SENTENCIAS
ATRIBUIDAS A JESÚS POR LOS PADRES DE LA IGLESIA, Y QUE CONSTABAN EN LOS EVANGELIOS
APÓCRIFOS, CUYO TEXTO SE HA PERDIDO
1. Cosa
más gloriosa, feliz y perfecta es dar que recibir.
2. Tú, que trabajas en sábado,
si sabes lo que haces, bienaventurado eres. Mas si no lo sabes, eres execrable y
transgresor de la Ley.
3. Procurad
crecer en lo pequeño y disminuir en lo grande. Así, cuando entréis en una casa y
pidáis de comer, no os juzguéis dignos de ocupar los puestos principales de la mesa, ni
os acerquéis siquiera a ellos, no sea que llegue el anfitrión y os diga: Sentaos más
abajo, dejándoos confundidos. Mas, si os aproximáis a los puestos humildes de la mesa,
donde están los que son menores que vosotros, el anfitrión os dirá: Colocaos más
arriba, y esto os será útil.
4. Si en lo grande no fuisteis
fieles, ¿qué se os dará en lo que es grande?
5. Por los enfermos estoy enfermo
y por los hambrientos hambriento, y por los sedientos sediento.
6. Pedid
lo grande y se os dará lo pequeño. Pedid lo celestial y se os dará lo terrenal.
7. Pocas cosas del mundo sirven
para la única cosa necesaria.
8. Resistamos a toda iniquidad y
tengámosle odio.
9. Sed
buenos banqueros.
10. Los que quieran
verme y llegar a mi reino deben poseerme por tormentos y por aflicciones.
11. Si
alguien quiere conducir a Israel a la penitencia y por mi nombre creer en Dios, remita sus
pecados. Y al cabo de doce años, salga del mundo y no diga: No te oímos.
12. Si os
congregáis en mi nombre, y no cumplís mis mandamientos, abominaré de vosotros, y os
diré: Apartaos de mí, que no os conozco, obradores de la iniquidad.
13. Sois como corderos en medio
de los lobos. Mas después de su muerte, los corderos no temen a los lobos. Así, vosotros
no temáis a los que os maten, y que después de que hayáis muerto, nada os podrán
hacer. Mas temed a aquel que, después de muertos, tiene potestad para arrojar vuestro
cuerpo y vuestra alma a la gehena del fuego.
14. Conservad
casta vuestra carne y sed en vuestro más secreto interior inmaculados, a fin de que
recibáis la vida eterna.
15. Días vendrán en que
brotarán viñas, cada una de las cuales tendrá diez mil gruesas ramas, y en cada rama
gruesa diez mil delgadas, y en cada rama delgada diez mil racimos, y en cada racimo diez
mil granos, y cada grano, al ser prensado, dará veinticinco metretas de vino. Y, cuando
uno de los santos ponga su mano sobre un racimo de éstos, otro racimo exclamará: Yo soy
el racimo mejor; tómame y bendice al Señor por causa mía. Igualmente, un grano de trigo
dará diez mil espigas, y cada espiga tendrá diez mil granos, y cada grano dará diez
libras de harina de flor selecta, y los frutos y los granos y las hierbas se
multiplicarán en igual proporción.
16. Yo soy la puerta que conduce
al Padre. Mi carne es un pan de vida celeste, y mi sangre es una bebida divina. El
Espíritu Santo sabe de dónde viene y adónde va, y castiga lo que está oculto.
17. Sed
misericordiosos, para que obtengáis misericordia. Practicad la equidad y la longanimidad.
Perdonad, para que se os perdone. Como hagáis, os será hecho. Como deis, os será dado.
Como hayáis juzgado, os juzgarán. Encontraréis tanta bondad como bondadosos hayáis
sido. Con la medida de que os sirváis, se servirán para mediros.
18. Nadie conoció quién es el
Padre, más que el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiso revelar, ni quien es el Hijo
más que el Padre.
19. En aquello que os sorprenda y
descubra, en ello también os juzgaré.
20. A menudo deseo oír sermones
inspirados por el Espíritu Divino, y no tengo quien me los pronuncie.
21. Si no hacéis lo diestro como
si fuera siniestro, lo de arriba como si estuviese abajo, y lo anterior como si ocurriese
posteriormente, no conoceréis el reino de Dios.
22. Más vale morir en Dios que
reinar sobre la tierra toda de uno a otro extremo, porque ¿de qué le sirve al hombre
poseer el mundo entero, si sufre esclavitud en su alma?
23. A
cualquiera que te pida algo, dáselo.
Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por
Edmundo González Blanco