. Y María,
contestando al primer misterio, dijo en medio de los discípulos:
Señor, tu fuerza de luz ha profetizado por boca de David las palabras
de la Sabiduría fiel.
14. Porque
dijo: Yo te exalto, Señor, porque tú me has recibido en ti.
15. Y porque
has salvado a aquellos que descendían a sus tumbas.
16.Ycuando
María hubo hablado de este modo, el primer misterio dijo: Bienaventurada
eres, María.
17. Y prosiguió
hablando y dijo a sus discípulos: La Sabiduría fiel pronunció
muy luego este otro himno:
18. La luz
ha sido mi libertadora y ha cambiado mis tinieblas en luz.
19. Y ha abierto
el caos que me envolvía y me ha ceñido de luz.
20. Y cuando
el primer misterio hubo pronunciado tales palabras, Marta se adelanté
y dijo: Señor, tu fuerza ha profetizado esto por boca de David.
21. Diciendo:
Yo te loaré, Señor, porque tú me has recibido en ti.
22. Ycuando
el primer misterio oyó las palabras de Marta dijo: Está bien,
Marta.
23. Ysiguió
dirigiéndose a sus discípulos y les dijo: La Sabiduría
fiel siguió recitando himnos.
24. Y dijo:
Mi fuerza ensalza las alabanzas de la luz.
25. Y no olvida
las fuerzas de la luz y todas las fuerzas que hay en ti.
26. Yo elevo
un himno al santo misterio que me ha remitido todas mis faltas.
27.Porque
me ha protegido contra todas las aflicciones con que mis enemigos me herían.
28. Y ha librado
mi luz de todos los perseguidores, que encarnizadamente me ofendían.
29. Ysu misericordia
te ha dado, ¡oh fuerza mía!, una corona de luz, y te ha libertado
y llenado de una luz pura.
30. Yhabiendo
pronunciado estas palabras, dijo el primer misterio: Aquel que pueda dar
la explicación de estas palabras que avance y que la dé con
claridad.
31. YMaría
se adelantó y dijo: Señor, tu fuerza de luz ha profetizado
sobre esto, poniendo en boca de David estos términos: Que mi alma
loe al Señor y que cuanto está en mí loe al Señor.
32. Ycuando
el primer misterio oyó las palabras de María, dijo: Está
bien, María: bienaventurada tú eres.
Diálogo de Jesucristo con la Sabiduría fiel
XXV 1.
Y siguió hablando el primer misterio y dijo a sus discípulos:
Y conduje a la Sabiduría fiel.
2. Y la llevé
a las regiones que están debajo del treceno eón.
3. Y la comuniqué
el nuevo misterio de la luz y le di el himno de la luz, para que los archones
de los eones no pudiesen molestar desde aquel punto y hora.
4. Y la puse
en aquel lugar hasta que, yendo a ella, la condujese a su puesto, que está
en las regiones superiores.
5. Y cuando
la hube puesto en aquel sitio, ella me elevó otro himno.
6. Y dijo
de esta manera: Yo soy fiel a la luz y la alabo, porque se ha acordado
de mí y ha escuchado mis himnos.
7. Y ha sacado
mi fuerza del caos y de todas las tinieblas de la materia.
8. Y llevándome
a lo alto me ha puesto en una región elevada y firme.
9. Y me ha
puesto en el camino que conduce a mi sitio, y me ha dado el nuevo misterio
y me ha comunicado el himno de la luz.
10. Y ahora,
luz, todos los archones verán lo que has hecho conmigo y así
serán temerosos y fieles a la luz.
11. Éste
fue el himno que profirió la Sabiduría fiel, henchida de
júbilo al verse sacada del caos, y conducida a la zona que está
debajo del decimotercero eón.
12. Y que
aquel cuya inteligencia comprenda el himno dicho por la fiel Sabiduría
se adelante para explicarlo.
13. Y Andrés
se adelantó. Y dijo: Señor, tu fuerza de luz profetizó
este punto por boca de David, haciendo que dijera: El Señor ha escuchado
mi plegaria y ha sacado mi alma de la tumba.
14. Y cuando
Andrés hubo dado la explicación de las palabras de la fiel
Sabiduría, el primer misterio le dijo:
Bienaventurado eres, Andrés.
15. Y siguió
hablando y dijo a sus discípulos: estas son las cosas que sucedieron
a la Sabiduría fiel.
16. Y cuando
la hube llevado a las regiones que están bajo el treceno eón,
habiéndome aproximado a la luz, me dijo: La luz de las luces, vuelve
hacia ti la luz y sepárate de mí, para que el tirano Adamas
sepa que tú estás separado de mí.
17. Y para
que ignore quién debe libertarme.
18. Porque
han venido hacia mí en esta región él y todos los
archones que me odian.
19. Y el triple
poder que dio la potencia a la fuerza con rostro de león, para que
viniesen a atormentarme.
20. Y para
que me arrebatasen mi luz y así quedase yo sin potencia y me viese
privada de toda luz.
21. Luz y
luz mía, quítales la fuerza de su luz, para que no puedan
afligirme más desde ahora.
22. Y cuando
escuché las palabras que decía la Sabiduría fiel,
le respondí: Mi padre que me ha creado no me ha permitido aún
quitarles su luz.
23. Mas yo
irradiaré mi luz en todas las regiones del triple poder y de todos
los archones que te odian, porque tú has sido fiel a la luz.
24. E irradiaré
mi luz en las regiones de Adamas y de sus archones, para que no tengan
fuerza para combatir contra ti.
25. Hasta
que su tiempo se cumpla y hasta que llegue el momento en que mi Padre me
permita arrebatarles su luz.
26. Y le dije
aun: Escucha, y te haré conocer cuándo llegará su
tiempo y el cumplimiento de las cosas que te he dicho.
27. Ellas
ocurrirán cuando tres tiempos hayan sido cumplidos.
28. Y la Sabiduría
fiel me respondió: Luz, haz que yo sepa cuándo serán
cumplidos los tres tiempos.
29. Para que
yo me regocije y sea en el gozo cuando se acerque el momento en que debes
conducirme al lugar que me está reservado.
30. Y para
que me regocije también cuando se aproxime el tiempo en que tú
quitarás la luz a cuantos me odian porque he sido fiel a la luz.
31. Y yo le
repliqué: Cuando tú veas abrirse la puerta del tesoro de
la gran luz, que está a la izquierda del treceno eón.
32. Porque
cuando ellos hayan abierto esta puerta, los tiempos serán cumplidos.
33. Y la Sabiduría
contestó: Luz, estando en los lugares en que estoy, ¿cómo
sabré que esa puerta se ha abierto?
34. Y yo le
respondí: Cuando se abra esa puerta, todos aquellos que están
en las regiones del espacio lo sabrán porque una gran luz se expandirá
en todas sus regiones.
35. Y yo he
dispuesto esas puertas para que tus enemigos no puedan hacerte ningún
mal hasta que los tres tiempos sean cumplidos.
36. Y tendrás
la facultad de ir entre los doce eones cuando tú quieras y de volver
a tu lugar, debajo de la trecena región de los eones, en el que
estás ahora.
37. Mas no
tendrás la facultad de entrar por la puerta de las regiones superiores,
que está en el decimotercero eón, para entrar en tu lugar,
de donde tú has salido.
38. Y cuando
los tres tiempos sean cumplidos, tus enemigos te atormentarán de
nuevo con todos sus archones para quitarte la luz.
39. Porque
estarán irritados contra ti, creyendo que tú te has apoderado
de su fuerza en el caos y pensando que tú les has quitado su luz.
40. Y te acometerán
para arrebatar tu luz, para ponerla en el caos y darla a sus criaturas,
a fin de que puedan salir del caos y venir a su región.
41. Y Adamas
los asistirá. Mas yo les quitaré todas sus fuerzas, y te
las daré, y vendré para que tú las tomes.
42. Y cuando
te atormenten, eleva un himno a la luz y yo no diferiré el darte
mi ayuda.
43. Y vendré
prontamente hacia ti desde los lugares que están bajo ti.
44. Y les
quitaré toda su luz y, del lugar en que te he colocado, debajo de
la decimotercera región de los eones, te conduciré al lugar
de que has salido.
45. Y cuando
la Sabiduría fiel hubo oído estas palabras, se regocijó
sumamente.
46. Y dejándola
en la región que está debajo de la decimotercera región
de los eones, me separé de ella y fui hacia la luz.
Adamas y sus archones, al cumplirse los tres tiempos previstos por Jesús, atacan a la Sabiduría fiel
XXVI 1.
Y cuando el primer misterio contó a sus discípulos cuanto
había sucedido a la Sabiduría fiel, estaba en el Huerto de
los Olivos y era allí donde les contaba estas cosas.
2. Y prosiguió
hablando y dijo: Y ocurrió que estaba yo sentado en el mundo de
los hombres.
3. Y estaba
sentado en el camino que conduce a este lugar, es decir, al monte de los
Olivos.
4. Y esto
éra antes que se me hubiese enviado mi investidura, de la que yo
me revestí en el misterio veinticuatro.
5. Y no había
ido aún a las regiones superiores a recibir mis dos vestes.
6. Y estando
sentado junto a vosotros en este lugar, que es el Huerto de los Olivos,
el tiempo que yo había marcado a la Sabiduría fiel se cumplió.
7. Y cumplido
ese tiempo, Adamas, con todos sus archones, debía atormentarla.
8. Y cuando
ese tiempo fue cumplido yo estaba en el mundo de los hombres.
9. Y estando
yo con vosotros en este lugar, Adamas miró de lo alto de los doce
eones a la región del caos.
10. Y vio
su fuerza, que estaba en el caos falta de luz. Porque yo le había
quitado su luz.
11. Y vio
que estaba obscura, y que no podía ir a su lugar, que está
en los doce eones.
12. Y Adamas
se acordó de la Sabiduría fiel y se irritó extremadamente
contra ella.
13. Porque
pensó que ella se había apoderado de su fuerza en el caos
y le había quitado su luz.
14. Y tomó
con él una multitud de archones y persiguieron a la Sabiduría
para arrojarla en el caos.
15. Y ella
elevó su luz hacia mí, implorando mi ayuda.
16. Y dijo:
Luz de las luces, yo pongo mi confianza en ti.
17. Líbrame
de mis enemigos y no permitas que me arrebaten mi luz.
18. Eleva
mis fuerzas por encima de mis enemigos, que se han declarado contra mí
y me persiguen sin tregua.
19. Apresúrate
y socórreme, según me lo has prometido.
20. Y cuando
el primer misterio hubo dicho estas palabras, añadió: Que
el que comprenda las palabras de la fiel Sabiduría se adelante para
dar su explicación.
21. Y Jacobo
se adelantó y dijo: Señor, tu fuerza de luz profetizó
acerca de esto cuando puso en boca de David las palabras de su séptimo
salmo.
22. Señor
Dios, yo creo en ti. Protégeme contra mis perseguidores.
23. Y cuando
el primer misterio hubo escuchado estas palabras, dijo: Así es,
amado Jacobo.
24. Y Jesús
continuó hablando. Y dijo: Ocurrió que, cuando la Sabiduría
fiel concluyó aquel himno, se volvió para ver si Adamas se
marchaba con sus archones.
25. Y vio
que la perseguían y se volvió hacia ellos.
26. Y les
dijo: ¿Por qué me perseguís? ¿Porque creéis
que no recibiré ningún socorro que me libre de vosotros?
27. Porque
quien me defiende es justo.
28. Y su luz
es potente y él me defenderá en el tiempo que me ha marcado.
29. Porque
me ha dicho: Yo vendré para socorrerte.
30. Y él
extenderá su cólera sobre vosotros en todo momento. Porque
éste es el tiempo que él me ha fijado.
31. Volved
atrás y dejad de perseguirme. Porque si no, la luz preparará
su fuerza.
32.. Preparará
todas sus fuerzas, y os quitará vuestra luz, y vosotros quedaréis
en la obscuridad.
33. Porque
ha procreado sus fuerzas para arrebatar vuestra luz con objeto de que perezcáis.
34. Mas cuando
la Sabiduría fiel habló así, miró a la región
de Adamas.
35. Y vio
aquella región en tinieblas y el caos procreado por él.
36. Y vio
también dos próbolos obscuros y crueles que Adamas había
procreado para que asiesen a la fiel Sabiduría.
37. Y para
que la condujesen al caos que él procreó y la atormentasen
allí hasta quitarle su luz.
38. Y cuando
la Sabiduría fiel vio aquellos dos próbolos obscuros y crueles
que Adamas había procreado, y la región tenebrosa del caos
que él procreó, quedó sumida en espanto.
Capítulo XX VII
Jesús libera a la Sabiduría fiel de sus enemigos y la conduce a la región prometida
XXVII 1.
Y se dirigió a la luz, clamando: Luz, he aquí que Adamas,
el fautor de lo injusto, ha entrado en cólera.
2. Y ha creado
un próbolo obsceno y un segundo próbolo. Y ha procreado el
caos.
3. Quítale,
¡oh luz!, el caos que ha creado para llevarme a él y privarme
de mi luz.
4. Y destruye
la resolución que ha tomado de quitarme mi luz.
5. Y en castigo
de su injusticia al quererme quitar mi luz, quítale todas las suyas.
6. Tales fueron
las palabras que la Sabiduría fiel dijo en su himno.
7. Que aquel
cuya inteligencia haya comprendido las palabras de la fiel Sabiduría
salga aquí para explicarlas.
8. Y Marta
se adelantó, y dijo: Señor, yo he comprendido las palabras
de la Sabiduría fiel. Permíteme explicarlas claramente.
9. Y el primer
misterio contestó a Marta. Y le dijo: Yo te permito, Marta, explicar
las palabras del himno de la fiel Sabiduría.
10. Y dijo
Marta: Señor, esas palabras las profetizó tu fuerza de luz
por boca de David, en el séptimo salmo.
11. Diciendo:
Mi Dios es un juez verdadero, fuerte y compasivo.
12. Y si vosotros
no os convertís, él aguzará sus armas.
12. Y tenderá
su arco, y lo manejará, y sus flechas os acabarán.
14. Y cuando
Marta hubo concluido, el primer misterio la miró y le dijo: Está
bien, Marta; dichosa tú eres.
15. Y sucedió
que, una vez que Jesús hubo explicado a sus discípulos todo
lo que había experimentado la Sabiduría fiel cuando fue precipitada
en el caos.
16. Y el modo
según el cual ella dirigía himnos a la luz para que la salvase
y la sacase del caos.
17. Y cómo
la introdujo en la duodécima región de los eones, y cómo
la luz la protegió en todas las aflicciones que le habían
infligido los archones, porque quería elevarse a la luz.
18. Jesús
continuó su discurso. Y dijo: En seguida tomé a la fiel Sabiduría
y la llevé a la decimotercera región de los eones.
19. Y había
allí una luz inmensa, superior a toda otra luz.
20. Y la llevé
a la región del veinticuatro invisible, donde había una luz
infinita.
21. Y todos
quedaron turbados viendo venir conmigo a la Sabiduría.
22. Y la conocían,
mas no me conocían a mi.
23. Porque
creían que era la emisión de la región de la luz.
24. Y cuando
la Sabiduría fiel vio a sus compañeros invisibles, se llenó
de una extrema alegría.
25. Y quiso
mostrarles los milagros que yo había hecho por ella, desde que yo
me encontraba en el mundo de los humanos hasta que la conduje a la región
de la luz.
La Sabiduría fiel alaba a Jesús en medio del veinticuatro invisible
XXVIII 1.
Y elevándose entre los veinticuatro invisibles y estando en medio
de ellos, me elevó un himno.
2. Y dijo:
Yo declaro ante ti, ¡oh luz!, que tú eres el Redentor y el
Salvador eterno.
3. Y entonaré
un himno a la luz que me ha librado y protegido contra la mano de mis enemigos
los archones.
4. Porque
tú me has librado en todas las regiones: lo mismo en las regiones
superiores que en el fondo del caos.
5. Y en las
esferas de los archones de los eones y cuando yo descendí de la
altura.
6. Y cuando
me perdí en las regiones en las que no hay ninguna luz.
7. Porque
yo no hubiera podido volverme a ti en la decimotercera región de
los eones.
8. Pues que
no había en mí ninguna luz ni fuerza alguna, que mi fuerza
estaba agobiada bajo la aflicción.
9. Y la luz
me ha protegido en todos mis dolores y me ha escuchado cuando yo estaba
entregada a mis enemigos.
10. Y me ha
indicado el camino en la región de los eones, para conducirme a
la decimotercera región de los eones, que es mi morada.
11. Yo te
rindo homenaje, ¡oh luz!
12. Porque
tú me has salvado. Y yo te celebraré, y a tus milagros, ante
la raza de los hombres.
13. Y porque
cuando yo estaba privada de mi fuerza, tú me has dado la fuerza.
14. Y cuando
yo estaba privada de mi luz, tú me has infundido una luz pura.
15. Porque
yo he estado en las tinieblas y en las sombras del caos.
16. Y he estado
sujeta por duras cadenas en el caos en que no hay luz alguna.
17. Porque
yo he merecido la ira de la luz al desobedecer su mandato y salir de la
región que me correspondía.
18. Y cuando
hube descendido, fui privada de mi fuerza y de mi luz.
19. Y nadie
me socorrió, y cuando mis enemigos me torturaban, yo me dirigía
a la luz.
20. Y ella
me protegió contra todos mis enemigos.
21. Y rompió
mis cadenas y me sacó de las tinieblas y de la aflicción
del caos.
22. Yo te
glorifico, luz, porque tú me has salvado.
23. Y porque
tus milagros han sido patentes ante la raza de los hombres.
24. Porque
tú has roto las elevadas puertas de las tinieblas y los duros grillos
del caos.
25. Y cuando
mis enemigos me mortificaban, yo he dirigido un himno a la luz y ella me
ha librado de todos mis perseguidores.
26. Porque
al enviar tu emanación hacia mí, ella me ha dado fuerza y
me ha sacado de todas mis aflicciones.
27. Yo te
ensalzo, luz, porque tú me has salvado y porque has hecho milagros
ante la Humanidad.
28. Es el
himno que pronunció la fiel Sabiduría cuando se encontraba
en el centro del veinticuatro invisible.
29. Para hacer
saber cuántos milagros había hecho yo por ella.
30. Y para
que se supiese que, viniendo al mundo de los humanos, yo les había
transmitido los misterios de las regiones superiores.
31. Que aquel
cuyo entendimiento haya sido iluminado se llegue a explicar este himno
proferido por la Sabiduría fiel.
32. Y cuando
Jesús acabó de decir estas palabras, se adelantó Felipe.
33. Y dijo:
Señor, alta está mi mente y me siento capaz de interpretar
el himno de la Sabiduría.
34. Porque
sobre esto profetizó David en el salmo ciento seis, cuando dijo:
Rendid homenaje al Señor.
35. Porque
es compasivo y su misericordia se extiende hasta la eternidad.
36. Y ésta
es, Señor, la explicación del himno de la Sabiduría.
37. Cuando
Jesús lo escuchó, dijo: Es verdad, Felipe.
38. Bienaventurado
tú eres; porque ésa es la explicación del himno que
elevó la Sabiduría fiel.
María Magdalena pregunta a Jesús sobre la esencia, composición y modo de ser de los veinticuatro invisibles
XXIX 1.
Y después de todas estas cosas, María Magdalena se adelantó
y adoró los pies de Jesús.
2. Y dijo:
Señor, no te incomodes si te interrogo.
3. Porque
nosotros nos informamos de todo con celo ardiente.
4. Tú
nos has dicho siempre: Buscad y encontraréis. Llamad y se os abrirá.
5. ¿Cuál
es, Señor, aquel que encontraremos? ¿Quién es aquel
a quien hemos de llamar?
6. ¿Quién
puede darnos la explicación de las palabras sobre las que te preguntamos?
7. Porque
tú nos has dado el conocimiento de la luz y nos has revelado cosas
sublimes.
8. No hay
en el mundo ser humano que tenga este conocimiento.
9. Nadie existe
en las regiones superiores de los eones que pueda explicarnos el sentido
de las palabras que tú dices.
10. Sólo
tú, que todo lo sabes y en todo eres perfecto, nos lo puedes explicar.
11. Porque
nosotros no inquirimos estas cosas como los demás hombres que hay
en el mundo.
12. Sino que
las buscamos en el conocimiento que de las regiones superiores nos has
dado tú.
13. Y las
buscamos también en el lugar de la explicación perfecta con
que tú nos has instruido.
14. No te
incomodes, Señor, contra mí.
15. Mas revélame
la palabra sobre cuyo sentido yo te interrogue.
16. Y cuando
Jesús hubo oído las palabras que había dicho María
Magdalena, le contestó: Pregunta lo que quieras, pregunta.
17. Y yo te
revelaré con interés y verdad cuanto tú has de hacer.
18. En verdad,
en verdad, os digo que os entreguéis a una gran alegría y
a un júbilo extremo.
19. Y que
me preguntéis celosamente sobre todo. Porque yo me regocijará
informándoos fielmente de lo que os conviene saber.
20. Pregunta
lo que quieras conocer y te lo explicaré con satisfacción.
21. Y cuando
María oyó las palabras del Salvador, tuvo sumo regocijo.
22. Y dijo
a Jesús: Mi Salvador y Señor, ¿cómo son los
veinticuatro invisibles?
23. ¿Y
cómo son sus regiones, y de qué especie son, o de qué
género es su luz?
24. Y Jesús
contestó a María: ¿Qué hay parecido en este
mundo a ellos?
25. ¿A
qué los comparará y qué es lo que de ellos podré
deciros?
26. Nada en
este mundo les es comparable, nada que se les pueda asimilar.
27. Porque
nada hay en este mundo que sea de la especie de las cosas del cielo.
28. En verdad
os digo que cada invisible es mayor que el cielo y que la esfera que está
bajo él.
29. Porque
nada hay en este mundo más deslumbrante que la luz del sol.
30. Pero, en verdad, en verdad, os lo digo: Los veinticuatro invisibles
tienen una luz diez mil veces más brillante que la del sol de este
mundo.
31. Y la luz
del gran antepasado invisible es diez mil veces más brillante que
la luz que os he dicho que tienen los veinticuatro invisibles.
32. Mas esperad
un poco y yo os conducirá a ti y los discípulos, tus hermanos,
a todos los lugares de las regiones superiores.
33. Y llevaré
a los tres fundamentos el primer misterio y hasta el lugar único
del círculo del Inefable.
Jesús describe a sus discípulos el aspecto de las regiones superiores
XXX 1.
Y entonces veréis en la realidad esas formas que no tienen parangón.
2. Y cuando
os haya conducido a las regiones superiores, veréis la gloria de
los que pertenecen a las regiones superiores.
3. Y sentiréis
una admiración extrema y, cuando os lleve a la región de
los archones de la Heimarméné, veréis la gloria en
que están.
4. Y miraréis
al mundo que está ante vosotros como la obscuridad de la obscuridad.
5. Y cuando
miráis al mundo que habita el género humano, os parecerá
un grano de polvo, por la gran distancia que os separará de él.
6. Y cuando
os conduzca a la región de los doce eones, veréis la gloria
en que están.
7. Y esta
gloria os hará ver la región de los archones de la Heimarméné
como la obscuridad de las tinieblas y ella será ante mí como
un grano de polvo.
8. Y cuando
os haya llevado a la región trece de los eones, las doce regiones
de los eones os parecerán como la obscuridad de las tinieblas.
9. Y cuando
miráis las doce regiones de los eones, os parecerán como
un grano de polvo.
10. Y cuando
os lleve a la región del medio y veáis la gloria que allí
brilla, la decimotercera región de los eones os parecerá
la obscuridad de las tinieblas.
11. Y si desde
allí miráis a los doce eones, y a sus esferas, y cuanto los
acompaña, os parecerán, por la distancia y por la superioridad
sobre ellos, como un grano de polvo.
12. Y cuando
os haya conducido a las regiones de aquellos que pertenecen a la derecha,
y veáis la gloria en que están, las regiones de los que pertenezcan
al centro os parecerán como la noche del mundo de los hombres.
13. Y al mirar
el centro, vuestros ojos lo verán como un grano de polvo, por la
gran distancia que lo separa de las regiones donde habitan los que están
a la derecha.
14. Y cuando
yo os conduzca a la tierra de luz donde está el tesoro de la luz,
para que veáis la gloria que esplende allí, las regiones
de la derecha os parecerán como la luz de mediodía en el
mundo de los hombres cuando el sol no brilla.
15. Y cuando
miréis las regiones de la derecha, os parecerán como un grano
de polvo, por la gran distancia que las separa del tesoro de la luz.
16. Y cuando
yo os conduzca a las regiones de los que han recibido los misterios de
la luz, para que veáis la gloria de luz en que están, la
tierra de la luz os parecerá semejante a la luz del sol del mundo
del género humano.
17. Y cuando
miréis a la tierra de la luz, la distancia y lo inferior que es
os la harán parecer como un grano de polvo.
18. Y cuando
Jesús acabó de decir estas palabras a sus discípulos,
María Magdalena se adelantó.
19. Y dijo:
Señor, no te incomodes si te pregunto, porque nosotros nos informamos
con celo de todas las cosas.
20. Y Jesús
contestó a María: Pregunta lo que quieras preguntar.
21. Y yo te
contestaré claramente, sin parábola, y os diré todas
las cosas desde el interior de los interiores hasta el exterior de los
exteriores.
22. Y desde
el Inefable hasta la obscuridad de las tinieblas, para que tengáis
de todo conocimiento completo.
23. Dime,
pues, María, lo que deseas saber y yo te lo revelará con
satisfacción.
24. Y ella
dijo: Señor, los hombres que hayan recibido los misterios de la
luz ¿serán más ensalzados en tu reino que los próbolos
del tesoro de la luz?
25. Porque
yo te he oído decir: Cuando os haya llevado a la región de
los que recibieron los misterios, la región de la tierra de la luz
os parecerá como un grano de polvo.
26. Y esto
por la gran distancia y la gran gloria en ue está la región
de los que han recibido los misterios.
27. Dinos,
pues, Señor: ¿Los hombres que reciban los misterios serán
más ensalzados que la tierra de la luz?
28. ¿Serán,
pues, más altos que ella en el reino de luz?
29. Y Jesús
contestó a María: Bien está que te informes con celo
de todo.
30. Mas yo
te
hablaré de la misión de los eones y de la erección
del universo.
Jesús explica a sus discípulos los misterios de los doce salvadores, las parábolas y los árboles del tesoro de la luz
XXXI 1.
Porque ya os lo dije: Cuando os haya conducido a las regiones que son patrimonio
de aquellos que han recibido los misterios de la luz, las regiones de los
próbolos de la luz no os parecerán más que un grano
de polvo, y como la luz del sol del día.
2. Y estas
cosas ocurrirán en el tiempo de la erección del universo.
3. Y los doce
salvadores de los tesoros, y los doce rangos de aquellos que son los próbolos
de las siete voces y de los cinco árboles estarán conmigo
en las regiones del patrimonio de la luz.
4. Y estarán
conmigo en mi reino.
5. Y cada
uno estará sobre sus próbolos, y cada uno será rey
sobre su gloria, grande sobre su grandeza y pequeño sobre su pequeñez.
6. Y el salvador
del próbolo de la primera voz estará en la región
de las almas que recibieron el primer misterio del primer misterio en mi
reino.
7. Y el salvador
del próbolo de la segunda voz estará en la región
de las almas que recibieron el segundo misterio del primer misterio en
mi reino.
8. Y el salvador
del próbolo de la tercera voz estará en la región
de los que recibieron el tercer misterio del primer misterio en el patrimonio
de la luz.
9. Y el salvador
del próbolo de la cuarta voz del tesoro de la luz estará
en la región de las almas de los que recibieron el cuarto misterio
del primer misterio en el patrimonio de la luz.
10. Y el salvador
del próbolo de la quinta voz del tesoro de la luz estará
en la región de las almas que recibieron el quinto misterio del
primer misterio en el patrimonio de la luz.
11. Y el sexto
salvador del próbolo de la sexta voz residirá en las regiones
de las almas que hayan recibido el sexto misterio del primer misterio.
12. Y el séptimo
salvador del próbolo de la séptima voz del tesoro de la luz
estará en la región de las almas que recibieron el séptimo
misterio del primer misterio en el tesoro de la luz.
13. Y el octavo
salvador, que es el salvador del próbolo del primer árbol
del tesoro de la luz, estará en la región de las almas que
reciben el octavo misterio del primer misterio en el patrimonio de la luz.
14. Y el noveno
salvador, que es el salvador del próbolo del segundo árbol
del tesoro de la luz, estará en la región de las almas que
reciben el noveno misterio del primer misterio en el patrimonio de la luz.
15. Y el décimo
salvador, que es el salvador del próbolo del tercer árbol
del tesoro de la luz, estará en la región de las almas que
reciben el décimo misterio del primer misterio en el patrimonio
de la luz.
16. Y el undécimo
salvador, que es el salvador del próbolo del cuarto árbol
del tesoro de la luz, estará en la región de las almas que
reciben el onceno misterio del primer misterio en el patrimonio de la luz.
17. Y el duodécimo
salvador, que es el salvador del próbolo del quinto árbol
del tesoro de la luz, estará en la región de las almas que
reciben el duodécimo misterio del primer misterio en el patrimonio
de la luz.
18. Y los
siete
amén,
y los cinco árboles, y los tres
amén
estarán
a mi derecha, como reyes que subsisten en el patrimonio de la luz.
19. Y los
salvadores gemelos que son el hijo del hijo.
20. Y los
nueve guardianes estarán a mi izquierda, como reyes que siguen siendo
en el patrimonio de la luz.
21. Y cada
uno de los salvadores será rey sobre su próbolo, en el patrimonio
de la luz, como lo son en el tesoro de la luz.
22. Y los
nueve guardianes de los tesoros de la luz estarán más elevados
que los salvadores en el patrimonio de la luz.
23. Y los
salvadores gemelos estarán más elevados que los nueve guardianes
en el reino.
24. Y los
tres
amén
estarán más elevados que los dos
salvadores gemelos en el reino.
25. Y los
cinco árboles estarán más elevados que los tres amén
en
el patrimonio de la luz.
26. Y Jeû,
guardián de las posesiones de la luz, y el gran Sabaoth, el bueno,
serán reyes sobre el primer salvador de la primera voz del tesoro
de la luz, que está en la región de aquellos que reciban
el primer misterio del primer misterio.
27. Porque
Jeû es el guardián de las regiones de los que están
a la derecha, y Melquisedec, el gran heredero de la luz. Y los dos grandes
jefes que emanan de la luz elegida, que es la pureza misma, y que se extiende
desde el primer árbol hasta el quinto.
28. Jeû
es el obispo de la luz, que emana el primero en la pureza de la luz del
primer árbol.
29. Y es el
guardián del patrimonio de los que pertenecen a la derecha y emanan
del segundo árbol, y los dos jefes emanan también de la pura
luz elegida del tercero y del cuarto árbol en el tesoro de la luz.
30. Y Melquisedec
emana del quinto árbol.
31. Y el gran
Sabaoth, el bueno, a quien yo he llamado mi Padre, emana de Jeû,
el guardián de la luz.
Jesús explica a sus discípulos el destino de los hombres que no hayan sido iniciados en los misterios
XXXII 1.
Y a causa de la sublimidad de la esencia que ha sido puesta en ellos, todos
serán reyes asociadamente en el primer misterio de la primera voz
del tesoro de la luz.
2. Y estarán
en la región de las almas que reciben el primer misterio del primer
misterio.
3. Y donde
están la virgen de la luz y el gran conductor del medio, que los
archones de los eones llaman el gran Iaô.
4. Y este
es el nombre del gran archón que está en sus regiones.
5. Y él
y la virgen de la luz y sus doce diáconos serán también
todos ellos reyes.
6. Y vosotros
habréis la forma y la fuerza de los doce diáconos.
7. Y el primer
salvador de la primera voz estará en la región de las almas
de los que recibieron el primer misterio del primer misterio en las posesiones
de la luz.
8. Y los quince
satélites de las siete vírgenes de la luz que están
en el medio emanarán de las regiones de los doce salvadores.
9. E igualmente
los demás ángeles del medio, cada uno sobre su gloria.
10. Para oue
sean reyes conmigo en las posesiones de la luz.
11. Y yo seré
rey sobre todos ellos en las posesiones de la luz.
12. Y todas
las cosas que os digo no sucederán ahora.
13. Sino que
sucederán cuando se verifique la asociación de los eones,
que es la solución de todas las cosas, y la erección total
de la cuenta de las almas que participen en las posesiones de la luz.
14. Y antes
de la asociación que os digo, ninguna de estas cosas tendrá
lugar.
15. Y cada
uno estará en su región donde ha sido colocado desde el comienzo,
hasta que el número de la congregación de las almas admitidas
se haya completado.
16. Y las
siete voces, y los cinco árboles, y los tres
amén,
y
los salvadores gemelos.
17. Y los
nueve guardianes, y los doce salvadores, y los que están en las
regiones de los que pertenecen a la derecha, y los que están en
el medio, todos permaneceran en la región y en el sitio en que fueron
colocados.
18. Hasta
que sean transportados afuera y el número de las almas admitidas
a la luz haya sido cumplido.
19. Y los
otros archones que pertenecen al medio permanecerán igualmente en
sus lugares hasta que estas mismas cosas se hayan cumplido.
20. Y todas
las almas llegarán en el tiempo en que cada una reciba su misterio.
21. Y serán
transportadas hacia los archones que están en el medio y vendrán
a las regiones de los que pertenecen al medio.
22. Y los
que pertenecen al medio las bautizarán con la unción espiritual.
23. Y pasarán
por las regiones de los que pertenecen al medio y pasarán a las
regiones de los que están a la derecha.
24. Y a las
regiones de los nueve guardianes y a las regiones de los salvadores gemelos.
25. Y a las
regiones de los tres amén y de los doce salvadores.
26. Y a los
cinco árboles, y a las siete voces, y cada uno le dará sus
claves y sus misterios.
27. Y ellos
vendrán a todas estas almas que llegan a las regiones de la luz
a medida que vayan recibiendo los misterios de la luz y vayan tomando posesión
de la luz.
María da el sentido perfecto de las revelaciones del Salvador
XXXIII 1.
Y todas las almas humanas que reciban la luz llegarán a los archones
que están en el medio.
2. Y llegarán
a todos cuantos pertenecen a las regiones del medio.
3. Y a las
regiones de cuantos pertenecen a la derecha.
4. Y a todos
los que pertenecen a todas las regiones del tesoro de la luz y entrarán
en todas.
5. Y llegarán
a todos los que pertenecen a las regiones del primer mandato.
6. Para llegar
en las posesiones de la luz hasta la región de su misterio.
7. Y para
que cada uno permanezca en la región que ha recibido el misterio
para él.
8. Tanto los
que pertenecen a la región del medio, como los que pertenecen a
la derecha, y como los que pertenecen a cualquiera de las regiones de la
luz.
9. Y
cada uno estará en la región y en el puesto en que ha sido
situado desde el principio, hasta que todas las cosas sean consumadas.
10. Y hasta
que cada uno haya cumplido la misión que se le ha destinado con
respecto a la congregación de las almas que han recibido los misterios.
11. Y para
que pongan su sello sobre todas las almas que han recibido los misterios
y que han de pasar a los que comparten los tesoros de la luz.
12. Y esto
es, María, lo que tan celosamente querías saber.
13. Que oiga
quien tenga oídos para oír.
14. Y cuando
Jesús hubo acabado de decir estas palabras, María Magdalena
se adelantó y dijo: Señor, cuantas palabras has dicho han
sido para mis oídos tesoros de luz.
15. Mas permite
que te interrogue sobre lo que has dicho, Señor.
16. Porque
has dicho que todas las almas de la raza de los hombres que reciban los
misterios de la luz entrarán en el patrimonio de la luz ante todos
los archones.
17. Y ante
todos los que pertenecen a toda la región de la derecha y a todas
las regiones del tesoro de la luz.
18. Mas tú
nos has dicho siempre: los primeros serán los últimos y los
últimos serán los primeros.
19. Y los
últimos son la raza de los hombres que entrarán primero en
el reino de la luz, como aquellos que pertenecen a las regiones superiores
y son los primeros.
20. Y tú
nos has dicho, Señor: el que tenga oídos para oír
que oiga.
21. Y eso
significa que tú quieres saber si nosotros comprendemos las palabras
que tú has dicho.
22. Y cuando
María dejó de hablar, Jesús admiró lo que acababa
de decir, porque daba el sentido perfecto de lo que él había
revelado.
23. Y el Salvador
contestó: Está bien, María.
24. Y tú
has hablado con gran sabiduría, porque ésa es la explicación
de mi discurso.
María y Juan dialogan con Jesús acerca de sus revelaciones
XXXIV 1.
Y Jesús, continuando, dijo a sus discípulos: Oíd.
2. Porque
voy a hablaros de la gloria de los que pertenecen a las alturas y cómo
son; según os he hablado hasta aquí.
3. Cuando
yo os conduzca a la región del último fundamento del tesoro
de la luz, y cuando yo os conduzca a esas regiones para que veáis
la gloria que allí hay, la región del patrimonio de la luz
no estará más en vuestro pensamiento que la imagen de la
del mundo.
4. Y
esto, por la grandeza del último fundamento y de la gran luz que
hay allí.
5. Y
os hablaré de la gloria del compañero que está encima
del compañero menor.
6. Y os hablaré
de las regiones que están encima de los compañeros.
7. Nada hay
en este mundo con lo que se las pueda comparar, ninguna semejanza que las
pueda expresar, ninguna luz, ninguna fuerza que les pueda ser puesta en
parangón.
8. Porque
no hay medio de explicar en este mundo cómo son las cosas de que
os hablo.
9. Y cuando
Jesús cesó de hablar, María Magdalena se adelantó.
10. Y
le dijo: Señor, no te incomodes contra mí, si yo quiero averiguarlo
todo con interés y con celo.
11. Porque
es con el fin de que mis hermanos lo anuncien a la raza de los hombres.
12. Y para
que los hombres, oyéndolos y creyéndolos, se salven de los
rigurosos tormentos que les harían sufrir los malvados archones.
13. Y para
que los hombres lleguen al reino de los cielos.
14. Porque
nosotros, Señor, no somos solamente misericordiosos para con nosotros
mismos.
15. Sino que
sentimos misericordia de toda la raza humana y no queremos que sufra tormentos
crueles.
16. Y por
eso, Señor, nos informamos de todas las cosas con ardor.
17. Para que
nuestros hermanos las anuncien a toda la raza de los hombres.
18. Y para
que no caigan en las manos de los crueles archones de las tinieblas.
19. Y para
que sean preservados del sufrimiento de las tinieblas exteriores.
20. Y cuando
Jesús hubo oído las palabras que dijo María, el Salvador
manifestó por ella su gran misericordia.
21. Y dijo:
Pregunta lo que quieras preguntar, y yo te lo revelará claramente,
sin parábola.
22. Y cuando
María escuchó las palabras del Salvador, sintió un
vivo júbilo y dijo: Señor, ¿cuánto es más
grande el segundo antepasado que el primero?
23. ¿Qué
distancia los separa y cuánto es más grande su luz?
24. Y Jesús
respondió así a María, entre sus discípulos:
En verdad, en verdad, os digo que el segundo antepasado está alejado
del primero una distancia tal que ninguna medida puede expresarla.
25. Ni según
la altura y profundidad, ni según lo ancho y lo largo.
26. Y está
alejado a una distancia inmensa, que ninguna medida puede expresar, de
los ángeles, los arcángeles y los dioses.
27. Y la superioridad
de su luz es tal que ninguna cifra puede computarla.
28. Y el tercero,
y el cuarto y el quinto antepasado son, cada uno de ellos, tan superior
al otro, que ninguna superioridad puede serles comparada para dar la medida.
29. Y cada
uno posee respecto al otro una luz superior en un grado inexpresable.
30. Y cuando
Jesús hubo dicho estas frases a sus discípulos, Juan habló
a Jesús.
31. Y dijo:
Señor y Salvador mío, permíteme que yo hable.
32. No te
encolerices contra mí si te pregunto con interés y celo,
porque has prometido revelarnos cuanto te preguntemos.
33. No nos
ocultes nada, Señor, de las cosas que te preguntemos.
34. Y Jesús,
en su gran misericordia, contestó a Juan.
35. Y le dijo:
Tú también, querido Juan, eres bienaventurado.
36. Pregunta
lo que quieras, y yo te contestará francamente y sin parábolas.
37. Y te instruiré
en cuanto me preguntes con fervor y celo.
38. Y Juan
dijo a Jesús: Señor, aquel que haya recibido el misterio
¿quedará en el lugar donde está, y no podrá
ir a las otras regiones que están sobre él, ni descerider
a las demás regiones que hay bajo él?
Jesús revela a sus discípulos quién es el conocedor de todos los misterios
XXXV 1.
Y Jesús, contestando, dijo a Juan: Mis queridos y buenos discípulos,
vosotros os informáis de todo con fervor.
2. Escucha,
Juan, lo que voy a decirte.
3. Todo el
que reciba el misterio de la luz permanecerá en el lugar en que
ha recibido el misterio.
4. Mas ninguno
tendrá la facultad de elevarse a las regiones que están encima
de él.
5. Y el que
haya recibido el misterio en la primera disposición, tendrá
la facultad de ir a los sitios que están bajo él, mas no
a los que están encima.
6. Y el que
haya recibido el misterio del primer misterio podrá ir a los lugares
que están fuera del suyo, mas no a los que están sobre el
suyo.
7. Y éstos
serán los que hayan recibido los misterios superiores.
8. Y en verdad
os digo que el hombre, que en la destrucción del mundo será
rey sobre todos los órdenes de los pleromas, y aquel que recibirá
el misterio del Inefable soy yo.
9. Él
conoce el misterio en virtud del cual ha sido hecha la luz y han sido hechas
las tinieblas.
10. Y Él
conoce el misterio de la creación de las tinieblas de las tinieblas
y de la luz de las luces.
11. Y conoce
el misterio de la creación del caos y de la del tesoro de la luz.
12. Él
conoce el misterio de la creación de la tierra de la luz.
13. Y conoce
el misterio de la creación de los castigos reservados a los pecadores,
y conoce el misterio de la regeneración del reino de la luz.
14. Y conoce
el misterio de por qué los pecadores han sido creados y por qué
han sido creados los dominios de la luz.
15. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los impíos y por qué
han sido hechos los santos.
16. Y conoce
el misterio de por qué se han hecho las penas para los malvados
y por qué han sido hechas todas las emanaciones de la luz.
17. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el pecado y de por qué
han sido hechos los bautismos y los misterios de la luz.
18. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los juegos del castigo y
los chorros de la luz.
19. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la cólera y de por qué
ha sido hecha la paz.
20. Y por
qué ha sido hecha la blasfemia y por que han sido hechos los himnos
de la luz.
21. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechas las similitudes de la luz.
22. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la injuria y por qué
ha sido hecha la bendición.
23. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la maldad.
24. Y el misterio
de por qué ha sido hecha la muerte y de por qué ha sido hecha
la vivificación del alma.
25. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos el adulterio y el engaño
y de por qué ha sido hecha la pureza.
26. Y conoce
el misterio por el que ha sido hecha la gratitud y por el que ha sido hecha
la ingratitud.
27. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos el orgullo y la soberbia
y de por qué han sido hechas la humildad y la dulzura.
28. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el llanto y por qué
ha sido hecha la risa.
29. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la maledicencia y por qué
ha sido hecho el discurso provechoso.
30. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la obediencia y por qué
ha sido hecha la resistencia.
31. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la murmuración y por
qué han sido hechas la sencillez y la humildad.
32. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la fuerza y de por qué
ha sido hecha la debilidad.
33. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la pobreza y de por qué
ha sido hecha la opulencia.
34. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la dominación y por
qué ha sido hecha la esclavitud.
35. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la muerte y de por qué
ha sido hecha la vida.
Jesús sigue explicando a sus discípulos los misterios del Inefable
XXXVI 1.
Y cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
ellos quedaron muy gozosos de lo que les había comunicado.
2. Y Jesús
siguió hablando, y les dijo: Queridos discípulos míos,
escuchad lo que os digo del conocimiento completo de los misterios del
Inefable.
3. El misterio
del Inefable conoce por qué ha sido hecha la severidad y por qué
ha sido hecha la misericordia.
4. Conoce
por qué han sido hechos los reptiles y por qué deben ser
destruidos.
5. Y conoce
por qué han sido hechos los animales y por qué deben ser
destruidos.
6. Y conoce
por qué han sido hechos los rebaños y por qué han
sido hechos los pájaros.
7. Y conoce
por qué han sido hechas las montañas y por qué lo
han sido las piedras preciosas que hay en ellas.
8. Y conoce
por qué ha sido hecha la materia del oro y por qué ha sido
hecha la materia de la plata.
9. Y por qué
ha sido hecha la materia del aire y por qué ha sido hecha la materia
del hierro.
10. Y por
qué ha sido hecha la materia del plomo y por qué ha sido
hecha la materia del vidrio y por que ha sido hecha la materia de la cera.
11. Y conoce
por qué han sido hechas las plantas y por qué han sido hechas
sus materias.
12. Y conoce
por qué han sido hechas las aguas de la tierra y todas las cosas
que en ellas hay.
13. Y por
qué la tierra misma ha sido hecha.
14. Y por
qué han sido hechos los mares y por que han sido hechos los animales
que habitan los mares.
15. Y conoce
por qué ha sido hecha la materia del mundo y por qué debe
ser destruida.
16. Y Jesús
siguió hablando, y dijo a sus discípulos: Compañeros,
discípulos y hermanos míos.
17. Recogeos
cada uno en vuestro espíritu, para que obedezcáis a mi palabra
y recojáis cuanto os voy a decir.
18. Porque
a partir de ahora, continuaré hablándoos de todas las ciencias
del Inefable.
19. Porque
Él conoce el misterio de por qué ha sido hecho el oriente
y por qué ha sido hecho el occidente.
20. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el mediodía y por qué
ha sido hecho el septentrión.
21. Y conoce
el misterio de la creación de los demonios y de la creación
del género de los hombres.
22. Y conoce
el misterio de la creación del calor y de la creación de
la brisa.
23. Y conoce
el misterio de la creación de las estrellas y de la creación
de las nubes.
24. Y conoce
el misterio de por qué la tierra es proftmda y de por qué
las aguas vienen a su superficie.
25. Y conoce
el misterio de por qué la tierra es árida y de por qué
la lluvia cae sobre ella.
26. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la sequía y por qué
ha sido hecha la fertilidad.
27. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la helada y por qué
el rocío.
28. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el polvo y de por qué
ha sido hecho el frescor.
29. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el granizo y de por qué
ha sido hecha la nieve.
30. Y conoce
el misterio de por qué se ha hecho la tempestad que sc remonta y
el viento que se calma.
31. Y conoce
el misterio de por qué se ha hecho el ardor del calor y de por qué
se han hecho las aguas.
32. Y conoce
el misterio de la creación del viento del norte y del viento del
sur.
33. Y conoce
el misterio de la creación de las estrellas del cielo y de los astros,
y de todas sus revoluciones.
34. Y conoce
el misterio de la creación de los archones de las esferas, y de
las esferas, y de todas sus regiones.
35. Y
conoce el misterio de la creación de los archones de los eones y
de la creación de los eones.
36. Y conoce
el misterio de la creación de los archones que presiden los suplicios,
y de la creación de los decanos.
37. Y conoce
el misterio de los ángeles y de la creación de los arcángeles.
38. Y conoce
el misterio de la creación de los señores y de la creación
de los dioses.
39. Y conoce
el misterio de la creación del odio y de la creación del
amor.
40. Y conoce
el misterio de la creación de la discordia y de la creación
de la reconciliación.
41. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la avaricia, y la renunciación
a todo, y el amor.
42. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la gula y de por qué
ha sido hecha la saciedad.
43. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la impiedad y por qué
ha sido hecho el amor a Dios.
44. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los guardianes y por qué
han sido hechos los salvadores.
45. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechas las tres potencias y por
qué han sido hechos los invisibles.
46. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los antepasados y por qué
han sido hechos los puros.
47. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los presuntuosos y por qué
han sido hechos los fieles.
48. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el gran triple poder y por
qué ha sido hecho el gran antepasado de los invisibles.
49. Y conoce
el misterio de por qué ha sido creado el decimotercero eón
y por qué han sido creadas las regiones que pertenecen al medio.
50. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los ángeles del medio
y las vírgenes de la luz.
51. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la tierra de la luz y por qué
ha sido creado el patrimonio de la luz.
52. Y conoce
el misterio de por qué han sido creadas las regiones de los guardianes
de los que están a la derecha y por qué han sido hechos sus
jefes.
53. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechas las puertas de la vida y
de por qué ha sido hecho Sabaoth el bueno.
54. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la región de los que
están a la derecha y de por qué ha sido hecha la tierra de
luz, que es el tesoro de la luz.
55. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechas las emanaciones de la luz
y por qué han sido hechos los doce salvadores.
56. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechas las tres puertas del tesoro
de la luz y por qué han sido creados los nueve guardianes.
57. Y Él
conoce también el misterio relativo al por qué han sido creados
los salvadores gerudos y por qué han sido hechos los tres amén.
58. Y conoce
el misterio de cómo han sido hechos los cinco árboles, y
cómo han sido hechos los siete amén.
59. Y conoce
el misterio de cómo ha sido hecha la mezcla que no existía,
y de cómo ha sido purificada.
Jesús contesta a una nueva observación de María Magdalena
XXXVII 1.
Y dijo luego Jesús: Esforzaos todos vosotros en comprender.
2. Y procurad
tener en vuestro interior la fuerza de luz precisa para someteros.
3. Porque
desde ahora os hablaré de las regiones que habita la verdad del
Inefable y de cómo esos parajes son.
4. Y al oír
los discípulos estas palabras, quedaron silenciosos.
5. Y María
Magdalena se adelantó y se prosternó a los pies de Jesús.
6. Y los adoró,
llorando, y dijo: Ten piedad de mí, Señor.
7. Porque
mis hermanos se han conturbado cuando has dicho que les ibas a dar conocimiento
del misterio del Inefable, y por eso han guardado silencio.
8. Y Jesús
tranquilizó a sus discípulos.
9. Y les dijo:
No temáis no poder comprender los misterios del Inefable.
10. Porque
os digo en verdad que este misterio está en vosotros y en todo el
que os obedezca.
11. Y en verdad
os digo que, para todo el que se consagre a Dios y renuncie al mundo y
a lo que en él se halla, este misterio es más sencillo que
todos los misterios del reino de la luz, y más fácil de comprender
que cualquiera de ellos.
12. Porque
aquel que renuncie a este mundo y a sus afanes entrará en conocimiento
de este misterio.
13. Y por
eso os he dicho: Y quienquiera que sufra bajo las fatigas del mundo y trabaje
bajo su peso que venga a mí y yo le daré el reposo.
14. Porque
mi fardo es ligero y mi yugo suave.
15. No penséis,
pues, que no habéis de comprender este misterio.
16. Porque
en verdad os digo que la comprensión de este misterio es más
sencilla que la comprensión de los otros misterios.
17. Y os digo
que en verdad este misterio está en vosotros y en cuantos renuncien
al mundo y a lo que en él se encierra.
18. Escuchadme,
pues, discípulos, amigos y hermanos.
19. Porque
os voy a conducir al conocimiento del misterio del Inefable.
20. Puesto
que yo he venido para traeros el conocimiento completo de la emanación
del universo.
21. Porque
la emanación del universo es el conocimiento de este misterio.
22. Y cuando
el número total de las almas justas se complete y el misterio se
cumpla, yo pasaré mil años, según el cómputo
de los años de la luz, reinando sobre los próbolos de la
luz, y sobre el conjunto de las almas de los justos que hayan recibido
todos los misterios.
Jesús explica a sus discípulos el signo de los años de luz
XXXVIII 1.
Y cuando Jesús hubo acabado de decir estas frases a sus discípulos,
María Magdalena se adelantó.
2. Y dijo:
Señor, ¿cuántos años terrestres comprende un
año de luz?
3. Y Jesús
contestó y dijo a María: Los días de la luz son mil
años del mundo de los hombres.
4. Y treinta
y seis miríadas y media de años terrestres son un año
de luz.
5. Y yo reinaré
durante mil años de luz como rey en el último misterio.
6. Y seré
rey sobre todos los próbolos de la luz y sobre todas las almas justas
que hayan recibido los misterios de la luz.
7. Y vosotros,
discípulos míos, así como cuantos hayan recibido el
misterio del Inefable, estaréis a mi izquierda y a mi derecha.
8. Y seréis
reyes, en mi reino, y cuantos hayan recibido los tres misterios de los
cinco misterios del Inefable serán reyes con vosotros en el reino
de la luz.
9. Y los que
hayan recibido los misterios brillantes serán reyes en las regiones
brillantes.
10. Y los
que hayan recibido los misterios inferiores serán reyes en las regiones
inferiores.
11. Y todos,
según la categoría del misterio que hayan recibido.
Jesús explica a su auditorio el modo de alcanzar los misterios de la luz
XXXIX 1.
Iesús prosiguió hablando.
2. Y dijo
a sus discípulos: Cuando yo venga en la luz para predicar a todo
el mundo, decidles: No dejéis noche ni día de buscar hasta
que hayáis encontrado los misterios del reino de la luz.
3. Porque
ellos os purificarán y os llevarán al reino de la luz.
4. Y decidles:
renunciad al mundo y a cuanto hay en él.
5. Y a todas
sus sevicias, y a todos sus pecados, y a todas sus gulas.
6. Y a sus
discursos todos, y a cuanto hay en él, para que seáis dignos
de los misterios de la luz.
7. Y para
que seáis preservados de los suplicios reservados a aquellos que
se han separado de los buenos.
8. Y decidles:
Renunciad a la murmuración, para que seáis preservados del
ardor de la boca del can.
9. Y decidles:
Renunciad a la obediencia, para que seáis librados del ardor de
la boca del can.
10. Decidles:
Renunciad al juramento, para que seáis dignos de los misterios de
la luz.
11. Y para
que seáis librados de los suplicios de Ariel.
12. Decidles:
Renunciad a la lengua embustera, para que seáis dignos de los misterios
de la luz.
13. Y para
que seáis preservados de los ríos ardientes de la boca del
can.
14. Decidles
también: Renunciad a los falsos testigos, para que seáis
dignos de los misterios de la luz.
15. Y para
que seáis librados y preservados de los ríos ardientes de
la boca del can.
16. Decidles:
Renunciad al orgullo y a la vanidad, para que seáis dignos de los
misterios de la luz.
17. Y para
que seáis preservados de los abismos de fuego de Ariel.
18. Y decidles:
Renunciad al amor propio, para que seáis dignos de los misterios
de la luz.
19. Y para
que seáis salvados de los suplicios del infierno.
20. Renunciad
a la elocuencia, para que seáis dignos de la luz.
21. Y para
que seáis preservados de las llamas del infierno.
22. Renunciad
a los malos pensamientos, para que seáis dignos de los misterios
de la luz.
23. Y para
que se os preserve de los tormentos del infierno.
24. Renunciad
a la avaricia, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
25. Y para
que se os libre de los arroyos de humo de la boca del can.
26. Renunciad
al amor del mundo, para que seáis dignos de los misterios de la
luz.
27. Y para
que seáis salvados de las vestes de pez y de las llamas de la boca
del can.
28. Renunciad
a las rapiñas, para que seáis dignos de los misterios de
la luz.
29. Y para
que seáis preservados de los arroyos de Ariel.
30. Renunciad
a las malas palabras, para que seáis dignos de los misterios de
la luz.
31. Y para
que seáis salvados de los suplicios del río de humo.
32. Renunciad
al engaño, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
33. Y para
que seáis preservados de los mares de fuego de Ariel.
Jesús continúa predicando a sus discípulos
XL 1.
Renunciad a la crueldad, para que seáis dignos del misterio de la
luz.
2. Y para
que seáis preservados de los suplicios de las fauces de los dragones.
3. Renunciad
a la cólera, para que seáis dignos de los misterios de la
luz.
4. Y para
que seáis librados de los ríos de humo de las fauces de los
dragones.
5. Renunciad
a la desobediencia, para que seáis dignos de los misterios de la
luz.
6. Y para
que seáis preservados de Jaldabaóth y de los ardores del
mar de fuego.
7. Renunciad
a la cólera, para que seáis dignos del misterio de la luz.
8. Y para
que seáis preservados de los demonios de Jaldabaôth y de todos
sus suplicios.
9. Renunciad
al adulterio, para que seáis dignos del misterio de la luz.
10. Y para
que seáis preservados del mar de azufre y de la fauce de león.
11. Renunciad
a los homicidios, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
12. Y para
que seáis preservados del archón de los cocodrilos, que es
la primera de las criaturas que están en las tinieblas exteriores.
13. Renunciad
a las obras perversas e impías, para que seáis dignos del
misterio de la luz.
14. Y para
que seáis preservados de los archones de las tinieblas exteriores.
15. Renunciad
á la impiedad, para que seáis dignos de los misterios de
la luz.
16. Y para
que seáis preservados del llanto y del rechinar de dientes.
17. Renunciad
a los envenenamientos, para que seáis dignos de los misterios de
la luz.
18. Y para
que seáis salvados de la gran helada y el granizo de las tinieblas
exteriores.
19. Renunciad
a las blasfemias, para que seáis dignos de los misterios de la luz.
20. Y para
que seáis defendidos contra el gran dragón de las tinieblas
exteriores.
21. Renunciad
a las malas doctrinas, para que seáis dignos de los misterios de
la luz.
22. Y para
que seáis preservados de todos los suplicios del gran dragón
de las tinieblas exteriores.
23. Y decid
a quienes predican y a quienes escuchan malas doctrinas: ¡Malhaya
vosotros!
24. Porque
si no os arrepentís de vuestra malicia, caeréis en los tormentos
rigurosísimos del gran dragón y de las tinieblas exteriores.
25. Y nada
en el mundo os rescatará hasta la eternidad.
26. Sino que
seréis sin existencia hasta el fin.
27. Y decid
a quienes descuidan la doctrina de la verdad del primer misterio: ¡Malhaya
vosotros!
28. Porque
los suplicios que habéis de experimentar superarán a los
que experimenten los demás hombres.
29. Y permaneceréis
entre la nieve, en medio de los dragones, en las tinieblas exteriores.
30. Y nada
podrá rescataros hasta la eternidad.
31. Y decidles:
Amad a todos los hombres.
32. Para que
seáis dignos del misterio de la luz y para que os elevéis
en el reino de la luz.
33. Sed dulces,
para que podáis recibir el misterio de la luz y elevaros al misterio
de la luz.
34. Asistid
a los pobres y a los enfermos, para que os hagáis dignos de recibir
el misterio de la luz y os podáis elevar al reino de la luz.
35. Amad a
Dios, para recibir el misterio de la luz y llegar al reino de la luz.
36. Sed caritativos,
para que recibáis el misterio y lleguéis al reino de la luz.
37. Sed santos,
para recibir el misterio de la luz y elevaros al reino de la luz.
38. Renunciad
a todo, para ser dignos del misterio de la luz y elevaros al reino de la
luz.
39. Porque
éstas son las vías de los que se hacen dignos del misterio
de la luz.
40. Y cuando
halláis hombres que renuncien a cuanto constituye el mal y practiquen
lo que yo digo, transmitidles los misterios de la luz, sin ocultarles nada.
41. Y cuando
fuesen pecadores, y cometiesen los pecados y faltas que os he enumerado,
dadles también los misterios, para que se conviertan y hagan penitencia,
y no les ocultéis nada.
42. Porque
yo he traído los misterios a este mundo para remitir cuantos pecados
han sido cometidos desde el principio.
44. Y por
eso os he dicho que no he venido para llamar a los justos.
45. Yo he
traído los misterios para remitir los pecados de todos, y para que
todos sean llevados al reino de la luz.
46. Porque
estos misterios son un don del primer misterio para borrar los pecados
de todos los pecadores.
Palabras de Jesús sobre el perdón de los pecados
XLI 1.Y
cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
María le preguntó: Mi Señor y Salvador, ¿los
hombres justos de toda justicia, y en quienes no hay ningún pecado,
sufrirán o no los suplicios de que nos hablaste?
2. ¿Será
este hombre admitido, o no, en el reino de los cielos?
3. Y el Salvador
contestó a María: El hombre justo, del todo perfecto, limpio
de pecado, y que no haya recibido ningún misterio de la luz, cuando
llegue su hora y salga del mundo, será puesto en poder de los satélites
de una gran triple potencia.
4. Y se apoderarán
de su alma, y durante tres días recorrerán con ella el mundo,
y el tercero la llevarán al caos, para conducirla al lugar de todos
los suplicios.
5. Y Juan
se adelantó y dijo: Señor, si un consumado pecador renuncia
a todo por el reino de los cielos, y renuncia a todo pecado, y sabemos
que ama a Dios, y le damos los misterios, y recae en sus pecados, y vuelve
a hacer penitencia, ¿es tu voluntad que le remitamos siete veces
sus faltas y le demos siete veces los misterios del primer orden?
6. Y el Señor
contestó a Juan: En verdad os digo que no siete veces, sino que
le remitáis sus pecados muchas veces siete veces, dándole
todas ellas los misterios desde el comienzo hasta lo extremo de lo exterior.
7. Porque
así podréis ganar el alma de nuestro hermano y darle posesión
del reino de la luz.
8. Y cuando
me habéis interrogado diciendo si podéis perdonar los pecados
hasta siete veces, yo os he respondido en parábola.
9. Y os he
dicho. Perdonadle los pecados no siete veces, sino setenta y siete veces.
10. Perdonadle,
pues, muchas veces, para que reciba otras tantas los misterios y pueda
salvarse el alma de ese hermano.
11. Porque
en verdad os digo que el que haya vivificado un alma la conservará
para su luz en el reino de la luz.
12. Y recibirá
más gloria por el alma que haya salvado, y quien haya salvado muchas
almas haciéndoles entrar en la gloria de su gloria tendrá
tanta más gloria cuantas más almas haya salvado.
13. Y cuando
el Salvador habló así, Juan le preguntó: Y si mi hermano,
que es un gran pecador, renuncia al mundo y a sus vanidades, ¿cómo
sabremos que no es hipócrita?
14. ¿Y
cómo sabremos que es sincero para conocer si le podemos dar los
misterios de segunda y tercera categoría, y si podemos darle todos
los misterios para que participe del reino de la luz?
15. Y el Salvador
contestó a Juan, rodeado de todos sus discípulos.
16. Y le dijo:
Si conocéis de un modo seguro que ese hombre ha renunciado al mundo
y a sus pecados, y que no es mentiroso ni hipócrita, y que ama sinceramente
a Dios, no le ocultéis los misterios y hacedlo conocer los de segundo
y tercer grado.
17. Hacedlo
participar de los misterios de que lo creáis digno, y cuando le
hayáis comunicado los misterios del
grado tercero y segundo, si recae en el pecado, no continuéis
comunicándoselos.
18. Porque
os digo en verdad que el hombre que haya recibido estos misterios y peque
sufrirá una sanción rigurosa.
19. Porque
será objeto de escándalo y no habrá para él
desde entonces redención de su alma en este mundo.
20. Sino que
su morada estará en la puerta de los dragones, en las tinieblas
exteriores, allí donde es el llorar y el rechinar de dientes.
21. Y en la
destrucción del mundo, su alma será atormentada por un hielo
frigidísimo y un ardor cruel.
22. Y permanecerá
sin existencia hasta la eternidad.
23. Mas si
este hombre se convierte de nuevo y renuncia al mundo y a sus pecados,
y tiene gran arrepentimiento y penitencia, la misericordia se tenderá
sobre él.
24. Y su penitencia
le será admitida en remisión de sus pecados.
25. Para que
consiga el misterio del primer misterio y hasta el misterio del Inefable.
26. Y verá
sus pecados remitidos, porque estos misterios son piadosos y perdonan el
pecado en toda hora.
Jesús expone a sus discípulos el modo de comunicar los misterios y de retirar su conocimiento a los que de ellos no son dignos
XLII 1.
Y Juan, cuando hubo hablado así el Salvador, continuó interrogándolo.
2. Y le dijo:
Señor, no te incomodes contra mí por mi celo.
3. Mas yo
quiero saber cómo hemos de obrar con los hombres de este mundo.
4. Y el Salvador
repuso a Juan: Pregunta lo que quieras, y yo te contestaré claramente
y sin parábolas.
5. Y dijo
Juan: Cuando entremos en una ciudad o aldea para predicar y sus vecinos
vengan a nosotros, nosotros no sabremos si vienen con falacia o hipocresía.
6. Y si nos
llevan a sus casas y desean recibir a Dios y conocer sus misterios, ¿qué
haremos si averiguamos que no han hecho nada digno de los misterios, o
que se comportan pérfidamente con nosotros?
7. Y el Salvador
dijo contestando a Juan: Si entráis en una ciudad o en una aldea,
y os conducen a alguna casa, reveladles los misterios.
8. Y si son
dignos de ellos, ganaréis sus almas para el reino de la luz.
9. Y si no
lo son, u obrasen pérfidamente con vosotros, elevad la voz hacia
el primer misterio.
10. Y decid:
Nosotros hemos revelado el misterio a almas impías y pérfidas.
11. Vuelve
el misterio a nosotros, y prívalas hasta la eternidad del misterio
de tu reino.
12. Y sacudid
el polvo de vuestros pies, y decid: Que vuestras almas se sumerjan en el
polvo de vuestra casa.
13. Y os digo
en verdad que los misterios que les hubieseis dado volverán a vosotros.
14. Y cuantos
misterios y palabras les comunicaseis antes les serán quitados.
15. Porque
ya os hablé en parábola de hombres así.
16. Cuando
os dije: Dondequiera que vayáis y se os reciba, decid: La paz sea
con vosotros.
17. Y si ellos
son dignos de la paz, la paz será con ellos y, si no, volverá
sobre vosotros.
18. Y si les
dieseis los misterios del reino de la luz y ellos obrasen falsamente con
vosotros, efectuad el primer misterio del primer misterio, y los misterios
que les hubieseis transmitido volverán a vosotros.
19. Y ellos
quedarán privados del tesoro de la luz hasta la eternidad.
20. Y os digo
en verdad que su morada será en la puerta de los dragones de las
tinieblas externas.
21. Mas si
hacen penitencia, y renuncian al mundo, y a su materia, y a sus pecados,
y se someten a los misterios de la luz, sus pecados les serán remitidos.
22. Porque
los oirá el misterio único del Inefable, que tiene piedad
de todos y perdona los pecados de todos.
Jesús contesta a las preguntas de sus discípulos sobre la distinción entre justos y pecadores
XLIII 1.
Y cuando Jesús acabó de decir estas frases a sus discípulos,
María se prosternó a los pies de Jesús.
2. Y los abrazó
y le dijo: Señor, perdóname y no te irrites si te incomodo.
3. Y el Salvador
contestó a María: Pregunta lo que quieras preguntar.
4. Porque
yo te lo revelaré claramente.
5. Y María
dijo: Señor: si un hermano es santo y bueno y ha recibido todos
los misterios, y tiene un hermano pecador e impío, y éste
sale del mundo y el hermano bueno se aflige de que su hermano esté
en el lugar de los tormentos y los suplicios, ¿qué haremos,
Señor, hasta que sea retirado del lugar de las torturas?
6. Y el Salvador
dijo: Ya os be hablado de lo que debéis hacer.
7. Mas escuchad
y os lo diré de nuevo, para que seáis perfectos en todos
los misterios y los hombres os llamen perfectos en todo.
8. Cuando
queráis que un hombre, pecador o no, salga de los suplicios terribles,
y que sea transportado a un cuerpo justo para que reciba el misterio de
la divinidad y se eleve a las regiones superiores para participar en el
reino de la luz, practicad el tercer misterio del Inefable.
9. Y decid:
Toma el alma de ese hombre en el que nuestro espíritu piensa.
10. Y
sácala de los suplicios de los archones y elévala con presteza
al templo de la luz.
11. Y en el
templo de la luz, márcala de un sello brillante y ponla en un cuerpo
justo y bueno, para que se eleve a las regiones superiores y participe
del reino de la luz.
12. Y os digo
en verdad que, cuando así hayáis dicho, los espíritus
que presiden los suplicios en las regiones de los archones se contendrán.
13. Y transmitirán
su alma al templo de la luz para que sea marcada con los signos del reino
del Inefable.
14. Y la entregarán
a sus satélites, y la conducirán al cuerpo de un justo.
15. Y hallará
los misterios de la luz, para que sea buena, y se eleve a las regiones
superiores y participe del reino de la luz.
16. Y ésta
es la contestación a lo que me habéis preguntado.
Jesús promete a todos los hombres la resurrección de entre los muertos
XLIV 1.
Y María contestó al Salvador, y le dijo: Señor: tú
no has traído los misterios a este mundo para que el hombre no sufriese
la muerte que le tienen predestinada los archones de la Heimarméné.
2. Porque
si un hombre ha sido destinado a morir por el hierro, o en el agua, o por
las calamidades del mundo, o de cualquier forma violenta, tú no
has traído los misterios para evitar que el hombre muera así,
sino de una muerte súbita, sin el dolor de su género de muerte.
3. Puesto
que muchos nos perseguirán por ser tus discípulos y nos atormentarán
por ti.
4. Y, si nos
maltratan y afligen, ¿hemos de ejercer los misterios para salir
de nuestro cuerpo sin experimentar ningún dolor?
5. Y el Salvador,
en respuesta, dijo a todos sus discípulos: Ya os he hablado antes
de esto que me preguntáis, mas os lo diré otra vez.
6. No sólo
vosotros, mas todo hombre que cumpla el primer misterio del primer misterio
del Inefable, recorrerá todas las regiones y todas sus estaciones.
7. Y cuando
haya cumplido ese misterio y recorrido todas las regiones, será
preservado de todas las cosas ue le hayan destinado los archones de la
Heimarméné.
8. Y saldrá
del cuerpo de la materia de los archones y y todas las regiones de la luz,
hasta que llegue a las regiones del reino de la luz.
12. Sino por
todas estas cosas, para que cuando lleguemos a las tierras de los hombres
y no tengan fe en nosotros, y no escuchen nuestras palabras, practiquemos
el misterio para que ellos Conozcan la verdad y sepan las palabras del
universo.
13. Y el Salvador
contestó a María entre sus discípulos: Ya os he hablado
sobre todas las cosas que me preguntáis.
14. Mas yo
os repetirá mis palabras.
15. Escucha,
María: te digo en verdad que no sólo Vosotros, sino todos
los hombres pueden cumplir el misterio de la resurrección de entre
los muertos.
16. Para curarse
de la posesión de los demonios y de toda aflicción y enfermedad.
17. Y para
curar a los cojos, y a los mutilados, y a los mudos, y a los paralíticos.
18. Porque
os he dicho antes que era preciso practicar el misterio para poder cumplir
estas cosas.
19. Y vosotros
obtendréis la pobreza y la opulencia, la salud y la enfermedad,
la debilidad o el vigor, si la pedís.
20. E igualmente
podréis sanar a los enfermos y resucitar a los muertos, y curar
a los cojos y ciegos y mudos, y toda enfermedad o aflicción.
21. Porque
a quien haya ejercido el misterio todas las cosas le serán concedidas.
Jesús sigue instruyendo a sus discípulos
XLV 1.Y
cuando el Salvador hubo dicho estas cosas, todos los discípulos
lanzaron gritos, diciendo: Señor, tú nos has herido de locura
con las cosas que nos has dicho.
2. Y nuestras
almas quieren salir de nosotros para ir a ti, ya que nosotros venimos de
ti.
3. Nuestras
almas han quedado como sin sentido por las cosas que nos has dicho.
4. Y nos atormentan
grandemente, porque quieren salir de nosotros para ir a las regiones superiores
que son tu reino.
5. Y cuando
los discípulos hablaron así, el Salvador prosiguió
dirigiéndose a ellos y les dijo: Cuando lleguéis a ciudades
o países, saludad a los habitantes.
6. Y decidles
así: Buscad siempre sin cesar, hasta que halléis los misterios
de la luz, que os conducirán al reino de la luz.
7. Y decidles:
Guardaos de las doctrinas oscuras.
8. Porque
muchos irán en mi nombre diciendo: yo soy y no soy, y así
engañarán a muchos hombres.
9. Y para
que todos los hombres que se lleguen a vosotros tengan fe y sean dignos
del misterio de la luz, dadles los misterios de la luz.
10. Y no les
ocultáis nada, y al que sea digno del misterio máximo,
dádselo, y al que sea digno del misterio menor, dádselo también.
11. Mas el
misterio de la resurrección de los muertos y de la curación
de los enfermos, no se los deis a todos.
12. Sino dad
la doctrina, porque ese misterio pertenece a los archones
13. No lo
deis, pues, a todos, hasta que hayáis consolidado la fe en todo
el mundo.
14. Para que
cuando lleguéis a una ciudad y no tengan fe en vosotros, resucitéis
a los muertos y curéis a los ciegos y a los cojos, y todas las enfermedades,
para que crean en vosotros cuando prediquéis al Dios del Universo.
15. Y por
eso os he dado ese misterio, hasta que consolidéis la fe en todo
el mundo.
Jesús describe a sus discípulos las tinieblas exteriores
XLVI 1.
Y María siguió hablando a Jesús.
2. Y le dijo:
Señor, ¿cómo son las tinieblas exteriores?
3. ¿Y
cuántos son los lugares de tormento que contienen?
4. Y Jesús
contestó: Las tinieblas exteriores son un gran dragón.
5. Y su cola
está dentro de su garganta, y está fuera del mundo, y lo
rodea.
6. Y contiene
gran número de lugares de tortura, que están comprendidos
en doce divisiones, consagradas a terribles suplicios.
7. Y cada
una de esas divisiones es un archón, y las figuras de estos archones
son distintas, y se transforman adoptando diversas figuras.
8. Y el primer
archón preside la primera división y tiene forma de cocodrilo.
9. Y su cola
entra en su garganta, y de su boca salen el hielo, la peste, el frío
de la fiebre y toda clase de enfermedades.
10. Y el verdadero
nombre que tiene en el lugar que habita es Enchtonin.
11. Y el archón
de la segunda división tiene forma de perro y se llama en el sitio
que habita Xhurakhar.
12. Y el archón
de la tercera división tiene forma de gato y se llama en el sitio
que habita Arkharôth.
13. Y el archón
de la cuarta división tiene aspecto de serpiente y se llama en donde
reside Akrôkar.
14. Y el archón
de la quinta división tiene forma de un ternero negro y se llama
Markhour.
15. Y el de
la sexta división se llama Lamkhamôr.
16. Y el archón
de la séptima división tiene figura de oso, y se llama Lokhar.
17. Y el de
la octava división tiene forma de murciélago y se llama
Lavaokh.
18. Y el archón
de la novena división tiene figura de basilisco y se denomina Arkheôkh.
19. Y en
la
décima
división hay gran número de dragones, que tiene cada uno
siete cabezas, y su jefe se llama
Xarnarôkh.
20. Y en la
oncena división hay también muchos dragones, que tienen cada
uno siete cabezas de gato, y su jefe es un archón que se llama
Rokhar.
21. Y en la
duodécima división hay muchos más archones
que en las otras, y cada uno tiene siete cabezas de perro. Y su jefe se
llama Khrêmaôr.
22. Y éstos
son los archones de las doce divisiones que hay en el gran dragón,
que constituye las tinieblas exteriores.
23. Y cada
uno cambia de nombre y de figura de hora en hora.
24. Ycada
división tiene una puerta, que se abre hacia arriba, y el dragón
de las doce tinieblas exteriores, que se compone de doce divisiones, se
convierte en rey de cada una cada vez que se abre hacia arriba.
25. Y
un ángel de las regiones superiores vigila sobre la puerta de cada
unade estas doce divisiones.
26. Y ha sido
colocado allí por el eón el primer hombre, el guardián
de la luz, para que el dragón y todos los archones permanezcan en
los lugares que les han sido asignados.
Jesús explica a sus discípulos los tormentos del gran dragón de las tinieblas exteriores
XLVII 1.
Y cuando el Salvador hubo hablado así, María Magdalena
le dijo: Señor, ¿las almas conducidas a esos lugares han
de pasar por esas doce puertas para sufrir los tormentos que merecen?
2. Y el Salvador
contestó a María: Ningún alma es conducida hacia el
dragón por esas puertas, no siendo
las almas de los blasfemos y de los que siguen una doctrina falsa.
3. Y de los
que enseñan a mentir, y las de los que pecan contra natura, y las
de los hombres manchados de vicios y enemigos de Dios.
4. Y las de
todos los impíos, adúlteros y envenenadores.
5. Porque
todas las almas de esos pecadores, si no han hecho penitencia en este mundo,
y han persistido en su pecado, cuando se cumpla su hora, serán conducidas
por la puerta de la cola del dragón a las tinieblas exteriores.
6. Y cuando
hayan sido llevadas a las tinieblas exteriores por la puerta de su cola,
colocará la cola en su boca, para cerrar la puerta.
7. Y de este
modo serán llevadas las almas a las tinieblas exteriores.
8. Y los doce
nombres del dragón están escritos en las puertas de las distintas
divisiones.
9. Y estos
nombres son diferentes, y alternan entre ellos para que quien diga un nombre
diga los doce.
10. Y éstas
son las tinieblas exteriores, que son las mismas que las del dragón.
11. Y cuando
el Salvador hubo hablado, María le replicó: Señor,
¿son más terribles los tormentos del dragón que todos
los demás que existen?
12. Y el Salvador
contestó a María: Esos tormentos son los mayores que existen.
13. Mas las
almas que vayan a esos lugares serán atormentadas también
por un frío riguroso y un fuego violentísimo.
14. Y dijo
María: ¡Desventuradas almas de los pecadores!
15. Mas dinos,
Señor, ¿qué fuego es más violento, el del infierno
o el del mundo?
16. Y el Salvador
contestó a María: En verdad te digo que el fuego del infierno
es nueve veces más ardiente que el fuego del mundo.
17. Y el fuego
de los suplicios del gran caos es nueve veces más ardiente que el
del infierno.
18. Y el fuego
del tormento de los archones en el camino del medio es nueve veces más
ardiente que el de los suplicios del gran caos.
19. Y el fuego
del dragón de las tinieblas exteriores y de los lugares de castigo
que hay en él es siete veces más terrible que el fuego de
los tormentos de los archones del medio.
Diálogo entre María y Salomé
XLVIII 1.
Y luego que el Salvador hubo dicho esto a María, ella se
hirió el pecho y lloró.
2. Y lloraron
también todos los discípulos y decían: ¡Desgraciados
los pecadores!
3. Porque
su castigo es muy grande.
4. Y Salomé
se levantó y dijo: Señor, tú nos has dicho: Quien
no deje a su padre y a su madre para seguirme no es digno de mí.
5. Y nos has
dicho después: Abandonad a vuestros padres para que yo os haga hijos
del primer misterio hasta la eternidad.
6. Mas, Señor,
está escrito en la ley de Moisés que el que abandone a sus
padres debe morir.
7. ¿Es,
pues, contrario a la ley lo que tú nos enseñas?
8. Y cuando
Salomé hubo dicho estas palabras, María Magdalena, inspirada
por la fuerza de luz que había en ella, dijo al Salvador:
9. Señor,
permíteme que hable a mi hermana Salomé para explicarle tus
palabras.
10. Y el Salvador
contestó a María: Yo te permito, María, explicar mis
palabras a Salomé.
11. Y cuando
el Salvador habló así, María fue hacía Salomé.
12. Y le dijo:
Hermana Salomé, tú has citado la ley de Moisés, que
dice que debe morir quien abandona a sus padres.
13. Mas la
ley se refiere a los cuerpos y no al alma.
14. Y la ley
no se refiere a los hijos de los archones, sino que lo dice de la fuerza
salida del Salvador y que está hoy en nosotros.
15. Y dice
la ley: Quien esté fuera del Salvador y de sus misterios morirá
de muerte y perecerá en su maldad.
16. Y cuando
María habló así, Salomé se volvió a
María.
17. Y dijo
Salomé: La potencia del Salvador basta para igualarme a ti en inteligencia.
18. Y ocurrió
que cuando el Salvador oyó las palabras de María la felicitó
grandemente.
Jesús habla a sus discípulos sobre el modo de elegir entre las doctrinas verdaderas y las falsas
XLIX 1.
Y el Salvador siguió hablando entre sus discípulos.
2. Y dijo
a María: Escucha, María, cuál es el estado del hombre
hasta que comete un pecado.
3. Los archones
de las potencias perversas combaten contra el alma constantemente.
4. Y la hacen
cometer todos los pecados.
5. Y llaman
al enemigo del alma y le dicen: Si el alma sale otra vez del cuerpo, no
la perdones.
6. Mas condúcela
a todos los lugares de tortura, pues que ha incurrido en todos los pecados
que tú la has hecho cometer.
7. Y cuando
Jesús habló así, María le dijo: Señor,
¿cómo sabrán los hombres que buscan la luz si las
doctrinas que encuentran son engañadoras o no?
8. Y contestó
el Salvador: Ya os lo he dicho.
9. Sed como
buenos cambiantes. Aceptad la buena moneda y rechazad la falsa.
10. Ydecid
a los hombres que buscan a Dios: Si sopla el aquilón, ya sabéis
que es frío lo que se sentirá.
11. Y si sopla
el viento oeste, ya sabéis que vendrán el calor y la sequía.
12. Decid,
pues, a esos hombres justos: Si conocéis los signos de los vientos,
conoceréis también si las palabras que halléis buscando
a Dios concuerdan y armonizan con las que yo os he dicho, desde los dos
martirios al tercer testimonio.
13. Y las
que concuerden en la constitución del cielo, y del aire, y de la
tierra, y de los astros.
14. Y en todas
las cosas que la tierra contiene, y en las aguas, y en las cosas que contienen
las aguas.
15. Y en la
constitución de los cielos, y de los astros, y de los círculos,
y de cuanto se encierra en el mundo.
16. Y los
que vengan hacia vuestras palabras verán que concuerdan con cuantas
os he dicho.
17. Y yo recibiré
a los que nos pertenecen.
18. Y esto
es lo que diréis a los hombres para que se defiendan de las falsas
doctrinas.
19. Porque
yo he venido al mundo para redimir a los pecadores de sus pecados.
20. Y no por
los hombres que no han hecho mal ni pecado ninguno.
21. Y que
encontrarán los misterios que yo he querido que fuesen consignados
en el libro de Jeü.
22. Para que
Enoch escribiese en el paraíso, cuando yo le hablaba del árbol
de la ciencia y del árbol de la vida.
23. Y he querido
que él los pusiese en la piedra de Ararad.
24. Y he puesto
el archón Calapaturoth que está sobre el Skemmuth, donde
está el pie de Jeü.
25. Y rodea
todos los archones y las Heimarménés.
26. Y he puesto
a este archón para que guarde los libros de Jeü, para impedir
que nadie los destruya.
27. Y para
que ninguno de los archones envidiosos destruya los que yo os daré
y en los que os diré la emanación del universo.
María interroga a Jesús sobre el destino de las almas antes de venir él al mundo
L 1.
Cuando el Salvador hubo hablado así, María le preguntó:
2. Señor,
¿qué hombre hay en el mundo que esté limpio
de todo pecado?
3. Porque
si ha evitado una falta, caerá en otra, y no podrá encontrar
los misterios en el libro de Jeü.
4. Y no habrá
en el mundo hombre del todo exento de pecado.
5. Y el Salvador
contestó a María: Encontraréis uno entre mil, y dos
entre diez mil, por la consumación del misterio del primer misterio.
6. Y por esto
yo he traído los misterios, porque todos en el mundo están
bajo el pecado y necesitan del don de los misterios.
7. Y María
dijo al Salvador: Señor, ¿antes que tú vinieses a
la región de los archones y al mundo, no había llegado ningún
alma a la luz?
8. Y el Salvador
contestó a María: En verdad, en verdad os digo que antes
que yo viniese ningún alma había llegado a la luz.
9. Y ahora
que yo he venido, he abierto los caminos de la luz, y los que sean dignos
de los misterios recibirán el misterio para llegar a la luz.
10. Y María
dijo: Señor, yo creía que los profetas habían alcanzado
la luz.
11. Y el Señor
respondió a María: En verdad, en verdad te digo que ninguno
de los profetas ha llegado a la luz.
12. Sino que
los archones de los eones les han hablado desde el círculo de los
eones, y les han dado los misterios de los eones.
13. Y cuando
he venido a las regiones de los eones, he tomado a Elías y lo he
enviado al cuerpo de Juan el Bautista.
14. Y he enviado
a otros a cuerpos justos, para que
encuentren los misterios de la luz, y se eleven a las regiones superiores
y entren en posesión del reino de la luz.
15. Y he remitido
a Abraham, y a Isaac, y a Jacob, todas sus faltas.
16. Y les
he dado los misterios de la luz en el círculo de los eones.
17. Y los
he puesto en las regiones de Jabraoth y de todos los archones que pertenecen
al medio.
18. Y cuando
me eleve, recogerá sus almas y las llevaré conmigo a la luz.
19. Porque
en verdad te digo, María, que ningún alma entrará
en la luz antes que la tuya y la de tus hermanos.
20. Y los
demás mártires y justos, desde Adán hasta ahora.
21. Y cuando
yo vaya a las regiones de los eones, las colocará en los cuerpos
de los justos por nacer.
22. Para que
encuentren todos los misterios de la luz y entren en posesión del
reino de la luz.
23. Y dijo
María: Nosotros somos dichosos entre todos los hombres por las grandes
cosas que nos has revelado.
24. Y el Salvador
dijo a María y a todos sus discípulos: Yo os revelaré
todos los secretos, desde lo profundo de las cosas interiores hasta lo
más exterior de las cosas exteriores.
25. Y María
dijo al Salvador: Señor, nosotros creemos sinceramente que tú
has traído las llaves de todos los misterios del reino de la luz,
que remiten los pecados de las almas.
26. Para que
las almas se purifiquen y, al hacerse dignas de la luz, sean llevadas a
la luz.
Invocaciones de Jesús y su elevación en el espacio
LI 1.
Cuando Nuestro Señor fue crucificado, resucitó de entre los
muertos al tercer día.
2. Y sus discípulos,
reunidos en torno suyo, clamaban a él.
3. Y le decían:
Señor, ten piedad de nosotros, que hemos abandonado a nuestros padres
y renunciado al mundo, para seguirte.
4. Y Jesús,
sentado con sus discípulos junto al mar Océano, elevó
una plegaria.
5. Y dijo:
Escuchadme, Padre mío, de toda paternidad y de la infinita luz:
6. Aeion, ao,
aoi, ôiaprinother, thernops, nopsither, zagoyrê, zagoyrê,
nethmomaoth, nepriomaoth, marachachta, thobarrabai, tharnachachan, zorokothova,
Jean, sabaoth.
7. Y cuando
Jesús decía estas palabras, Tomás, Andrés,
Jacobo y Simeón el cananeo estaban a occidente, con los rostros
vueltos hacia oriente.
8. Y Felipe
y Bartolomé estaban al sur, con los rostros vueltos hacia el septentrión.
9. Y los otros
discípulos y las mujeres estaban detrás de Jesús.
10. Y Jesús
estaba en pie junto al altar.
11. Y todos
sus discípulos se cubrían con túnicas de lino.
12. Y Jesús
se volvió hacia los cuatro puntos cardinales.
13. Y dijo:
Jaô,
iaô, iaô.
14. Esta es
la significación de este nombre: la iota significa que el universo
ha sido emanado.
15. Y el alfa
que volverá adonde ha salido, y omega que ése será
el fin de los fines.
16. Y cuando
hubo pronunciado estas palabras, dijo: Japhta, japhta, moinmaêr,
moinaêr, ermanoier, ermanoieier.
17. Y esto
significa: Padre de toda paternidad y del infinito, tú me oirás,
por los discípulos que he traído ante ti.
18. Porque
ellos han creído las palabras de tu verdad.
19. Y tú
harás las cosas por las que he clamado, porque yo conozco el nombre
del padre del tesoro de la luz.
20. Y Jesús
clamó de nuevo y pronunció el nombre del padre del tesoro
de la luz.
21. Y dijo:
Que todos los misterios de los archones, y de los ángeles y arcángeles,
y todas las fuerzas y todas las cosas de los dioses invisibles las lleven
arriba, para situarlas a la derecha.
22. Y los
cielos giraron hacia occidente, y los eones, y la esfera, y todos sus archones
huyeron hacia occidente, a la izquierda del disco del sol y del disco de
la luna.
23. Y el disco
del sol era un gran dragón y su cola estaba en su boca.
24. Y montó
en las siete potencias de la izquierda e iba arrastrado por cuatro potencias
bajo figura de caballos blancos.
25. Y la base
de la luna tenía la figura de una barca arrastrada por los bueyes
blancos, uncidos, y dirigidos por un dragón macho y por un dragón
hembra.
26. Y una
figura de niño dirigía desde la popa a los dragones, y éstos
quitaban la luz a los archones, y la figura de un gato estaba ante él.
27. Y el mundo,
y las montañas, y los mares corrían hacia occidente.
28. Y Jesús
y sus discípulos estaban en las regiones del aire, en los caminos
del medio, que está encima de la esfera. Y llegaron a la primera
división, que está en el medio, y Jesús estaba en
píe en el aire, con sus discípulos.
29. Y los
discípulos le preguntaron: ¿En dónde estamos?
30. Y Jesús
les respondió: En el camino del medio.
31. Porque
cuando los archones de Adán se sublevaron, se entregaron entre sí
a acciones reprobables.
32. Y procrearon
archones, y ángeles, y arcángeles, y decanos.
33. Y Jeû,
el padre de mi padre, salió de la derecha, y los encadené
en una Heimarméné de la esfera.
34. Y había
allí doce eones y Jabaoth, además, estaba encima de seis.
35. Y Jabraoth,
su hermano, estaba sobre otros seis.
Jesús sigue explicando a sus discípulos los hechos sucedidos en las regiones de los archones
LII 1.
Y Jabraoth, con sus archones, tuvo fe en los misterios de la luz.
2. Y obró
según los misterios de la luz y dejó los lazos de la unión
culpable.
3. Mas Sabaoth
Adamas, con sus archones, continuó practicando la unión culpable.
4. Y viendo
Jeû, el padre de mi padre, que Jabraoth y sus archones tenían
fe, los elevó.
5. Y los recibió
en la esfera, y los condujo en el aire puro, ante la luz del sol, en las
regiones de los que pertenecen al medio, y ante el invisible de Dios.
6. Y a Sabaoth
Adamas y a sus archones, que no tenían fe en los misterios de la
luz y seguían en las obras de la unión culpable, los encadenó
en la esfera.
7. Y encadenó
mil ochocientos archones, y coló trescientos sesenta sobre ellos.
8. Y colocó
cinco grandes archones sobre los trescientos sesenta archones y sobre todos
los archones encadenados.
9. Y estos
cinco archones se llaman así en el mundo: el primero, Cronos; el
segundo, Aries; el tercero, Hermes el cuarto, Afrodita, y el quinto, Dios.
10. Y Jesús
siguió hablando y dijo: Escuchad y os contaré sus misterios.
11. Cuando
Jeû los hubo encadenado, sacó una gran potencia del gran Invisible
y la ligó al llamado Cronos.
12. Y a Aries
le ligó una potencia que sacó de Ipsantachoinchainchoicheôch,
que es uno de los tres dioses triples poderes.
13. Y sacó
una potencia de Xaïnchôâôch, que es uno de los tres
dioses triples poderes, y la ligó en Hermes.
14. Y sacó
una potencia de la Sabiduría fiel, hija de Barbelos, y la ligó
sobre Afrodita.
15. Y pensando
que necesitaban un gobernalle para dirigir al mundo y a los eones de la
esfera, para que su malicia no perdiese el mundo, subió hacia el
medio y tomó la potencia del menor Sabaoth, el bueno, que pertenece
al medio.
16. Y la ligó
en Aries, para que su bondad lo dirigiese.
17. Y dispuso
el orden de su marcha de modo que pasase trece veces en cada estación,
para que cada archón al que llegase no pudiese ejercer la malicia.
18. Y le dio
por compañeros dos eones de la región a que pertenecía
Hermes.
19. Y ahora
escuchad que os diga cuáles son los verdaderos nombres de estos
cinco archones.
20. Orimoith
es Cronos, Moinichoiaphor es Aries, Tarpetanoiph es Hermes, Chôsi
es Afrodita y Chômbal es Dios. Y éstos son sus nombres.
Jesús promete otra vez a sus discípulos el conocimiento de todos los misterios
LIII 1.
Y cuando los discípulos oyeron estas palabras, se prosternaron ante
Jesús.
2. Y lo adoraron
y dijeron: Somos dichosos.
3. Porque
nos has revelado tantas maravillas, que estamos por encima de todos los
hombres.
4. Y continuaron
rogándole y le dijeron: Revélanos para qué son estos
diversos caminos.
5. Y María
vino hacía él y le besó los pies.
6. Y dijo:
Señor, ¿cuáles son los secretos de los caminos del
medio?
7. Porque
tú nos has dicho que están situados sobre grandes tormentas.
8. ¿Cómo
están ordenadas y cómo hemos de librarnos de ellas?
9. ¿Y
cómo se apoderan de las almas y qué tiempo pasan las almas
en sus tormentos?
10. Ten piedad
de nosotros, Señor y Salvador nuestro.
11. Porque
nosotros tememos que los señores de estos caminos se apoderen de
nuestras almas y las sometan a terribles tormentos y nos priven de la luz
de tu Padre.
12. No permitas
que caigamos en la desgracia de ser alejados de ti.
13. Y cuando
María hubo hablado así, llorando, Jesús, por su gran
misericordia, le contestó:
14. Y le dijo:
Regocijaos, hermanos amados, que habéis abandonado a vuestros padres
por mi nombre.
15. Porque
yo os daré todo conocimiento y os revelaré todos los misterios.
16. Y os mostraré
los misterios de los doce archones de los eones, y de sus funciones y de
sus categorías.
17. Y la manera
de invocarlos, para llegar a sus regiones.
18. Y os daré
el misterio del decimotercer eón y el modo de invocarlo para alcanzar
sus regiones.
19. Y os daré
el misterio del bautismo de los que pertenecen al medio, y la forma de
invocarlos, para llegar a su región.
20. Y os comunicaré
el misterio de los que pertenecen a la derecha, que es nuestra región,
y la manera de invocarlos, para alcanzarla.
21. Y os daré
todo misterio y todo conocimiento, y así seréis llamados
los hijos completos que poseen todo conocimiento y están instruidos
de todo misterio.
22. Bienaventurados
vosotros, entre todos los hombres de/la tierra, porque las hojas de la
luz han venido en vuestra edad.
Jesús habla de los demonios a sus discípulos
LIV 1.
Y Jesús continuó su discurso y dijo: Jeû, el padre
de mi padre, tomó trescientos sesenta archones entre los archones
de Adamas que no tenían fe en los misterios de la luz.
2. Y los encadenó
en las regiones del aire en las que estamos ahora, encima de la esfera.
3. Y estableció
sobre ellos cinco grandes archones, que son los que están en el
camino del medio, que se llama Paraplez.
4. Y es un
archón que tiene la figura de una mujer cuya cabellera baja hasta
sus pies.
5. Y hay bajo
su dirección veinticinco archidemonios.
6. Y éstos
son los jefes de otros muchos demonios y estos demonios son los que entran
en los hombres.
7. Para que
se entreguen a la cólera y a las malas acciones, y son los que se
apoderan de las almas de los pecadores y los atormentan con el humo de
sus tinieblas y con sus suplicios.
8. Y María
dijo: Perdona que te pregunte, Señor, y no te incomodes por mi afán
de saberlo todo.
9. Y Jesús
dijo: Pregunta lo que quieras.
10. Y María
dijo: Señor, revélanos cómo los demonios se apoderan
de las almas, para que mis hermanos lo sepan también.
11. Y Jesús
dijo: El padre de mi padre, que es Jeû, y es el que vigila a todos
los archones y a los dioses, y a todas las potencias hechas de la materia
de la luz, y Melquisedec, enviado de todas las luces que purifican entre
los archones, los conducen al tesoro de la luz.
12. Porque
ellos son dos grandes luces y su misión es ésta: Descendiendo
hacia los archones, se purifican en ellos, y Melquidesec separa la parte
de luz que ha purificado entre los archones para llevarla al tesoro de
la luz.
13. Y pasarán
ciento treinta y tres años y nueve meses en los tormentos de ese
lugar.
14. Y después
de ese tiempo, cuando la esfera del menor Sabaoth, Dios, se vuelva hacia
el primer eón de la esfera que se llama Afrodita y llegue a la séptima
figura de la esfera, que es la luz, será entregada a los satélites
que están entre los que pertenecen a la izquierda y a la derecha.
15. Y el gran
Sabaoth, el bueno, soberano de todo el mundo y de toda la esfera, mirará
desde lo alto a las almas que están en tormento y las enviará
otra vez a la esfera.
16. Y Jesús
siguió hablando y dijo: El segundo lugar es el que se llama Arioith,
la Etiópica, que es un archón hembra negro.
17. Y tiene
bajo sí catorce demonios y está sobre otros muchos demonios.
18. Y estos
demonios que están bajo Arioith la Etiópica son los que hacen
a los hombres incendiarios, y los que los excitan a combatir, para que
cometan muertes.
19. Y endurecen
los corazones de los hombres para que hagan homicidios.
20. Y las
almas sometidas a este grado estarán ciento trece años en
su región y serán atormentadas por su humo y por su ardor.
21. Y cuando
gire la esfera vendrá el menor Sabaoth, el bueno, a quien se llama
en el mundo Zeus.
22. Y cuando
llegue a la cuarta esfera de los eones, y cuando llegue Afrodita, para
que venga a la sexta esfera de los eones, que se llama Capricornio, será
entregada a los que están entre los que pertenecen a la izquierda
y a la derecha.
23. Y Jeû
mirará a la derecha, para que el mundo se agite, así como
los eones de todas las esferas.
24. Y mirará
el lugar en que habita Arioith la Etiópica.
25. Y todas
sus regiones serán deshechas y todas las almas que padecen sus tormentos
serán sacadas de ellos.
26. Y serán
arrojadas otra vez a la esfera, para que perezcan en su humareda oscura
y en su ardor.
Jesús sigue describiendo los diversos tormentos a que se verán sometidas las almas
LV 1.
Y Jesús continuó y dijo: El tercer rango se denomina Hécate,
y está dotado de tres rostros, y tiene bajo sí veintisiete
demonios.
2. Y éstos
son los que entran en los hombres para incitarlos al perjurio y a la mentira
y a desear lo que no poseen.
3. Y las almas
que caigan en poder de Hécate serán entregadas a sus demonios
para que las atormenten con su ardor.
4. Y durante
ciento quince años y seis meses, las atormentarán, haciéndolas
sufrir terribles suplicios.
5. Y cuando
la esfera gire para que llegue el buen Sabaoth, el menor, que pertenece
al medio y se llama Zeus en el mundo, y para que llegue a la octava esfera
de los eones que se llama Escorpión.
6. Y para
que Bombastis, que se llama Afrodita, llegue a la segunda esfera denominada
Tauro, se correrán los velos de los que pertenecen a la izquierda
y a la derecha.
7. Y el pontífice
Melquisedec mirará desde arriba para que se conmuevan la tierra
y las montañas.
8. Y los archones
serán tumbados, y mirará a todas las regiones de Hécate,
para que sean disueltas, a fin de que perezcan y de que las almas que hay
en ellas sean arrojadas otra vez a la esfera y sucumban al ardor de sus
tormentos.
9. Y Jesús,
siguiendo, dijo: El cuarto rango se llama Tifón.
10. Y es un
potente archón bajo cuyo dominio están treinta y dos demonios.
11. Y éstos
son los que entran en los hombres para incitarlos a la impureza y al adulterio
y a ocuparse sin cesar en las obras de la carne.
12. Y las
almas que este archón tenga bajo su poder pasarán ciento
treinta y ocho años en sus regiones.
13. Y los
demonios que están bajo él las atormentarán con su
ardor.
14. Y cuando
gire la esfera para que llegue el menor Sabaoth, que pertenece al medio
y que se llama Zeus, y cuando llegue a la novena esfera de los eones que
pertenecen al medio y se llaman Dozotheu y Bombastis, y en el mundo Afrodita,
llegará un tercer eón al que se llama los gemelos.
15. Y serán
corridos los velos que hay entre los que pertenecen a la izquierda y a
la derecha, y el poderoso archón que se llama Zaraxax.
16. Y mirará
a la morada de Tifón, para que sus regiones sean destruidas.
17. Y para
que las almas sometidas a sus tormentos sean arrojadas a la esfera, para
que sucumban en su ardor.
18. Y el quinto
rango pertenece al archón llamado Jachtanubus.
19. Y es un
potente archón que tiene bajo sí muchos demonios.
20. Y éstos
son los que entran en los hombres para que cometan injusticias y favorezcan
a los pecadores.
21. Y para
que reciban regalos y hagan juicios inicuos, sin cuidarse de los pobres.
22. Y si no
hacen penitencia, antes que sus almas dejen sus cuerpos, caerán
en poder de este archón.
23. Y las
almas que este archón posea serán entregadas a los suplicios
durante ciento cincuenta años y ocho meses, y sufrirán sumamente
por el ardor de sus llamas.
24. Y cuando
gire la esfera para que llegue el buen Sabaoth, el menor, que llaman en
el mundo Zeus, y llegue a la oncena esfera de los eones y llegue Afrodita
a la quinta dsfera de los eones, se correrán los velos que hay entre
los que pertenecen a la izquierda y a la derecha.
25. Y el gran
Ino, el bueno, mirará desde las regiones superiores, las regiones
de Jachtanabus.
26. Para que
sus regiones sean destruidas y para que las almas sometidas a sus tormentos
sean arrojadas a la esfera y perezcan en sus suplicios.
27. Y éstos
son los secretos de las rutas del medio, sobre los que me habéis
preguntado.
Jesús hace ver a sus discípulos el fuego, el agua, el vino y la sangre
LVI 1.
Y cuando los discípulos hubieron oído estas palabras, se
prosternaron ante Jesús.
2. Y lo adoraron,
diciendo: Ayúdanos, Señor, para librarnos de los terribles
tormentos que están reservados a los pecadores.
3. ¡Desgraciados
los hijos de los hombres, que van a tientas en las tinieblas y no saben
nada!
4. Ten piedad
de nosotros, Señor, en la gran ceguera en que estamos.
5. Y ten piedad
de toda la raza de los hombres, porque sus enemigos acechan sus almas,
como los eones su presa.
6. Porque
quieren extraviarlos y hacerlos caer en las regiones de los tormentos.
7. Ten piedad
de nosotros, Señor, y líbranos de esta gran turbación
del espíritu.
8. Y Jesús
contestó a sus discípulos: Tened confianza y no temáis.
9. Dichosos
vosotros, porque yo os haré señores de todos los hombres
y ellos os serán sumisos.
10. Acordaos
de que os he dicho que os daré la llave del reino de los cielos.
11. Y os repito
que os la daré.
12. Y cuando
Jesús hablaba así, las regiones del camino del medio quedaron
ocultas.
13. Y Jesús
resplandecía con una luz brillante.
14. Y Jesús
dijo a sus discípulos: Aproximaos a mí. Y se aproximaron.
15. Y se volvió
hacia los cuatro puntos del horizonte, y pronunció un nombre supremo
sobre su cabeza, y les predicó, y les sopló en los ojos.
16. Y Jesús
les dijo: Mirad.
17. Y levantaron
los ojos, y vieron una luz extraordinaria tal como no la hay en la tierra.
18. Y Jesús
dijo: Mirad y ved. ¿Qué veis?
19. Y ellos
contestaron: Vemos el fuego, el agua, el vino y la sangre.
20. Y Jesús
dijo: En verdad os digo que yo no he traído, al venir al mundo,
más que ese fuego, y esa agua, y ese vino, y esa sangre.
21. Porque
he traído el agua y el fuego de la región de la luz de las
luces.
22. Y he traído
el vino y la sangre de las regiones de Barbetis.
23. Y después
mi Padre me ha enviado el Espíritu Santo bajo forma de paloma.
24. El fuego,
el agua y el vino son para curar todos los pecados del mundo.
25. Y la sangre
es para la salvación de los hombres.
26. Y yo la
recibí bajo la forma de Barbetis, la gran potencia de Dios.
27. Y el Espíritu
atrae a sí todas las almas y las lleva a las regiones de la luz.
28. Y por
eso os he dicho que he venido a traer el fuego sobre la tierra, esto es,
que venía a castigar con fuego los pecados del mundo.
29. Y por
eso dije a la Samaritana: Si tú conoces los dones de Dios, y a aquel
que te ha dicho: Dame agua para beber, tú misma le habrías
pedido el agua de la vida, para que fuese para ti un manantial constante
hasta lo eterno.
30. Y por
eso os he dado el cáliz de la vida.
31. Porque
es la sangre de la alianza, que será vertida por vosotros, para
la remisión de vuestros pecados.
32. Y por
eso fue hundida en mi costado una lanza y brotó agua y sangre.
33. Éstos
son los misterios de la luz, que remiten los pecados y son los nombres
de la luz.
34. Y cuando
Jesús hubo dicho esto, todos los poderes siniestros volvieron a
sus regiones.
Jesús hace un sacrificio ante sus discípulos
LVII 1.
Y Jesús y sus discípulos quedaron sobre la montaña
de Galilea.
2. Y los discípulos
le dijeron: ¿Cuándo remitirás nuestros pecados y nos
harás dignos del reino de tu Padre?
3. Y Jesús
dijo: En verdad os digo que no sólo puedo remitiros vuestros pecados
y aun haceros dignos del reino de mi Padre.
4. Sino que
puedo concederos el poder de perdonar los pecados, para que los que perdonéis
en la tierra sean perdonados en los cielos.
5. Y para
que lo que atéis en la tierra sea atado en los cielos.
6. Yo os daré
el misterio del reino de los cielos para que lo hagáis conocer a
los hombres.
7. Y dijo
Jesús: Traedme fuego y ramas de palmera.
8. Y le trajeron
lo que les pedía. Y Jesús puso un vaso de vino a su derecha
y otro a su izquierda.
9. Y colocó
la ofrenda delante y puso el cAliz de agua ante el vaso de vino que estaba
a la derecha.
10. Y puso
el cáliz de vino ante el vaso de vino que estaba a la izquierda.
11. Y alineó
los panes en medio de los cálices.
12. Y puso
el cáliz de agua junto a los panes.
13. Y Jesús,
manteniéndose ante la ofrenda, colocó tras de sí a
sus discípulos, que iban todos vestidos de lino.
14. Y tenía
en sus manos el sello del nombre del Padre de los tesoros de la luz.
(No hay versículo 15)
16. Y clamó,
diciendo: Escuchadme, Padre mío, Padre de todas las paternidades,
a quien he elegido para perdonar todos los pecados.
17. Remite
los pecados de mis discípulos y puriffcalos, para que sean dignos
de entrar en el reino de mi Padre.
18. Padre
del tesoro de la luz, sé propicio a los que me han seguido y han
observado mis mandamientos.
19. Que vengan,
Padre de toda paternidad, aquellos que perdonan los pecados.
20. Remitid
los pecados y extinguid las faltas de estas almas.
21. Que sean
dignas de ser admitidas al reino de mi Padre, Padre de la luz.
22. Porque
yo conozco a tus grandes potencias.
23. Y yo las
invoco: Aner, Bebiô, Athroni, Heoureph, Heôné, Souphen,
Kuitousochreôph, Manônbi, Mnenor, Jonôni, Chôcheteôph,
Chôchê, Anêmph, remitid los pecados de estas almas.
24. Extinguid
sus faltas, las que han sido hechas con conocimiento y las que han sido
hechas sin conocimiento.
25. Que los
que participan en esta ofrenda sean dignos de entrar en tu reino, ¡oh
mi santo Padre!
26. Y si me
oyes, Padre mío, y les perdonas sus pecados, y los consideras dignos
de entrar en tu reino, dame un signo.
27. Y el signo
fue dado.
Los discípulos piden a Jesús que les comunique los últimos misterios
LVIII 1.
Y Jesús dijo a sus discípulos: Regocijaos.
2. Porque
vuestros pecados os son remitidos y vuestras faltas borradas, y vosotros
sois dignos de entrar en el reino de mi Padre.
3. Y cuando
hubo hablado así, los discípulos sintieron una gran alegría.
4. Y dijo
Jesús: Este es el misterio que transmitiré a los hombres
sinceros y de limpio corazón.
5. Y sus faltas
y pecados les serán remitidos hasta el día en que les comuniquéis
este misterio.
6. Mas no
deis este misterio sino al hombre que siga los preceptos que os he dado.
7. Porque
es el misterio del bautismo de los que les perdonan sus pecados y les borran
sus faltas.
8. Y porque
es el bautismo de la primera ofrenda, que conduce a la región de
la verdad y a la región del interior de la luz.
9. Y sus discípulos
dijeron: Maestro, revélanos los misterios de la luz de tu Padre.
10. Porque
te hemos oído decir: hay un bautismo de humo, y un bautismo del
soplo de la luz santa, y hay la unción pneumática, que conduce
las almas al tesoro de la luz.
11. Enséñanos
esos misterios para que entremos en posesión del reino de tu Padre.
12. Y Jesús
les dijo: Ningún misterio hay más grande que el que queréis
conocer.
13. Porque
conducirá vuestras almas a la luz de las luces y a las regiones
de la verdad y la bondad.
14. Y a las
regiones del Santo de todos los Santos, y a las regiones en que no hay
hombre, ni mujer, ni forma ninguna.
15. Sino sólo
una luz constante e inefable, porque nd hay nada más sublime que
estos misterios que queréis conocer.
16. Porque
son los misterios de lbs siete caminos y las cuarenta y nueve potencias.
17. Y no hay
ningún nombre más elévado que el nombre que contiene
todos los nombres y todas las luces y todas las potencias.
18. Y al que
conozca este nombre, al salir de su cuerpo material, no lo podrán
enojar tinieblas, ni archones, ni arcángeles, ni potencias.
19. Porque
si dice ese nombre al fuego, se apagará, y si a las tinieblas, desaparecerán.
20. Y si lo
dice a los demonios y a los satélites de las tinieblas exteriores,
y a los archones y a las potencias de las tinieblas, todos perecerán,
para que su llama arda.
21. Y clamarán:
Santo eres, santo eres, santo de todos los santos.
22. Y si se
dice este nombre a los satélites de los castigos, y a sus dignidades,
y a todas sus fuerzas, y a Barbelo, y al Dios invisible, y a los tres dioses
de las triples potencias, caerán unos sobre otros.
23. Y serán
destruidos, y clamarán: Luz de toda luz de las luces infinitas,
acuérdate de nosotros y purifícanos.
24. Y cuando
Jesús hubo dicho estas palabras, todos los discípulos lanzaron
grandes gritos y sollozaban.
(...)
Jesús explica a sus discípulos los castigos reservados a los maldicientes
LIX 1.
Y la conducirán al camino del medio para que los archones la atormenten
durante seis meses y ocho días.
2. Y cuando
la esfera gire, la entregará a sus satélites, para que la
arrojen a la esfera de los eones.
3. Y los satélites
de la esfera la llevarán hasta el agua del interior de la esfera,
para que el fuego la devore y sea grandemente atormentada.
4. Y vendrá
Jalukam, el sirviente de Sabaoth Adamas, que da a las almas el cáliz
del olvido.
5. Y llevará
un cáliz lleno del agua del olvido, para darlo a este alma.
6. Para que
beba y olvide todas las regiones que ha recorrido, y sea arrojada al cuerpo
que le corresponde, y se aflija constantemente en su corazón.
7. Y María
dijo: Señor, el hombre que persevere en la maledicencia, ¿dónde
va y cuál es su castigo?
8. Y Jesús
dijo: Cuando el que persevere en la maledicencia sale de su cuerpo, Abiuth
y Carmon, servidores de Ariel, vienen y están con él tres
días enseñándole todas las criaturas del mundo.
9. Y la llevan
al infierno y la hacen sufrir tormentos durante once meses y veintiún
días.
10. Y luego
la llevan al caos, con Jaldabaoth y sus cuarenta y nueve demonios.
11. Para que
cada uno de éstos pase en ella once meses y veintiún días,
haciéndola sufrir el martirio del humo.
12. Y la sacarán
de los ríos de humo y la conducirán a los lagos de fuego
para hacerla sufrir durante once meses y veintiún días.
13. Y la llevarán
otra vez al camino del medio, para que cada archón la atormente
haciéndola sufrir sus suplicios durante once meses y veintiún
días.
14. Y la llevarán
al templo de la luz, donde se hace la separación de los justos y
de los pecadores.
15. Y cuando
gire la esfera la entregán a sus satélites, para que la arrojen
a la esfera de los eones.
16. Y los
satélites de la esfera la conducirán al agua del interior
de la esfera, para que el humo la devore y sea grandemente atormentada.
17. Y Jaluham,
sirviente de Sabaoth Adamas, dará a esta alma el agua del olvido,
para que olvide las regiones que ha atravesado.
Jesús explica los castigos reservados a los ladrones y a los homicidas
LX 1.
Y María dijo: ¡Malhaya los pecadores!
2. Y Salomé
dijo: Señor, ¿qué castigo tiene un homicida que no
haya cometido más que ese homicidio?
3. Y dijo
Jesús: Cuando un homicida que no haya cometido otro pecado deja
su cuerpo, los satálites de Jaldabaoth lo entregan a un gran demonio
en forma de caballo, para que durante tres días corra con ella por
el mundo.
4. Y la llevarán
a lugares llenos de nieve y hielo, para que esté allí tres
años y seis meses.
5. Y la conducirán
luego al caos, hacia los cuarenta y nueve demonios de Jaldabaoth, para
que cada uno la atormente tres años y seis meses.
6. Y la llevarán
luego a Proserpina, para que la atormente durante tres años y seis
meses.
7. Y la conducirán
a la vía del medio, para que cada archón la haga sufrir los
suplicios de sus regiones durante tres años y seis meses.
8. Y la conducirán
a la región de la luz, donde se hace la separación de los
justos y de los pecadores.
9. Y cuando
gire la esfera, será arrojada en las tinieblas exteriores, hasta
que levantándose las tinieblas del medio, sea disuelta.
10. Y éste
es el castigo del que mata.
11. Y Pedro
dijo: Señor, tú has contestado a la pregunta de las mujeres.
12. Y también
nosotros te queremos interrogar.
13. Y Jesús
dijo a María y a las mujeres: Dejad sitio a vuestros hermanos.
14. Y Pedro
dijo: Señor, ¿cuál es el castigo de un ladrón
que persevera en su pecado?
15. Y Jesús
dijo: Cuando su tiempo sea cumplido, los sirvientes de Adonis vendrán
a él.
16. Y lo sacarán
de su cuerpo y lo harán recorrer el mundo durante tres días,
mostrándole sus criaturas.
17. Y lo llevarán
al infierno, y lo harán sufrir los suplicios durante tres meses,
ocho días y dos horas.
18. Y lo llevarán
a los demonios de Caldauoth, para que cada uno lo atormente tres meses,
ocho días y dos horas.
19. Y lo llevarán
a los archones del medio, para que cada uno lo atormente tres meses, ocho
días y dos horas.
20. Y lo llevarán
a la virgen de la luz, donde son separados los justos de los pecadores,
y cuando la esfera gire, será entregado a los eones de la esfera.
21. Y ellos
lo conducirán al agua del interior de la esfera y lo harán
sufrir grandes tormentos.
22. Y vendrá
Jaluham, y le dará el cáliz del olvido, y lo hará
olvidar cuanto ha visto, y entrará en el cuerpo de un cojo, ciego
y lisiado.
23. Y éste
es el castigo del ladrón.
Castigo de los soberbios y de los blasfemos
LXI 1.
Y Andrés dijo: ¿Qué castigo sufrirá el soberbio?
2. Y Jesús
respondió: Cuando su tiempo se cumpla, los satélites de Ariel
llevarán su alma durante tres días y la harán ver
las criaturas del universo.
3. Y la llevarán
al infierno y será atormentada durante veinte meses.
4. Y la llevarán
a Jaldabaoth, y a sus cuarenta y nueve demonios, para que cada uno la atormente
veinte meses.
5. Y la llevarán
al camino del medio, para que cada archon la atormente otros veinte meses.
6. Y la llevarán
a la virgen de la luz, para separarla, y cuando la esfera gire, será
arrojada a los eones de la esfera.
7. Y será
llevada al agua del interior de la esfera y su humo la atormentará.
8. Y Jaluham
le dará el agua del olvido, para que olvide cuanto ha visto.
9. Y será
arrojada en un cuerpo (...), para que todos la desprecien.
10. Y éste
es el castigo del hombre soberbio.
11. Y Tomás
dijo: ¿ Qué castigo sufre el hombre que constantemente blasfema?
12. Y Jesús
dijo: Cuando su tiempo se haya cumplido, los satélites de Jaldabaoth
llegarán a él, y lo atarán por la lengua a un gran
demonio en forma de caballo, que lo hará recorrer durante tres días
el mundo, atormentándolo.
13. Y lo llevarán
a un lugar lleno de nieve y frío, para atormentarlo durante once
años.
14. Y lo llevarán
al caos de Jaldabaoth y de sus cuarenta y nueve demonios, para que cada
uno lo atormente durante once años.
15. Y lo conducirán
a las tinieblas exteriores hasta que sea entregada al gran archón
en figura de dragón que recorre las tinieblas.
16. Y esta
alma será dejada en las tinieblas para que perezca.
17. Porque
tal es el castigo del blasfemo.
Bartolomé, Tomás y Juan hacen preguntas a Jesús
LXII 1.
Y Bartolmé dijo: ¿Qué pena sufre el hombre que peca
contra natura?
2. Y dijo
Jesús: El castigo de este hombre es igual que el del blasfemo.
3. Y cuando
su tiempo se cumpla, los satélites de Jaldabaoth llevarán
su alma hacia los cuarenta y nueve demonios, para que cada uno la atormente
once años.
4. Y la llevarán
a ríos de humo y a lagos de pez hirviente, llenos de demonios, y
será atormentada aquí durante once años.
5. Y luego
la llevarán a las tinieblas exteriores hasta el día del juicio.
6. Y será
separada y hundida en las tinieblas exteriores, para que perezca.
7. Y Tomás
dijo: Hemos sabido que hay hombres que comen hostias hechas con semen de
hombre y sangre menstrual de mujer.
8. Y dicen:
Confiamos en Erán y en Jacob. ¿Es esto lícito?
9. Y Jesús,
en este momento, tuvo gran cólera contra el mundo.
10. Y dijo
a Tomás: En verdad os digo que ningún pecado puede superar
a éste.
11. Y los
que lo cometan serán conducidos a las tinieblas exteriores.
12. Y no serán
vueltos a traer a las esferas, sino que perecerán en las tinieblas
exteriores, en un lugar donde no hay luz ni misericordia, sino llanto y
rechinar de dientes.
13. Porque
todas las almas que sean conducidas a las tinieblas exteriores pereceran.
14. Y Juan
dijo: ¿Qué será del hombre que no ha cometido pecado,
mas no ha encontrado los misterios?
15. Y Jesús
dijo: Cuando el tiempo de este hombre se haya cumplido, los servidores
de Bainchôôôch, que es uno de los tres poderes divinos,
vendrán por su alma y la conducirán a la alegría.
16. Y recorrerán
con ella el mundo durante tres días, para mostrarle en gozo a todas
las criaturas del mundo.
17.
Y la llevarán al infierno para mostrarle sus suplicios, mas no se
los harán sufrir.
18. Pero el
vapor de la llama de los tormentos la rozará.
19. Y la llevarán
a la vía del medio, para mostrarle los tormentos, y el vapor de
la llama la rozará.
20. Y la conducirán
a la virgen de la luz, y será colocada ante el buen Sabaoth, el
menor, que pertenece al medio.
21. Hasta
que la esfera gire y Zeus y Afrodita vengan bajo la forma de la virgen
de la luz.
22. Y Cronos
y Aries vendrán con ella.
23. Y el alma
de este justo será entregada a los satélites de Sabaoth y
la llevarán a los eones de la esfera, para que la conduzcan al agua
del interior de la esfera.
24. Para que
su humo ardiente entre en ella y la con- suma y la haga sufrir grandes
tormentos.
25. Y Jaluham,
el que da a las almas el cáliz del olvido, vendrá y le hará
beber el agua del olvido, para que olvide todo lo que ha visto.
26. Y después
el sirviente de Sabaoth el menor, el bueno, traerá un vaso lleno
de prudencia y sabiduría, y en el que está la aflicción.
27. Y lo hará
beber a esta alma y será colocada en un cuerpo donde no podrá
dormir, pero podrá olvidar, por el brebaje de aflicción que
se le ha dado.
28. Y su corazón
se purificará, a fin de que pueda buscar los misterios de la luz,
hasta que los encuentre, según la orden de la virgen de la luz,
y para que entre en posesión de la luz eterna.
Postrera invocación de los discípulos
LXIII 1.
Y María dijo: Un hombre que haya cometido un pecado o una falta
cualquiera, y no encuentre los misterios de la luz, ¿será
sometido a la vez a esos diversos suplicios?
2. Y Jesús
dijo: Los sufrirá. Y si ha cometido tres pecados, sufrirá
tres castigos.
3. Y Juan
dijo: ¿Puede salvarse un hombre que haya cometido todos los pecados
y todas las faltas si encuentra al fin los misterios de la luz?
4. Y Jesús
dijo: El que haya cometido todos los pecados y todas las faltas y encuentra
al fin los misterios de la luz será perdonado de todos sus pecados
y faltas, y entrará en posesión de los tesoros de la luz.
5. Y Jesús
dijo a sus discípulos: Cuando la esfera gire y sea mudada, de manera
que Cronos y Aries lleguen junto a la virgen de la luz, y Zeus y Afrodita
lleguen a la virgen, girando en sus órbitas, éste será
un día de gozo, al ver estas dos estrellas de luz ante ella.
6. Y en este
instante las almas de que ella puebla los círculos de las esferas
de los eones, para que vengan al mundo, serán buenas y justas.
7. Y se convertirán
en los misterios de la luz, hasta que sean enviadas otra vez a descubrir
los misterios de la luz.
8. Y si Aries
y Cronos llegan a la virgen, dejando tras ella a Júpiter y Afrodita,
para que no los vea, las almas que en este momento sean lanzadas a la esfera
serán propensas a la cólera, y perversas, y no descubrirán
los misterios de la luz.
9. Y cuando
Jesús hubo hablado así a sus discípulos en medio del
infierno, ellos clamaron.
10. Y dijeron,
llorando: Malhaya, malhaya los pecadores que sufren el olvido y la indiferencia
de los archones hasta que salen de sus cuerpos para sufrir estos tormentos.
11. Ten piedad
de nosotros, hijo del santo, ten piedad de nosotros, para que seamos preservados
de los castigos y de los suplicios reservados a los pecadores. Ten piedad
de nosotros, aunque hayamos pecado, Señor nuestro y luz nuestra.